Guerra Psicologica

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Se vieron a la cara y se dirigieron a la puerta, el rubio la abrió de par en par, provocando que todos los presentes en la sala voltearan a verlos, los rostros estaban lejos de lo que esperaban encontrar, eran tan diversos como terroríficos, provenían de todas las aldeas, salvo la niebla, que se rehusó a participar por la inestable situación que tenían en ese momento.

La roca y la nube eran personas con rostros indómitos, los primeros menos amistosos que los segundos, los de la nube se conformaban casi en su totalidad por personas de una tez morena o bronceada, por su cercanía con la costa y en su mayoría llevaban relicarios o símbolos de adoración religiosa de algún tipo. Quienes provenían de la roca eran mestizos, con rasgos de gran fortaleza física y poco comunicativos, también estaba la aldea de la lluvia, algunos llevaban aparatos de respiración especial, mientras que otros portaban sombreros y ponchos, en su mayoría tenían cicatrices, para nadie era un secreto que estaban constantemente metidos en guerras civiles, su estancia era de hecho una rareza y la hierba seguía siendo como siempre, individuos silenciosos con gran orgullo, pues lograron su independencia tras años de ser un territorio en reclamación por parte de la hoja y la roca. La presencia en extremo asfixiante de todos los individuos provoco que se sintieran minimizados, casi cayendo en cuenta que abordaban un desafío que los superaba por muchísimo, aunque eso no era nada para el ninja de cabellos amarillos.

—¡Mírenme bien todos! —Exclamó Uzumaki apuntándolos con su dedo índice, consiguiendo que sus compañeros abrieran los ojos de par en par —¡Hoy tendrán la oportunidad de ver al ninja que se convertirá en Hokage! ¡Uzumaki Naruto! ¡Ese soy yo! ¡Y el que se meta en mi camino le voy a patear el culo! —Carcajeó colocándose las manos detrás de la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja, provocando murmureos y miradas de odio.

—Como si ya no tuviéramos suficientes con ser los novatos ahora también aparecen ustedes —Se quejó Kiba al ver la presencia del equipo siete en el área.

—Pues quien lo diría, nueve genins primerizos en una prueba de este estilo, será mejor que hagamos un buen desempeño o seremos el hazme reír de la aldea —Comunicó Shikamaru con flojera, estirándose y bostezando casi de inmediato.

La acotación el chico no era para menos, equipo diez, siete y ocho reunidos en un solo lugar, Choji estaba comiendo sus patatas fritas para calmar la ansiedad, Hinata se veía sonrojada, pero animada, Shino se mantenía totalmente quieto y en silencio fijándose en todo lo que le rodeaba hasta que se percató de lo que a sus ojos era una tragedia, Naruto estaba por pisar un insecto.

—Alto —Señaló el joven de lentes oscuros, acercando su dedo al suelo y rescatando a la diminuta hormiga.

—Cielos... Ustedes sí que son raros —Alegó Uzumaki con escalofríos.

—No seas descarado torpe, aquí tu eres el más extraño —Afirmó Inuzuka con una carcajada, siendo segundado por su fiel compañero Akamaru con un ladrido.

—Concuerdo con el chico perro —Se burló Sakura de inmediato.

—Como no, es natural que te sientas a gusto entre los fenómenos frentuda —Se divirtió Ino por las palabras de la chica.

—Mejor que de vagabundos sin futuro cerda —Afirmó Haruno sintiendo como se le brotaban las venas de su rostro.

—¡Oigan! —Reclamaron todos los presentes, salvo Sasuke y Shino, quienes suspiraron con decepción.

—Están dando un espectáculo de lo más divertido —Avisó un sujeto de gran estatura y de unos veinte años, cuyo cabello era blanco, su uniforme morado y portaba gafas que le ayudaban con la visión.

—Eso parece —Mencionó la dama de cabellos rosados al ver como todos murmuraban.

—Son el futuro de la hoja, si se ven como pendencieros infantiles nos van a dejar muy malparados, aunque bueno, yo no soy tampoco un gran ejemplo —Se rio el caballero.

Naruto El Camino del ShinobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora