labios rotos

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vió al más bajito sollozar, su llanto parecía el de un bebé que había recibido una reprimenda.

emiliano se levantó rápidamente de su posición y tomó su cara con ambas manos.

- leo. - intentó que lo mirara, lo llamaba con voz seria.

- e' que yo no quiero que tomé' má' esa cosa. - la voz se oía totalmente rota, se le quebraba y tartamudeaba entre los pequeños chillidos y suspiros que provocaban el lloro. las manos de martinez cubrían gran parte de rostro, con el pulgar limpiaba las lágrimas  delicadamente mientras intentaba calmarlo.

se sentía muy culpable, las ganas de llorar se le contagiaron de inmediato, la responsabilidad que tenía, y con toda la razón, lo comía por dentro.

emiliano se enganchó desde hace unos años, mientras más fama tenía en el fútbol, se fue metiendo más en ese mundo, el ya no recordaba como era la vida antes de la droga, a diferencia de leo, que los recuerdos más lindos eran de dibu totalmente sobrio, riendo, sin tener que sosternelo para caminar, sin verlo sangrar por la nariz.

el más alto no entendía en que momento había olvidado todo, en que momento mandó todo a la mierda, lastimando a sus amigos, sobre todo a leo, se arrepentía de eso más que de otra cosa.

- ¿querés que me vaya? - juntó su frente con la de messi y ahora por fin, ambos se miraron a los ojos, leo los tenía rojos e hinchados.

sollozó una vez más y negó con desesperación, lo que menos quería es que dibu se vaya, como siempre hacía.

- quiero que te quedé', pero que te quedé' posta. - aún seguía débil de voz, ambos se quedaron en silencio, mirándose fijamente.

no se habían separado de la cercanía de sus frentes, ambos sentían las respiraciones del otro, emi posicionó un mechón de leo detrás de su oreja, para luego deslizar su mano hasta la mejilla, para sosternelo de allí. messi abrió su mirada levemente por la acción del más alto. y sin quererlo, porque algo le decía que lo hiciera, posó la atención de sus ojos en los labios de martinez, los cuales no estaban a mucha distancia de los suyos.

el cosquilleo de siempre volvió, ahora revoloteaba mucho más, se esparcía por todo su estómago y los nervios lo consumían. dibu por su parte, bajó la mano del mentón al cuello, ejerciendo un poco de fuerza, trayendo a leo hacía el.

nadie decía nada, porque las miradas y las caricias que se estaban intercambiando eran suficiente.

leo cerró los ojos de a poquito, con miedo, como si estuviera haciendo algo muy malo, se sentía muy tenso. ahora con los ojos cerrados sólo podía sentir las sensaciones, los roces, el latir de su propio corazón y como se cortaba la cercanía entre su amigo y el.

el cosquilleo, ese revoloteo, esa sensación cada vez que veía a martinez, recorrió rápidamente hacia todas las partes de su cuerpo, cuando sintió sobre sus labios la calidez de los otros. no quería abrir los ojos, sólo seguía lo que el menor hacía.

fue un beso muy suave, muy tranquilo, se separaron lentamente.

la cara del rosarino estaba totalmente roja, ya casi era de noche pero sus ojos brillaban lo suficiente como para alumbrar toda la casa, en cambio, dibu lo miraba con preocupación, no sabía si había hecho algo malo o bueno.

- ¿la cagué? - los corazones de ambos parecían que se saldrían del pecho, messi negó extrañado la pregunta.

- estoy muy confundido. - suspiró entre cortado, había terminado de llorar, ahora estaba sumamente en pánico por lo que había hecho, necesitaba tiempo para pensar, para asimilar todo. - no se si e'to e'tá bien, necesito tiempo a sola' pa' entendé' todo. - no lo dijo con intenciones de hechar a emiliano, al contrario, solo se sentía muy aturdido por todo lo que pasaba.

- ¿querés que te deje un momento? - messi dudó, no era el momento de pensarlo ahora, pero considerando que ya era de noche y el auto de emi estaba en su casa, lo más probable es que se tuviera que quedar a dormir ahora. - me voy a fumar un cigarrillo afuera y vuelvo. - el más abajo lo agarró del brazo cuando atinó a irse.

- ¿te va' a ir? - fué la primer vez que emiliano no se lo tomó a chiste, o no dudó la pregunta, esta vez sonrió con sinceridad.

- ya no. - leo soltó la fuerza con la que sostenía el brazo de martinez, y vió como salió por la puerta.

una cosa era segura, no iba a resolver todas las dudas que tenía ahora, eso iba a llevar semanas o meses, el arrepentimiento que sentía por haber disfrutado besar a un hombre lo estaba sofocando, por eso necesitaba estar, aunque sea un momento, lejos del más alto.

la habitación silenciosa se había envuelto en ruido para leo, sus pensamientos gritaban en su cabeza, estaba tan absorto en las voces que corrían de allá para acá, los comentarios de

"puto" "traga" "maricón" "trolo"

que había escuchado tantas veces como insulto, como ofensa, incluso lo escuchaba de los hinchas, se iba a arruinar la carrera, pensaba lo peor.

ya pasado un buen tiempo, leo se derramó nuevamente en lágrimas desconsoladas, no por los malos pensamientos, si no, porque habían pasado treinta minutos y emiliano no volvía

nunca volvió, porque se había ido.

"amor, amor, amor, amor, amor,
amor."

"

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bueno la cosa era actualizar ayer pero como dije estiy r enferma y no tengo fuerzas para nada ayuda.

bueeeeeno, acá está, se besaron iiii en fin, perdón si hay errores o chotadas

gracias x leeeeer ♡

labios rotos - zoé

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