doce.

1.8K 270 456
                                    

Capítulo XII: “Sentir”

No se quedaron quietos por mucho tiempo, limpiaron la habitación y después cada uno corrió a un baño para poder bañarse. Ninguno de los dos era otaku como para no bañarse.

Además, no sabían si Nahuel volvía o no, por lo que mejor se aseguraban de que no viera nada raro. 

Incluso airearon la habitación. 

Cuti decidió que la bañera era la opción perfecta para esa noche. ¿A quién no le apetece un buen baño de burbujas después de tanto esfuerzo físico?

Además, aprovechó para llamar a Sonny. Y como era costumbre, usó un pote de champú para sostener el celular. 

Un capo, encontraba un trípode en todo.

¡Cutie! —chilló el coreano, sus ojos apenas abiertos. A veces se olvidaba que Son dormía a cualquier hora, más vago el pibe—. ¿Estás desnudo? 

—Baño. —dijo simplemente, sacándose el pelo mojado de la cara. De igual forma, probablemente no se veía nada, había bastantes burbujas—. Quería hablar.

El delantero asintió solemne, acomodándose para que pudiera verlo mejor.

La habitación del asiático era de color verde oliva y tenía una iluminación calida, y Cristián no sabía que tanto podría aguantar alguien ahí. Gracias a Dios sus habitaciones eran blancas.

Y celestes.

Huh, estos Qataries estaban en todos los detalles, eh.

Te escucho. 

El defensa pensó un momento, tratando de encontrar la palabra en Inglés para decir "pete". Qué difícil era ser bilingüe. 

Más si tenías un Inglés de duolingo como él. 

—Lisandro y yo… eh, cómo que nos desconocimos. 

Son parpadeo, confundido.

¿huh?

Cristián no sabía cómo explicarlo. 

¿Por qué su mejor amigo no era alguien que hablara español, o directamente alguien argentino?

Quizás tendría que haber ido a hablar con Enzo.

—Licha me la chupó.

Son empezó a toser, sacudiendo el celular, hasta que cayó de su inestable posición, contra un vaso. Cuti suspiró, el techo estaba lindo por lo menos.

¡Cristián!

Al parecer hay cosas que sí entiende en español. Se le río en la cara, muy divertido de verlo rojo como tomate. 

— ¡Bueno, perdón! —levantó las manos, salpicando un poco de agua—. Yo lo manosee como fruta de mercado.

Ahora era Heungmin el que se estaba riendo, el celular se volvió a caer, y Cuti solo podía ver el techo y la risa sonando como voz en off.

Unos cinco minutos pasaron hasta que volvieron a mirarse a las jetas.

¿Ya son novios?

Romero negó, ganándose una mirada ofendida del asiático.

—No me hagas una escena, chino. —lo señaló.

Coreano. —regañó, como de costumbre, aunque sin enojo.

—Buenoo. —se mofó—. Igual, yo también quiero saber qué onda lo que acaba de pasar, ¿según yo Licha tenía novia? ¿Creo?

Son pensó, mirando el techo. Pero pronto se encogió de hombros, sonriendo.

EnfermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora