Capitulo XLIV

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Khun observó al mayor unos segundos ladeando su rostro suavemente. 

-¿Eres consciente de que si descubren que sigo con vida y escapé, acabarán contigo? 

Top ni siquiera pensó su respuesta porque ya la sabía, simplemente asintió dejando que la yema de sus dedos acariciaran el dorso de la mano de su paciente favorito quien, de igual forma, estaba totalmente recuperado, sólo restaban unos días de reposo y lo que más deseaba el doctor era derivarlo para que reposara lejos del caos. 

-Lo sé, pero es más importante que tú salgas de Tailandia. 

Khun negó al rescate que le ofrecían, observó sus manos juntas, unos segundos, antes de cerrar sus ojos acercando sus labios a la mejilla del profesional, depositó un beso y luego apoyó su frente delicadamente en su rostro, como si fuera un gatito que rara vez buscara aquellos mimos. 

-Ven conmigo, escapemos juntos... -esta vez fue el hijo de Korn quien se atrevió a ser el rescatista y, antes de que el otro pudiera rehusarse,  se apresuró en tomar la palabra nuevamente- ¿Crees que seré capaz de irme y dejarte cuando me has salvado la vida dos veces? Top, no seas idiota.

El doctor dejó escapar una suave risa ante el insulto mientras observaba como aquel joven enredaba sus manos con una de las de él. Extendió su mano libre, la izquierda, para unirla en aquel enredó de manos acariciando los finos y largos dedos de Theerapanyakul quien no estaba dispuesto a dejar a su pareja allí, menos cuando las imágenes parecían merodear en su mente como si fueran sutiles recuerdos en respuesta al por qué el doctor Top era su príncipe azul. 

*Flashback* 

Khun se encontraba con el bebé de Pete y su hermano entre sus brazos, estaban en la barra compartiendo una agradable conversación, entre bromas, quejas y risas, con los menores que trabajaban allí. Venice, por su lado, disfrutaba de un helado cuando un pequeño grupo de personas entró al local, dos amigos y una familia de tres; los adolescentes se alejaron para atender a los clientes mientras el mayor de los hijos de Korn entretenía a su sobrino. 

-A ver pequeño cupido...-el niño sonrió levantando su rostro dejando ver el desorden mismo, sus labios, barbilla, mejillas y la punta de su nariz cubiertas de la cobertura de chocolate del cono de helado- Eres un puerco, cariño-bromeó tomando un par de servilletas para limpiar el rostro de Venice cuando éste alzó los brazos inquieto, su tío entendió aquella reacción de que estaba saludando a alguien detrás de él. 

-¡Oa, ola, hola!- repitió y antes de que Khun pudiera levantar su vista, sintió unas fuertes manos tomarlo de la cadera. Claro que estuvo a punto de protestar cuando sus ojos presenciaron a Top algo serio y con notables vibras de estar apresurado, el pelirrojo confirmó aquello último cuando sintió como lo jalaba, de forma sutil, para que se fuera. 

-Debemos irnos. 

-¿Qué? No, espera ¿Qué?-el hijo mayor de Korn se desoriento de un momento al otro, las palabras de Top parecían tardar en llegar de sus oídos a su mente y, como si fuera poco, las frases tardaban mucho más en ser procesadas, sin embargo, en su interior sabía que no podía dejar a ninguno de los menores allí.
Sin dudarlo, se cruzó con rapidez hacia el otro lado de la barra entrando al sector de la cocina en busca de los adolescentes, cuando su mirada los encontró dio pasos rápidos hacia Porschay dejando a Venice en sus brazos para empujarlo en dirección a la puerta trasera que se encontraba abierta-Deben irse, corran, deben ir a un lugar seguro y por favor no salgan hasta que no venga Kinn ¡Solo Kinn! ¿Escuchaste? 

Las palabras de Khun parecían un regaño desesperado, sin tener tiempo a explicar nada, solo sabía que algo malo estaba a punto de ocurrir en aquel lugar y en cuanto Macao fue empujado, por el doctor Top, fuera del local; los segundos parecieron hacerse eternos.
Tal y como si estuviera en cámara lenta, la mirada del pelirrojo se cruzó con la de los adolescentes desorientados tan cerca y a la vez tan lejos de su protección. Su visión cambió en un abrir y cerrar de ojos porque de ver a Macao asustado observando la imagen a sus espaldas, pasó a ver el techo del local junto a una llama descontrolada pasar frente a él, cerró sus ojos con fuerza siendo presionado por su pareja quien lo abrazo para arrojarse al gran freezer de la cocina. 

Otra oportunidad. (Terminada)Where stories live. Discover now