Historia escrita por: Plumerito y ReinaMadredelDrama
Historia ambientada en el año de 1851
Namor es hijo de un carpintero. Su padre trabajaba para un hombre rico con bastante poder y fama. Su hija: Shuri, fue lo que le llamó la atención al chico des...
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Estar a su lado lo hace sentir poderoso. Estar a su lado la hace sentir completa.
La compañía del otro les hace sentir que todo lo pueden, les hace sentir que son ellos dos contra el mundo, así se siente cuando se es joven y enamorado.
—Te extrañé como no tienes una idea— dijo él aún con ella entre sus brazos —las horas para verte fueron eternas
—Puedo imaginarlo, para mi fue igual, moría por verte. Moría de agonía— se separó de él acunando su rostro entre sus manos con ternura. Él la tomó de las manos juntandolas para después besarlas.
—No más que yo princesa
—¿Escribiste algo para mi en mi ausencia?
—Miles de cartas— su corazón dio un vuelco de emoción, su respiración agitada provocaba que su pecho subiera y bajara haciendo que su escote fuera más pronunciado, atrayendo los ojos de su amado sobre él.
—Léeme una— pidió con emoción.
—Somos aquello que en la otra vida no se pudo, somos arte, somos uno; Somos el cielo oculto de la tierra, somos el aire opaco que se esconde entre la neblina, de aquellas noches románticas interminables y a la vez fugaces. Somos la luz que se oculta en el universo, somos planetas orbitando sobre una misma estrella soñando en un mismo destino, somos eternos cuando estamos amándonos, cuando nos miramos, somos, todo lo que siempre buscamos amar. Escapa conmigo princesa...
—Qué bromista eres— se burla mirando a su alrededor norando las mantas sobre el césped — ¿Acaso dormiste aquí?
—No podía esperar. Consideré que si me quedaba aquí mi angustia sería menos...¿agobiante?
—¿Acaso ya hablas como los de las grandes sociedades?
—Para darte la vida que mereces debo ser como esos ridículos snob a los que tu padre llama amigos
—¡Oye!— reprende Shuri golpeandole el brazo mientras el ríe a carcajadas. —No todos somos así
—No, tu no princesa. Ahora, tenemos todo el fin de semana para nosotros dos, ¿qué quieres hacer?
—Solo quiero estar aquí contigo
Namor recordó el oprobio que le causaría al amor de su vida si ambos fueran vistos en público, la amaba lo suficiente como para hacerle eso.
—Quedémonos aquí entonces...
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En el frondoso bosque se ocultaban secretos. Los árboles no eran sólo testigos del amor imposible de dos jóvenes también eran participes de él corazón roto de un triste chico.
—Steven, por dios santo, te estoy hablando
—Parlotea cuanto quieras Marc, no haré lo que me pides— el menor de los Harrow le daba la espalda al mayor tratando de evitarlo, algo que claramente no podría.
