Hey.

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Lalisa soltó su maletín, dejándolo caer al piso, había sido un día estresante. Escuchó las risas de su familia, todo el estrés fue liberado de su cuerpo con ese sonido. Se quitó los zapatos y caminó a la cocina del departamento.

- ¡Mami!- grito el pequeño niño, con ojos almendrados, pestañas largas y cabello rizado, corrió hacia Lisa quien lo cargó justo al abrazarlo.

- ¿Cómo te fue hoy?-

- Bien, tía Minnie me llevó al parque- Lisa sonrió y volteó a ver a su hermana agradeciéndole con la mirada.

- Bueno, dile gracias a tu tía y ve a dormir, estaré ahí en un minuto- el niño asintió y corrió a su cuarto tan pronto sus pies tocaron el piso. Lisa volvió su mirada a Minnie- Gracias-

- Oh no es nada, me agrada el bicho- Lisa rió- Debo irme, te veo el lunes-

- ¿Qué?, no, dijiste que podías cuidarlo mañana-

- No, yo dije te aviso si puedo, ¿te avisé algo?- Lisa negó- Entonces significa que no puedo ¿no crees?, hasta el lunes hermanita- palmeó la espalda de Lisa un par de veces.

- ¿Lo tendré que cuidar mañana yo?- Minnie asintió mientras caminaba a la salida- No puedo hacer eso- la mujer se puso sus botas y abrió la puerta- Min, ¿qué esperas que haga?-

- No lo sé, llevarlo a la oficina, no debe ser tan difícil, tiene tres años Lisa, no es difícil entretenerlo-

La puerta se cerró, Lisa se quedó viendo la madera hasta que el grito de Yeonjun diciendo que estaba listo se hizo presente.

Y no, Lisa no era una mala madre, de hecho era bastante buena si consideramos que la madre de Yeonjun vino con el bebé diciéndole a Lisa que sería deshumanizado no aceptarlos ya que el pequeño era su hijo. Si, conoció a su hijo cuando este tenía apenas una semana de vida y un día después de que Lisa aceptara que se quedarán con ella y tratar de ser una familia, la madre de Yeonjun decidió irse y dejarle un pequeño humano como recuerdo.

Así que nuestra amiga de ojos miel tuvo que arreglárselas sola, hasta que su querida hermana se mudó a la ciudad y ofreció su ayuda a su hermana.

Su hijo era su vida, había tratado de volver al juego de las citas pero las y los omegas que llegó a conocer no estaban dispuestos a unirse a su familia de dos. Así que Lisa se dio por vencida antes de herir el orgullo de su alfa.

Al día siguiente Lisa despertó más temprano que nunca a Yeonjun quien no estuvo alegre con este cambio. Un puchero en sus pequeños labios estaba bien formado desde que Lisa lo había comenzado a vestir.

Después de desayunar y bien abrigados ambos, subieron al autobús para ir a la oficina donde Lisa trabajaba. Yeonjun se quedó dormido, cosa que Lisa agradeció, la gente del colectivo la miraban extrañados. Una alfa llevando a su cachorro a la oficina.

- ¿Qué hace el aquí?- preguntó Jisoo señalando a Yeonjun.

- Nadie más podía cuidarlo-

- Tienes una junta Lisa, ¿qué te pasa?- Lisa se descolgó la mochila de su niño y la puso en el escritorio de Jisoo.

- Cierto, aquí tienes- le pasó al niño y Jisoo lo cargó sin más opción- Si despierta dale el oso azul de su mochila, no tardo-

- ¡Lisa!- gritó en una clase de susurro para no despertar al niño. La alfa sólo corrió hacia la sala de juntas.

Afortunadamente Yeonjun no despertó hasta que estaba acostado en el sillón de la oficina de Lisa y esta estaba ahí. El niño se la pasó corriendo de un lado a otro sin salir de la oficina. Comieron un sándwich de la cafetería a la hora del almuerzo.

Hubo un momento, donde Lisa tuvo que salir tres segundos a dejar unos papeles en el escritorio de Jisoo, el pequeño Yeonjun salió de la oficina de su madre y fue a explorar el lugar. Una omega le dio una galleta cuando fue a la sala de descanso, el niño le sonrió y salió de la sala. Caminó hacia donde creía era el camino a donde estaba su madre.

En esos momento todo el piso de Lisa buscaba a un pequeño que andaba suelto. El niño se escondía jugando a los espías mientras iba a la oficina de Lisa, entonces el niño se estrelló contra una pared y cayó al piso, su cabeza rebotando por el golpe, provocando que el niño se desmayara unos segundos.

Al despertar estaba en los brazos de su madre quien corría por la calle. El niño empezó a reír debido al movimiento. Lisa sabía que su cachorro estaba despierto, pero debía asegurarse de que nada hubiera pasado.

Así que fueron a la sala de emergencias, siguieron a la enfermera hasta estar en el cuarto número tres. Lisa trataba de controlar su aroma, pero su alfa estaba completamente alterado por su cachorro.

Una omega deslizó la puerta corredora entrando al cuarto, tenía puesto un uniforme rojo, leía los papeles que Lisa había llenado al inicio. Levantó la cabeza y le sonrió a Yeonjun.

- Hey cachorro- dijo alegremente- Así que te diste un golpe en tu cabeza ¿cierto?-

- Sí- Lisa trató de concentrarse en su cachorro pero no podía dejar de ver los ojos cafés de la médica.

- ¿Quieres jugar un juego?- el niño asintió- Bien, mi nombre es Kim Jennie, ¿puedes decirme el tuyo?-

- Yeonjun Manobal-

- Okay Yeonjun, ¿ves esta lucecita?- el niño asintió viendo la pequeña lamparita que Jennie sostenía- ¿Puedes seguirla con tus ojos?-

Lisa vio cómo el objeto se movía lentamente de derecha a izquierda, de arriba a abajo, en diagonal. Los ojos de su cachorro seguían atentos la luz.

- Bien hecho- dijo la omega haciendo sonreír a Yeonjun- Ahora, ten estas pelotitas, una en una mano y la otra en la otra mano- el niño lo hizo- ¿Puedes apretar la azul?- el niño lo hizo- ¿Y podrías apretar la roja?- también lo hizo- Pero qué niño tan inteligente- el cachorro rió tímidamente.

Jennie anotó algo y volteó a ver a la madre del cachorro por primera vez. Sintió una presión en su pecho cuando sus ojos se conectaron con los mieles de la alfa. Aclaró su garganta antes de hablar.

- Él está bien, los niños resisten demasiado, tuvo una contusión, sus pupilas estaban demasiado dilatadas, no lo deje dormir por un par de horas-

- ¿Él está bien entonces?-

- Sí, él está bien, siempre podemos sacar tomografías si quiere, pero no es necesario en niños, aún así me gustaría que tomara este jarabe solo por si presenta mareos- le dio la prescripción a la alfa.

- Gracias- Lisa tomó la hojita.

- Para eso estoy aquí- se volvió hacia el cachorro- Hey, tengo un premio para ti por ganar el juego- fue a una de las vitrinas y sacó un bote con paletas de varios colores- ¿Qué color quieres?-

- Azul- Jennie tomó una paleta color azul y se la dio al niño quien sonrió ampliamente antes de lamer el dulce. La omega sonrió y vio a Lisa una vez más.

- Daré estos papeles y una enfermera les dirá cuando puedan irse- Lisa asintió- Esta es de mi parte, no le digan a mi jefe- sacó una paleta roja y se la dio a la alfa, después dejó el frasco en su lugar y se despidió del pequeño antes de salir.

No había sido mucho, no había sido nada, pero el pequeño tuvo una idea, él sabía que las princesas en las películas tenían un momento con los príncipes donde sus ojos brillaban, él vio ese momento entre la omega bonita y su mamá. Su misión como espía era ayudar a su mapá.

Puppy | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora