𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑

dos

— Haneul, hija, ya llegamos, despierta. — Escuché una voz.

— ¿Eh? — Dije media dormida.

— Ya llegamos hija. — Reconocí la voz, era mi Madre.

Me estiré desde mi asiento y salimos del avión. Ya afuera del aeropuerto, mi Padre pidió un taxi. Estaba algo caluroso así que me quité el suéter que tenía puesto quedándome con una camisa de manga larga pero la tela era finita así que no me daba tanto calor.

En eso llegó el chófer, nos ayudó con el equipaje y luego nos subimos al auto para salir rumbo a casa.

“Casa” algo que no reclamaba en mucho tiempo.

...

— Hola Minho. — Dije abrazándolo.

Minho no era mi abuelo, pero era el esposo de mi abuela. Mi abuelo murió cuando yo tenía 12 años. Minho era muy buena persona, era bueno con abuela.

— Un gusto verte Haneul, ¿cómo estás? — Preguntó.

— Algo cansada pero estoy bien. — Dije sonriendole.

— Ven, te enseño tu cuarto.

Ambos entramos a la casa con mi equipaje, hace mucho que no venía aquí. Se sentía raro. Estaba igual solo que con pintura fresca y algunas decoraciones nuevas.

Fuimos escaleras arriba llegando a mi cuarto.

— Wow...está como la última vez que estuve aquí.

— Tu abuela dijo que lo dejara como está, no quería cambiarlo hasta tu regreso. — Me sonríe.

— ¿Puedo ir a verla?

— Claro.

Salimos de mi habitación y nos dirigimos al primer piso. Papá me dijo que sería mejor dejar a la abuela en el primer por si pasaba alguna emergencia y así sería más cómodo para los médicos cuando tengan que recogerla.

Abrí la puerta y ahí se encontraba ella. En una camilla. Tenía una mascara en el rostro para poder respirar bien.

— Hola abuela.

— Haneul, querida. — Sonrió al instante que me vio.

— ¿Todo bien?

— Si hija, solo tengo un pulmón algo dañado, pero se me pasará, solo necesitan uno nuevo para poder cambiarlo a este.

— ¿Estuviste fumando, abuela?

— No querida, yo...

— Abuela, puedes decirme. Yo sé que la muerte del abuelo fue dura pero sabes que con fumar no se resuelve nada.

— Perdón...es que no pude evitarlo. — Dijo con voz débil.

— Ahora tienes a Minho, el es muy bueno contigo abuela, aprecialo cuanto puedas. — Traté de consolarla.

— Lo sé querida.

— ¿Él lo sabe?

— Si...pero lo hacía a sus escondidas, perdoname.

— Te perdono abuela, solo piensa antes de actuar, piensa en la gente que te ama, en la que está aquí, contigo. — Dije agarrando sus manos a lo que ella respondió al instante.

— Si mi niña, te quiero mucho.

— Yo también. — Le di un beso en sus manos.

...

Toc-Toc

— ¿Si?

— Hola hija, solo quería recordarte que empiezas la escuela mañana. — Informó mi Padre dejándome el uniforme en la cama.

— ¿Qué? ¿Ya tan rápido?

— Si hija, estás ya en la mitad del semestre, tienes que empezar ya.

— Agh, está bien. — Rodé los ojos.

Después de que mi Padre se fuera de mi habitación, seguí acomodando un poco más hasta que se hizo de noche.

Bajé a el comedor donde se encontraban mis padres junto con Minho para cenar.

— ¿Ya comió la abuela? — Pregunté.

— Si. — Respondió Minho.

Luego de haber cenado, me fui a dar un baño, para después dirigirme a mi habitación para por fin dormir y estar lista para mañana.