El niño con los labios grises

30 4 0
                                    


 Este lugar me da mala espina. Las calles son demasiado oscuras. Son demasiado silenciosas. Y demasiado inquietantes. Las luces de las casas están apagadas. Pero aun es muy temprano.

El perro que siempre ladra cuando un extraño pasa estuvo callado hoy. Y los gatos que usualmente se trepan de techo en techo, hoy se dedican a esconderse debajo de los autos.

El barrio de mi tía se considera el más seguro de la zona. No hay robos. No hay ruido. No hay nada que incomode a los habitantes dentro de los muros de ladrillo. Excepto los veintinueve de febrero. Cada cuatro años, todos en el barrio se encierran en sus casas y cuelgan herraduras en todas las puertas. Colocan espejos frente a las puertas y oran hasta el día siguiente.

Realmente, ya me está molestando. Es obvio que los fantasmas no existen. Hasta ahora no he visto a ninguno ni he hablado con uno. Así que para mí, eso es pura mentira. Es un invento para que no entremos a ciertos lugares o hagamos cosas indebidas. Porque si no estos nos "castigarán". Va. Claro.

Admito que en este momento no estoy del todo cómodo caminando por estas calles. Todo sigue igual. Callado e inmutable. Y hoy se cumplen otros cuatro años. Un veintinueve de febrero.

Estoy un poco al tanto de lo que sucedió ese veintinueve de febrero en el 2008. Cerca de las nueve de la noche, un niño iba caminando por estos cruces. Distraído y muy ensimismado. No vio que se acercaba una moto a toda velocidad. Y ya sabemos que sucedió. El pobre niño quedó destripado y sangrando sobre el asfalto. Claramente esto es todo una farsa. ¿Qué niño podría salir a esa hora a caminar? ¿Sin luces encendidas? Es una total irresponsabilidad. Por parte de sus padres en especial. Bueno, de verdad que esto yo no lo creo. Y lo peor es que todos los de este mini pueblo piensan que eso es verdad.

Sigo caminando unas cuadras más. Pero ahora que lo noto, está todo completamente fundido en oscuridad. Sería mejor volver para llegar a tiempo para la cena. Así que comienzo a volver. Y como dije antes, todo está en silencio y no hay luces para guiarse. Solo el tenue brillo de la luna que me da una ínfima pista de donde estoy.

Doy vuelta a una esquina y me encuentro con una sombra baja que está esperando en el cruce peatonal. Yo tenía por sentando que no se podía salir de las casas. Entonces he aquí otra persona que comparte mis mismos pensamientos. Me acerco a él y lo observo un segundo. El pequeño está mirando fijo al otro lado de la calle.

-Hola, pequeño – le digo mirándolo desde unas cabezas más altas.

Él no contesta. Supongo que no es debido conversar con él. Porque, como dicen los padres, no debes hablar con desconocidos.

-¿Me ayudas a cruzar? – dice girando la cabeza hacia arriba para verme. El pequeño niño tiene una mirada muy seca. Los ojos apagados. La piel como la niebla. Y los labios grises. No hace mucho frio. Es raro. Porque no es normal tener los labios grises.

-¿Tienes frio? – pregunto acariciando su cara. Pero esta más fría que un cubo de hielo.

-Nunca tengo frio – contesta sonriendo suavemente.

Y todo ocurre en una fracción de segundo. El pequeño niño sale disparado hacia la calle y algo que no logro ver lo arroya. No hay nada. No hay luces que adviertan movimiento. Pero el niño está ahí aun. Tirado en el suelo. Con la cara deformada por el choque, o lo que haya sido eso. Corro hacia él y me arrodillo. El niño no sangra. Y su cuerpo no responde. Esto se está poniendo extraño. Y estoy muy nervioso. No sé qué hacer o como ayudarlo. Él todavía no responde a mis llamados. Lo zarandeo y nada. ¿Murió? ¿Realmente había muerto?

Y de un segundo a otro, el niño ya no está. Desapareció. Ya estoy totalmente sacado de quicio. No puedo entenderlo. ¿Cómo es que ya no está?

Me levanto y vuelvo al cruce. Sería una broma. Seguramente.

Pero siento un tironcito en mi manga izquierda.

-¿Me ayudas a cruzar?

Y cuando volteo, el mismo niño me está mirando. Con la mirada caída. La piel transparente. Y los labios grises. 

AugeWhere stories live. Discover now