Capítulo 3: ¿Eres feliz?

221 4 3
                                    

Un brusco palmetazo en la cabeza sacaría a cierto muchacho de sus divagaciones, obligándole a retornar abruptamente a la realidad, mientras escuchaba tras de sí a una conocida voz femenina quien algo fastidiada le increpaba.

-¡Hey! ¿Se puede saber qué demonios te está pasando?

-No es nada... No pasa nada...-. Respondió el chico, sobándose un poco la cabeza y aguantando lo que sufrió, así como mentalizándose desde ya para todo lo que seguramente se vendría.

-Mmmm... Esta mañana andas todavía más lerdo que de costumbre, y más encima te detienes como un idiota mirando hacia el techo.

El interpelado solo guardo silencio mientras reanudaba con paso calmado su marcha interrumpida, pero ante esto su contraparte se sintió estimulada para seguir hablando tras de sí.

-Acaso pensaste que allá arriba estaba tu padre, que por fin te estaba prestando algo de atención. O que por un momento tu mama te estaba mirando desde el cielo...

-¡Basta!-. Reacciono molesto el chico, obviamente muy herido por este cáustico comentario. -No hay necesidad de que empieces a molestar con eso...-.

- ¡Mhf!. Entonces de seguro debes andar pensando en alguna clase de perversiones...

Mientras seguía escuchando todo lo que su acompañante decía, aquel chico dio para sus adentros un suspiro de resignación al notar que esa mañana ella estaba realmente insoportable, aun más que de costumbre. Y por mucha estima que le tuviera, ya a estas alturas tenía ganas de gritarle que se callara y que le dejara tranquilo, al menos por un momento; ojalá por el próximo millón de años. Pero si lo hacía de seguro lo único que lograría seria alentarla a que prosiguiera con sus berrinches. Así es que opto por hacer lo que siempre hacía en estos casos, evitar a toda costa el conflicto ignorando el escándalo que estaba armando su pelirroja compañera mientras mentalmente juntaba paciencia para aguantar lo que pensaba seria el inicio de un largo y tortuoso día. Pero sus pasos fueron detenidos cuando una mano le agarra uno de sus hombros y lo empuja para forzarle a voltearse.

-Lo sabía... ¡Estás pensando en ESA!

-¿De... de que estas hablando Asuka?-. Respondió un sorprendido Shinji.

-No me vengas a hacerte el inocente conmigo, tercer elegido. El callar lo único que hace es delatarte. Has estado actuando muy extraño desde que ayer nos topamos con esa tonta.

-No Asuka, no es eso. Es solo que...

De pronto, Shinji no supo cómo completar la frase y se quedó en silencio.

-¡¿Entonces qué es?!-. Insistió la chica pelirroja.

El silencio seguía comprometiendo al interpelado.

-¿Y bien?... ¿Acaso no tienes nada que decir kinder?

Vanamente intentó Shinji elaborar una respuesta para complacer a su acompañante, pero tan solo conseguía soltar palabras inconexas y frases que no lograban tener ninguna coherencia o sentido.

-Solo estás hablando una tonelada de sandeces mientras intentas disculparte inútilmente. ¡Realmente eres patético...!.

-¡¿Sabes que Asuka?!, ¡Estas insoportable hoy día!. Y si sigues así retrasaremos las pruebas-. Le grito Shinji interrumpiendo la diatriba de la segunda elegida.

-¡Ja! ¡¿Y a ti desde cuando te importa tanto la puntualidad de las pruebas?!-. Ante el silencio de su interpelado, Asuka prosiguió declamando. -¡Ya deja de evadirme y respóndeme de una buena vez!... ¡¿Estabas o no pensando en esa muñeca?!

-¡No! ¡No estaba pensando en ella!... ¡¿Ya estas conforme ahora?!-. Le respondió un enojado Shinji, mientras se retiraba de allí raudamente en dirección hacia los vestidores, sin esperar a escuchar lo que su acompañante pudiera decirle. Él esperaba con esta resolución de carácter Asuka le dejara tranquilo, al menos por un momento. Pero por sobre todas las cosas, Shinji esperaba que ella en verdad se hubiera creído lo que él le había dicho.

Aprendiendo a Vivir.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن