Capítulo 5: Amargura.

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Demasiado silencio se cernía esa mañana durante todo el trayecto que ambos desarrollaron desde que abandonaron el departamento que compartían rumbo hacia la escuela. Este silencio, sumado al hecho de que esa mañana había amanecido excepcionalmente fría, no permitía crear el ambiente favorable para una distensión necesaria antes de proceder al dialogo franco que tácitamente necesitaban con urgencia esos dos. Aunque el ambiente matutino parecía reflejar la visión de una ciudad que despertaba radiante y pletórica de energía, para aquel par de jóvenes todo parecía estar envuelto en un manto de silencio pesado y triste.

Durante prácticamente toda la noche anterior la mente de Shinji Ikari había sido martilleada sin compasión por las reminiscencias de variados sucesos: Tanto de aquellos que sucedieron, como los que pudieron haber sido y los que, quizás, nunca llegarían a ser. Todo su ser parecía encontrarse ahora inmerso en medio de una confusión de la cual no podía escapar y respecto de la cual él no sabía cómo resolver. Habría sido ideal si pudiera logrado resolver sus problemas con tan solo aclarar su mente y vislumbrar cual podía ser la solución más lógica y racional a su problema. Pero por mas que intentara aclarar sus dudas ello era inútil, porque todas las dudas que asolaban al chico no provenían de su mente, sino que estas provenían desde lo más profundo de su alma.

Caminando al lado de este chico se encontraba una chica dueña de larga cabellera pelirroja, quien usualmente solía poseer y demostrar un carácter mucho más enérgico y optimista que el de su compañero. Pero aquella mañana ella también parecía estar inmersa en ese sentimiento de extraña melancolía. Y aquella sensación le desagradaba, tanto como el ver triste a ese chico. Todo esto resultaba ser algo demasiado irónico para ella... ¿Quién iba a pensar que le iba a llegar a importar lo que le pasará o le pudiera dejar de pasar a ese chico? Normalmente ella hubiera aprovechado esa situación para buscar sentirse mejor consigo misma a costa de burlarse de él o de decirle alguna clase de pesadez, pero ahora ella desearía con toda su alma poder saber que era lo que le pasaba para poder ayudarle. Solo que ella no sabía cómo podía hacerlo. Sorprendentemente para Asuka una de las cosas que mas le costaban en el mundo era sincerarse con las personas y mostrarse ante ellas tal cual como era en realidad. Le costaba mucho asumirse como una persona que también tenía problemas y necesidades como todos los demás y que por ende necesitaba a veces de la ayuda de los demás. Pero si hacía eso ella podría parecer débil y dependiente, y ella no quería ser ni parecer débil ni dependiente de los demás, después de todo ella nunca dependía de los demás... ¿Por qué debería aceptar la idea de que alguien dependiera de ella?...

Quizás, esto se debía que caminando a su lado se encontraba un chico que últimamente había sabido ganarse un espacio muy importante dentro de sus pensamientos. Esto podía parecer una locura para alguien como ella, sobre todo si se piensa que el tercer elegido estaba muy lejos de ser su arquetipo ideal de chico. De hecho, solía considerarlo como un chico débil y pusilánime, tal vez demasiado débil y pusilánime para su gusto. Inclusive, existían momentos en que encontraba patética su forma de ser y de enfrentarse ante el mundo. A veces ella se preguntaba si él hubiera sido de todas formas piloto de un Evangelion si su padre no hubiera sido el Supremo Comandante en Jefe de NERV; aunque ella bien sabía que la relación entre Shinji y su padre era prácticamente equiparable a la relación que podrían tener dos perfectos desconocidos.

¿Pero porque lo que afectara a Shinji le importaba tanto? Pensó ella que posiblemente, y después de ya tantos meses de convivencia termine siendo algo natural el que te llegue a importar lo que le esté pasando a quien tienes a tu lado. Quizás, porque a pesar de su carácter retraído y tímido, aquel muchacho solía cambiar su comportamiento en las batallas, pudiendo incurrir en acciones que normalmente él no haría, como la vez aquella en que salto al interior de una caldera volcánica desafiando al peligro y todo exclusivamente para salvarla de una muerte segura. O quizás... a Asuka le importaba Shinji porque a pesar de todas las pesadeces que ella pudiera decirle; o de todos los defectos que pudiera encontrarle y reprocharle, él parecía ser la única persona que siempre había sido honesta con ella y... quizás, si había alguien con quien ella podía ser honesto y revelarse como ella misma sin ningún tipo de ataduras ni caretas, ese alguien sería el tercer elegido.

Aprendiendo a Vivir.Where stories live. Discover now