42. Una Cara Familiar

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Me despertó un aroma delicioso... no tengo idea de qué era, pero hizo que mi estómago rugiera.
Abrí mis ojos para ver a mi alrededor una casucha acogedora, mucho más cálida que el Oasis, mucho más... vacía... que el Oasis.

Estaba recostada sobre una superficie suave, como si fuese un sofá o algo por el estilo. El lugar estaba iluminado con velas y cristales... era reconfortante.
Si de pronto despertaras en un lugar así, obviamente no pensarías que estás en peligro.
Fue así hasta que me di cuenta que no podía mover las manos.

Al bajar la mirada, vi mi vestido hecho de basura más sucio de lo usual, lo que me dio a entender que había caído sobre tierra o lodo. Mi corona de flores seguro la perdí en el acto.
Mi tobillo estaba vendado...
...y mis manos atadas.

No sabía quién me había traído aquí.
Vi a mi alrededor.
Ciertos símbolos y objetos me resultaban familiares.
Despertaste— Intenté ver en la dirección de la cual provenía la voz.
Detrás de mi estaba al hombre que huyó del Oasis... al hombre que seguí al bosque.
Intenté girarme para verlo con claridad, pero estaba demasiado adolorida para hacerlo, y no tener las manos libres hizo mas difícil enderezarse.
No te muevas— Me dijo el hombre, firmemente. Como si fuera un general dando órdenes... y la verdad, sentí una presión extraña, como si yo fuera una soldado, forzada a obedecer.
Así que me detuve.

No sé quién eres...— Dije lentamente, —...pero, si tu objetivo era atrapar a alguien, creo que tienes a la niña equivocada—

—Mi objetivo era atrapar a quien me siguió desde el Oasis a mi paradero...— Conoce el nombre del Oasis.¿Segura que tengo a la niña equivocada?— Esa voz, esa voz la he escuchado antes, necesitaba escucharla de nuevo. Tenía que ver su cara pero estaba demasiado asustada como para darme la vuelta.

—¿Puedes dejarme ir? No diré nada... no diré nada sobre ti, ni sobre...—

El hombre me interrumpió, —No puedo arriesgarme a que eso suceda—

—¿Quién eres? ¿Qué estabas haciendo ahí?—

—Prefiero ser yo quien haga las preguntas. ¿Cuál es tu nombre?— No fue necesario darme la vuelta. Escuché que se levantaba de una silla... y comenzaba a caminar cada vez más cerca de mi.

W-Winter... Winter Park—

Se detuvo en seco.
Yo también dejé de hablar.
Rodeó el sillón...
...Vi su gran máscara dorada.

No puede ser

Se la quitó frente a mi...
Imaginen la escena más dramática de cualquier telenovela... y eso multiplíquenlo por el miedo, la incertidumbre y el peso de mi corazón al ver ese rostro de nuevo. Esas cicatrices... esos ojos... su cabello rubio... y su mirada imponente.
Era mi hermano.
MI hermano.
No su versión adolescente y rebelde...
La versión de él que dejé en casa.
Tenía la edad que recordaba... incluso creo que unos cuantos años más.

Park... Es imposible—

¿Cómo explicarle todo?
¿Cómo decirle lo que estaba ocurriendo en mi cabeza? La montaña rusa de emociones.
Quería correr y abrazarlo... quería llorar en sus brazos como niña chiquita...
Pero luego me golpeó la realidad, y la realidad era que en este momento, yo era una completa extraña para él. Y dolía mucho guardar ese impulso.

Era el Hunter de aquel universo... el que creó a Amiter... y a Huntlow...

Intenté mantener una postura seria y firme como él, una parte de mi creía firmemente que no me lastimaría, —No te culpo. Hunter. Creo que... yo en tu lugar habría reaccionado de la misma manera—

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