Capítulo 2: Disturbios.

166 39 6
                                    

Doyoung opina que, las clases de religión que son impuestas sobre las mentes de los adolescentes que no tienen otra opción más que escuchar porque son obligados por sus padres, son un completo desperdicio. La mayoría cree que son equivalentes a uno de los doce apóstoles de Jesús, pero después pecan de mentirosos y traicioneros tal cual Judas.

Es aburrido pretender estar interesado en los discursos de odio que maneja la iglesia, pero puede encontrarle lo divertido a debatir contra alguien de mente cerrada, más cuando se tratan de temas controversiales como el aborto y como este debería de ser totalmente legal y seguro para aquellas que no desean traer humanos pequeños a este mundo podrido.

—Nuestro cuerpo es una creación divina de nuestro Dios, chicos, es por eso mismo que no debemos de arruinarlo con otras cosas, como por ejemplo las operaciones o perforaciones, incluso los tatuajes. Dios nos creó con todo el amor existente como para que ustedes quieran arruinar tan bonita obra de arte —explicó la madre, escribiendo en su pizarrón parte de la lección del día.

Fue en esos momentos que Doyoung se levantó de su asiento, alzando la mano para poder llamar la atención, por lo menos lo suficiente como para hacer reír a la mujer mayor, dándole permiso inmediato de expresar su opinión.

—Perdón interrumpir, madre, pero los templos y las iglesias se adornan con cosas bonitas, ¿Verdad? —dijo Doyoung con una sonrisa, bajando su mano.

Johnny, quién estaba a su lado, solo negó con desaprobación y escondió su rostro detrás del libro que había estado leyendo estos días sobre la historia de la religión a lo largo de los años. No quería escuchar tonterías sin sentido por parte de su compañero de escritorio.

—Claro que sí, durante las celebraciones más importantes se decora un poco más llamativo y el resto del año se mantienen bonitos porque son casas de oración en donde se adora a nuestro Dios.

—No soy fan de la palabra adorar —explicó Doyoung con algo de miedo, esperando no recibir regaño alguno por lo que quería tratar de expresar. —¿Entonces por qué no podemos adornar nuestro cuerpo para que se vea bonito? Si también se trata de un templo —alzó una ceja. —Se supone que Dios está en todas partes y el amor que le damos proviene de nuestros corazones, ¿Por qué no adornar nuestro cuerpo como nosotros querramos? Si al final de todo, también es un templo de oración.

Su opinión sobre el tema tal vez no le agradó a muchos ya que recibió varias miradas de desprecio, incluyendo la de aquel chico de ojos bonitos. Mal ahí, su compañero de escritorio era de esos religiosos extremistas, y tan lindo que se veía en silencio.

—Porque hacer cambios a nuestro cuerpo va en contra de las leyes de Dios —habló Johnny, sorprendiendo a su compañero. —Fuimos creados con mucho amor, el hizo estos templos con todo el cariño que un ser humano no podrá darnos nunca... ¿Cómo te llegarías a sentir si haces algo con mucho amor y que te toma demasiado tiempo, y de la nada alguien que se cree dueño de ello lo destruye como si nada?

El pelinegro sintió una pequeña punzada de dolor en su frente al momento en que Johnny sugirió que no era dueño de su propio cuerpo.

—Nuestro cuerpo es nuestro, de nadie más —habló Doyoung, mirando directamente al castaño. —Si a Dios le molestara tanto que nosotros "modifiquemos" nuestros cuerpos, simplemente no tendríamos la capacidad de evolucionar y crear dispositivos útiles para esto. Y no me vengas con la cosa del libre albedrío porque Dios es tan poderoso que también puede quitar eso y hacer que sigamos sus órdenes.

¿No se suponía que Dios solo ponía atención a lo que había en tu corazón, y no en tu apariencia?

—Si haces eso es porque no tienes una buena comunicación con Dios y te estás dejando tentar por el mal —Johnny cambió de página a su libro. —Si no te amas así como eres es porque quiere decir que tú conexión con Dios está fallando a niveles descomunales. Hace falta un poco de amor propio por aquí, si tanto defiendes el modificar el cuerpo es porque tal vez tú quieres hacerlo y no puedes, algo muy triste, no porque no puedas, si no porque consideras que ese es el camino más fácil a amarte.

Oh God [2023 Ver]Where stories live. Discover now