seis

1.1K 107 8
                                    

Narra Jay

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Jay

Cada día que pasaba con Haneul no podía evitar sentirme bien. Me encantaba su compañía, su atención hacia mí.

No sabía que me pasaba. Me estaba volviendo ¿feliz? Mi corazón latía muy rápido cada vez que estaba con ella. También me ponía nervioso, sonreía, ella me hacía sentir bien y no quería perder eso. No quería que ella se fuera de mi lado, la quería para mí.

Tenía que pensar en como la puedo alejar de sus tontos amigos. No quería que se alejara de mí.

...

Narra Haneul

Empecé a abrir los ojos lentamente. Sentía que mi cabeza iba a estallar.

Cuando abrí completamente mis ojos, vi a Jay en el suelo, durmiendo tranquilamente.

Esperen, ¿qué hacía él aquí?

Me levanté de mi cama y caminé despacio hacia la puerta para después salir de mi habitación.

Bajé hacia a la cocina donde se encontraba Minho.

— Buenos días bella durmiente.

— ¿Y mis padres?

— Salieron por un trabajo, estarán fuera por varios días.

— Oh...¿Mamá sabe de...?

— Si, dile gracias a tu novio por traerte sana y salva.

— No es mi novio. — Me sonroje.

— Si, como sea, dile a tu “amigo” que baje a desayunar.

Asiento nerviosa y me voy escaleras arriba para levantar a Jay.

Me adentro a mi habitación y Jay seguía durmiendo. Se veía muy tierno.

— Jay...oye, despierta. — Empecé a mover su hombro.

El chico empezó a abrir sus ojos.

— ¿Qué? — Dijo adormilado.

— Ven, a desayunar.

...

— Oye, ¿qué pasó anoche? ¿porqué me trajiste a casa?

— Estabas ebria Haneul, ¿no lo recuerdas?

— Solo recuerdo haber bebido de lo que me dio Jake y bailar con Mark, ¿pasó algo más?

Jay se decepcionó un poco al saber que la chica no recordó el beso pero tenía miedo de contarle.

— No querías irte y ya eran las 1 de la madrugada así que te arrastré a tu casa para que no te metieras en problemas.

— Oh...perdón. — Digo avergonzada.

— No es nada, parecías una niña pequeña. — Rió Jay.

— Jay, gracias por cuidar de mí. — Lo abracé.

Escritora

Jay se quedó estático cuando ésta lo abrazó.

— Ven, ya llegamos. — La chica le dice.

Ambos jóvenes llegaron al centro comercial. Era Sábado así que decidieron pasar el día juntos.

...

— ¿Que tal me queda? — Pregunta la chica saliendo de los vestidores con una falda más arriba de sus rodillas color blanca.

— T-Te queda muy bonito. — Contestó Jay nervioso.

— ¿Si? Me la voy a comprar, si quieres me puedes esperar afuera de la tienda, ahorita voy.

El chico asiente y sale de la tienda.

Mientras esperaba a la joven, Jay pudo divisar a Mark a lo lejos, cuando los dos hicieron contacto visual, Mark no tardó en ir a donde él.

Maldición, ¿que quiere éste imbécil ahora?

— ¿Eres Jay, cierto?

— Si.

— Escuché que anoche te llevaste a Haneul de la fiesta, ¿todo bien?

— Estaba ebria y tenía un toque de queda, así que la lleve a su casa. — Mark lo estaba sacando de sus casillas.

— Oh...¿ella está contigo?

— No. — Mintió.

— ¿Me podrías dar su número?

— ¿Para que? ¿Cuales son tus intenciones con ella?

— Em...solo quiero conocerla mejor.

— Eres un imbécil. — Susurró Jay irritado.

— ¿Qué?

Jay se puso de pie y se fue de ahí, Mark siguiéndolo.

— Oye vamos, no le haré daño, ¿que eres? ¿su padre?

Jay siguió caminando hasta adentrase al baño del centro comercial. Estaban los dos solos.

— Te estoy hablando niño.

— Y yo te dije que no.

— Eres un idiota. — Mark al salir del baño se topó con la figura de Haneul a los lejos. — Se lo pediré yo mismo entonces.

Jay abrió sus ojos y vio que Mark iba camino hacia donde la chica. En eso, Jay agarra a Mark de la camiseta y lo jala hacia al baño, poniéndolo con seguro.

— ¿¡Qué te pasa!?

— Haneul es mía, no te le acerques.

Mark se empezó a reír.

— Sabes, mi hermano me había dicho algo sobre ti, que eras un raro y ya se porque.

Las manos de Jay se formaron en puños.

— Sueltame, raro.

— Quiero que lo repitas, otra ves. — Jay se acercó a su rotro, enfrentandolo.

— Que me sueltes, ra-ro.

...

Al llegar a donde estaba Haneul, la vio preocupada.

— ¡Oye! ¿Dónde estabas? Me dejaste sola. — Dijo la chica con un puchero.

— Estaba mirando por ahí, ten. — Jay le entrega una bolsa de regalo.

— ¿Qué es esto?

— Un regalo.

La chica al ver que era se sorprendió.

— Jay...es hermoso, no debiste.

Era un brazalete plateado que contenía un gatito.

— Solo quería agradecerte por ser mi amiga.

La chica lo mira con ternura y lo abraza.

𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora