Ellos

58 3 2
                                    

______

La verdad sentí verdadera paz al saber que no eran matones como los que seguramente podría encontrarme en cualquier lugar.
Ver caras nuevas después de mucho tiempo de soledad y sin tener a nadie más que mi perro, fue bastante nuevo para mi. Para ser sincera, sola estaba bien, pero un grupo de personas lo hacía ver todo diferente.
Luego de estar afuera y de todo ese momento de desconfianza, abrí las puertas de mi casa para que entraran. Adentro había bastante espacio para todos.
Me encontraba en la parte de la cocina abriendo un par de sardinas y arroz enlatados para darles de comer. Al ser bastantes, tuve que abrir varias. Carol me ayudó, más que nada, me seguía de cerca por si en algún momento se me ocurría hacer algo, cosa que no pasaría. Luego de darles sus platos a cada uno, preparé el biberon que Rick me dio para su bebé.

Y...¿Hace cuanto tiempo estas aquí?- Preguntó Rick a mis espaldas. Lo miré mientras me limpiaba las manos y me encogí de hombros pasándole el biberón con leche.-

Desde que nací.-Reí leve.- Esta siempre fue mi casa.-Todos me miraron extrañados y algunos se acercaron.-

Y ¿Hace cuanto estas sola?-Preguntó Michonne yo fruncí el seño ya que no sabia el por qué de la importancia que le daban a eso.-

Desde que empezó todo básicamente.-Respondí restandole importancia mientras secaba la encimera de la cocina hasta que los miré a todos y vi lo confundidos que estaban.- ¿Qué sucede?...-Pregunté. Rick, como siempre fue el primero que habló.-

¿Cómo has podido sobrevivir tanto tiempo?-Me preguntó algo ¿Preocupado? No lo se, pero para ser un extraño, le importaba demasiado quiza la existencia de los demás, como a todos ellos.-

Con suerte, supongo.-Respondí encogiendome de hombros.-

No pareces una persona que se defienda con armas.-Habló Carl , el chico con el sombrero quien tenía a la bebe en sus brazos.-

Pues, la verdad me defiendo con lo que encuentre, he usado muy poco las armas que tengo.-Dije para enseguida recibir una nueva mirada de confusión de todos.-

Aun así, deberías protegerte más.-Fue lo primero y único escuché decir al tal Daryl, que siempre miraba con seriedad a todos, acto seguido salió por la puerta hacia el patio de enfrente.-

Tiene razón.-Dijo Maggie poniéndose al lado de Rick. Ya no sabía de que más hablar, esto me tenía algo confundida aunque estaba a gusto de estar con gente después de mucho tiempo.-

¿Podemos saber de donde venías?-Preguntó Abraham el pelirrojo con algo de curiosidad, quien se acercó casi a donde estaba. Rick y los demás estaban en la sala de estar, compartiendo un momento juntos que parecía que hacía tiempo no pasaba.-

Venía de Washington.-Respondí a su pregunta mientras observaba aquella escena, hasta que decidí mirar a quien me hablaba.-

¿Qué? Y...¿Cómo esta todo allá?-Preguntó nuevamente mostrando interés ante lo que podría responder. Mientras caminábamos, o más bien, yo caminaba y el me seguía hasta donde estaban todos, respondi.-

Pues...no mejor que en cualquier lado que hayan visto, aunque hay muchos recursos y cosas que se pueden salvar como comida y todo para sobrevivir.-Le di como respuesta a la vez que me sentaba en el suelo, ya que quería dejarles a ellos lo más cómodo de la sala. Los demás me miraron.-

¿En donde?¿De que hablan?-Preguntó Sasha quién no soltaba su arma aún.-

Estuvo en Washington, venía de ahí.-Respondió Abraham por mi.-

De verdad, no entiendo como sobrevives sola.-Dijo Michonne bastante impresionada al parecer, me encogí de hombros y negué, dando a entender que tampoco entendía.-

Tienes mucha suerte.-Habló Tara esta vez quien me miraba con una sonrisa, no se si coqueta o gentil pero era nuevo, va, en realidad no tanto, no recordaba como se sentía que una chica linda como ella te coqueteara o fuera gentil.-

Pues supongo.-Reí leve al responder.-

Nosotros nos dirigimos a Washington.-Tiró Carl de repente como novedad y yo los miré.-

¿De verdad?-Pregunté mientras veía la oportunidad de decirles que tuvieran cuidado, aunque era más que seguro que lo tenían. He visto demasiadas cosas, gente muy mala que rondaba en Washington y que hacían cosas demasiado horribles, y por la apariencia y personalidad que ellos tenían, aunque los conocía muy poco, no quería que nada malo les sucediera. Carol pareció ver la preocupación en mi rostro y decidió hablar.-

¿Sucede algo, _____? -Preguntó ella sacándome de mis pensamientos.-

Solo espero, que si van, no se encuentren con lo que yo me encontré ni vean lo que yo vi.-Respondi a su pregunta mientras bajaba la mirada al suelo.- Ni lo que viví en carne propia...-Terminé de hablar.-

Hemos vivido cosas peores, te lo aseguro, y gracias por tu preocupación, por todo esto, es muy generoso de tu parte.-Habló Maggie esta vez, sentándose a mi lado. Recordar varias cosas que pasaron en Washington, me ponían demasiado mal aunque intentaba aparentar ser fuerte. Justo cuando sequé unas lágrimas bobas que salieron de mis ojos, Rocky vino corriendo conmigo, a tirarse encima de mi para que me tranquilizara. Es un perro demasiado inteligente, tanto que parece un perro guía, y es cierto, si no lo tuviera en mi vida, no habría sobrevivido tanto tiempo, ni tendría quien me guiara a las decisiones que debía tomar, ni me guiara hacia el destino de mi vida.

La chica del perro y la suerte (Daryl Dixon y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora