Incomodidad y malentendidos

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Despertarse en la mañana un día de semana, sin alarmas y sin la necesidad de arreglar las cosas para ir a trabajar era una sensación realmente satisfactoria para el rubio.

Aether adoraba tomar fotos y trabajar en el estudio, por lo mismo, había acumulado muchos días de vacaciones, los cuales, terminaba tomando de forma esporádica. No los pedía todos de corrido, sino que pedía uno o dos dependiendo de la ocasión que se presentaba.

Al levantarse de la cama, lo primero que hizo fue dirigirse al baño, bañarse, cepillarse los dientes, hacer su rutina de skincare y hacer su tradicional trenza. Su idea original era descansar en casa, pero cuando recibió la llamada de su hermana, quien muy emocionada lo había invitado para ver su primera función en Liyue, el rubio tuvo que cambiar sus planes, debiendo salir ese día para conseguirle un regalo a Lumine. 

Al acercarse a la cocina, noto que en la mesa se encontraba la caja de almuerzo de Xiao. El rubio sacó su celular del bolsillo para enviar un mensaje.

—Se te quedó el almuerzo— escribió Aether, enviando una foto de la caja.

El pelinegro no demoró mucho en contestar, tiempo suficiente para que Aether calentará agua para una taza de té.

—Mierda. Me quedé dormido y se me olvido— respondió Xiao—. Tendré que comprar algo para comer. Que fastidio.

Era un problema para Xiao tener que salir a comer, ya que eso involucraba: Socializar, gastar de más y esperar demasiado por el pedido.

Aether sabía que Xiao odiaba salir a comprar su almuerzo, por eso, el pelinegro siempre se aseguraba de llevar los restos de la noche anterior.

—Si quieres, te puedo llevar el almuerzo— escribió Aether.

—¿Estás seguro? No quiero molestarte en tu día libre.

—No es molestia. Igual tenía que salir a comprar.

—De acuerdo. Avísame cuando llegues.

El rubio tenía una amplia sonrisa mientras miraba su celular.

Durante todo el camino estuvo pensando en qué regalarle a su hermana. Sabía perfectamente que Ayaka consentía demasiado a Lumine, por lo mismo, era consciente de todos los regalos costosos que su hermana recibía de Ayaka.

Al llegar al dojo, Aether se quedó esperando al pelinegro en la recepción, enviando un mensaje para dar aviso de su llegada.

Todo estaba normal, hasta que una joven delgada y de largo cabello celeste se le quedó viendo de mala manera. La chica no le quitaba los ojos de encima, aunque Aether intentaba ignorarla, su penetrante mirada solo le causaba escalofríos.

—Perdón la demora— Xiao apareció con su ropa de entrenamiento—. Nuestros alumnos necesitaban ayuda para precalentar.

—No te preocupes, me quedaba de camino— Aether aun sentía la mirada de la chica, ahora que Xiao había aparecido, parecía que la mirada era aun más aterradora.

—Gracias por esto. Estaba pensando en que...

—¿Aether?

Su conversación fue interrumpida por la misma chica que hace apenas unos segundos miraba con desprecio a Aether. Ambos jóvenes quedaron confundidos, especialmente el rubio.

—Aether, soy yo. Soy Ganyu, tu compañera de colegio— dijo la peliazul muy emocionada.

—¡Ganyu! Qué sorpresa encontrarte aquí— el rubio estaba sorprendido, abrazando a su ex compañera y revolviendo un poco su cabello. Ganyu había cambiado bastante desde su época escolar, por eso no la había reconocido al instante.

—Si, ha pasado mucho tiempo. Cuando entreno no uso mis gafas, así que estuve mucho rato intentando adivinar si eras tú.

—Si, podía sentir que alguien me miraba mucho.

—¿Qué haces aquí? ¿Vienes a inscribirte a las clases?

—No, no. Solo vine a dejarle el almuerzo a Xiao.

Xiao levantó la caja con comida para que Ganyu pudiera verla mejor. Estaba enojado, su actitud cambió radicalmente desde que la peliazul interrumpió su conversación, sabía perfectamente el porqué, pero prefirió ser un simple oyente en la conversación.

—Vaya, el mundo es como un pañuelo. Pensar que Xiao sensei y tú son novios es fantástico. 

Ambos chicos se sonrojaron al escuchar la palabra "novios", Aether se apresuró a decirle a su compañera que Xiao y él eran solo compañeros de piso y nada más, diciendo de forma apresurada y muy nervioso. Xiao, por el contrario, estaba sonrojado, pero mirando hacía otro lado en silencio. Ganyu se apresuró en disculparse, diciendo que al verlos, pensó que hacían bonita pareja.

—Ganyu, cien flexiones en el piso.

—¡¿Qué?! Eso es demasiado sensei. Recién termine de precalentar.

—Cien flexiones. ¡Ahora!— dijo Xiao irritado.

Ganyu se despidió de Aether y regresó a su entrenamiento muy asustada. Ambos jóvenes, ahora solos, intentaron relajarse.

—Yo... creo que debo irme... aún debo comprar el regalo de Lumine.

—Si, claro... ve con cuidado.

El ambiente se tornó muy incómodo, causando que ambos se despidieran de forma apresurada y torpe. 

Al final del día, con el regalo de su hermana listo, había un solo detalle que Aether tenía que resolver. Tenía muchas cosas en mente, desde que Ganyu insinuó que eran novios, el rubio se quedó pensando en el tipo de relación que tenía con Xiao. Ellos eran amigos desde niños, se distanciaron un tiempo y ahora eran compañeros de piso, pero según Venti, la mayoría de los roomies no hacían la mitad de las cosas que él hacía con Xiao.

—Llegue— se escuchó el grito de Xiao desde la entrada.

—Bienvenido— Aether salió de su habitación con un sobre en la mano—. Las invitaciones de Lumine ya llegaron, esta es la tuya.

—Gracias. Debes estar feliz de volver a verla.

—Por supuesto, no nos vemos desde hace 2 años. Pedí mis días de vacaciones solo para verla.

Sin darse cuenta, el tema de conversación había desaparecido, después de todo, ellos aun seguían nerviosos por lo de la mañana.

—Yo... tengo ganas de tomar café. ¿Quieres que te haga un poco?

—No, no gracias. Estoy muy cansado, creo que dormiré temprano hoy.

—Oh, si, lo entiendo.

Aether estaba a punto de retirarse, girándose para ver al pelinegro directamente a los ojos. El rubio era como un libro abierto, lo suficiente como para que Xiao se diera cuenta de qué aún tenía algo que decirle.

—¿Te sentiste incómodo con lo que dijo Ganyu?

—Para nada. Me tomó por sorpresa, eso fue todo.

—Ya veo. Me pasó lo mismo.

Aún se sostenían la mirada, esperando que uno de los dos dijera algo, lo que sea que pudiera romper la tensión entre los dos.

—¿Qué le compraste a Lumine?

—Un broche para el pelo. No es nada elegante, pero espero que le guste.

—Le va a encantar.

—¿Cómo lo sabes? Ni siquiera lo has visto.

—Porque su lindo hermanito tuvo que pedir un día libre solo para dedicarse a buscar su regalo.

—No le vayas a decir eso, por favor— dijo Aether muy avergonzado. 

—No lo sé, aún estoy algo resentido por lo de la foto.

—¡Vamos Xiao!

—Bueno, no le diré nada, pero me debes una.

—De acuerdo. 

Mañanas de café y téWhere stories live. Discover now