Capítulo 3: Nuevos amigos.

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Doyoung llegó a la cafetería con intenciones de buscar un buen lugar en el cual integrarse, pero para su mala suerte se dió cuenta de que, incluso en este tipo de colegios católicos, existía una gran y notoria división de sus alumnos en pequeños grupitos. Creía que esas cosas solo podía encontrarlas en películas de Disney, pero al parecer no.

Sin muchas esperanzas de llegar a encajar por completo, se decidió por una pequeña mesa que se encontraba hasta el fondo, abandonada porque era el lugar más retirado de todo el mundo y de donde servían la comida.

La verdad no creía hacer muchos amigos, por eso mismo se colocó sus audífonos para perderse entre la música de su playlist en Spotify.

—Hey.

Su mirada rápidamente se dirigió a la persona que había tenido la osadía de interrumpir su momento músical, estuvo a nada de reclamar pero su mente se quedó en blanco al darse cuenta de que le estaba dirigiendo la palabra una de las chicas más hermosas que podría haber visto en su existencia.

Cabello castaño y largo, del mismo color que sus ojos y, claro, una bonita sonrisa.

—Hey —respondió Doyoung con timidez.

—Soy tu fan.

—Mi... ¿Fan?

Aquella chica tomó asiento a su lado, observándolo fijamente cómo si se tratara de alguna pieza en exhibición, o probablemente solo era su imaginación la cuál le hacía creer que todo el mundo quería juzgarlo y atacarlo en cualquier momento, solo esperando a que bajara la guardia para hacerlo.

Realmente necesitaba más ayuda psicológica de la que creía.

—Sí. Lo que hiciste en clase con Johnny Seo fue algo mítico, realmente me sorprendió que alguien se atreviera a contestarle, con eso de que sus padres son demasiado influyentes en la iglesia del pueblo y por ende en este colegio —dijo la chica con algo de precaución, no quería que nadie más los escuchara. —Me agradó que supieras hacerle frente, tenemos una forma similar de pensar.

—Yo no sabía que su familia influía tanto en la iglesia —Doyoung quería esconderse de la vergüenza, si su padre aún trabajase en esa iglesia del pueblo, probablemente lo habrían echado por su culpa. —Pero agradezco compartir opiniones con alguien, todo el mundo aquí parecen robots, tratando de seguir reglas y órdenes muy estrictas.

—La vida dentro de este lugar es horrible, por lo menos tengo permiso de ir a mi hogar el fin de semana.

—Tienes mucha suerte —se quejó. —Yo estoy aquí por castigo, mi madre juró que no me sacaría de este sitio hasta que viera que mi comportamiento había mejorado, so... ¿Cuenta como retiro espiritual? Solo que aquí son tres años y si puedo utilizar mi celular.

La chica comenzó a reír por el comentario de su compañero, haciendo que Doyoung pudiese sentirse completamente cómodo como para reír junto a ella. Ojalá lo quisiera como amigo, necesitaba una cómplice en ese lugar lleno de gente que te trataba formal o como un espécimen, dependiendo de como te veías y cuanto dinero poseías.

—Mi nombre es Irene —la chica extendió su mano con una sonrisa en su rostro. —Seamos amigos a partir de hoy, me gusta rodearme de gente que pueda aportarme algo en aprendizaje.

—Doyoung —el pelinegro correspondió a su saludo, sintiendo sus mejillas arder.

—¿Qué signo eres?

Por otro lado, en una de las mesas más llenas de la cafetería se encontraba Johnny, observando fijamente al par de chicos que reían y conversaban entre sí con todos los ánimos del mundo. ¿Cómo es que alguien como Doyoung había llamado la atención de la hija del señor Bae? Tendría que informarle que su hija estaba con malas juntas, no podía permitir que una de sus amigas se desviara y fuese por un mal camino.

—John, John —un sonriente Jaehyun se recargó en el hombro de su mejor amigo. —Deja de ver tanto a Irene, hombre, ya sabemos que te gusta y todas esas mierdas románticas.

—Jae —le regañó. —No uses malas palabras, ¿Acaso eres alguien de una escuela pública? Ni siquiera la gente pobre se expresa así.

—Hoy amaneciste muy clasista —se burló Jaehyun, apretando sus labios en una fina línea cuando su mejor amigo lo miró con intenciones de seguir regañándolo.

—Solo digo la verdad —susurró con fastidio. —Y no, no me gusta Irene, solamente no entiendo que hace al lado de este... Tipo. ¿Soy el único que tiene el presentimiento de que es una mala persona? Probablemente le pueda hacer daño, mis padres me han contado muchas cosas sobre los tipos que asisten a escuelas públicas, algunos incluso llevan armas. Me da miedo que pueda hacerle algo.

—O estás celoso y no lo quieres admitir porque eres un terco.

—A las mujeres siempre les gusta estar rodeadas de tipos que se ven como el típico estereotipo de persona mala —Johnny se cruzó de brazos. —Es como si realmente les gustara el pecado.

—¿Quieres que te responda lo que quieres oír o lo que realmente opino?

—Mejor no respondas, Jae, calladito y comiendo te ves mejor.

En su mente Johnny seguía creyendo que Irene era una chica vulnerable y manipulable, la conocía desde hace años, siempre había estado viviendo bajo la sombra de su padre y tratando de obedecer todas sus órdenes exigentes. Era muy joven y ya sabía todas las cosas que debía de hacer en el hogar cuando se fuese a casar, no es que estuviese del todo mal pero si lo veía un poco apresurado.

Mientras que Doyoung quedaba totalmente fascinado con la forma en la que Irene se expresaba, desde lejos podía notarse que era una persona que investigaba de los temas que le apasionaban y, sobre todo, que leía mucho. Amaba ese tipo de gente, aquellos que de verdad se informaban de temas "controversiales" y no tenían miedo de expresar su opinión, ya fuese a favor o en contra.

Probablemente, si no fuese demasiado gay, podría haberse enamorado por completo de su compañera. Aunque todas sus compañeras eran bastante bonitas, Irene destacaba por esa inteligencia.

Le besaría el cerebro si pudiese.

—¿Crees en el concepto de la virginidad? —preguntó Irene.

—Ew no —Doyoung arrugó la nariz. —Odio que los hombres digan que el "valor" de una mujer baja si no es virgen, pero al mismo tiempo se llenen de orgullo diciendo que se han acostado con medio mundo.

—Pero si nosotras nos acostamos con medio mundo somos unas putas —susurró con una sonrisa. —Y lamentablemente esto no solo es en la religión católica, aunque también debemos de atribuirle a los religiosos extremistas la mayoría de los crímenes de odio contra mujeres, los nativos o pueblos indígenas, la evangelización y personas de la comunidad.

Doyoung dejó caer su tenedor al escuchar esas palabras y una risita nerviosa se escapó de sus labios, teniendo que agacharse para poder recogerlo.

—La iglesia puede esconder cosas muy turbias —dijo después de recobrar su postura. —Por eso dejé de asistir a la del pueblo.

—Ojalá poder dejar de asistir, las figuras que tienen ahí me dan mucho miedo, de pequeña solía tener pesadillas con jesucristo ensangrentado —Irene sacudió su cabeza para borrar esa imagen de su mente. —Turbio.

—¿Sabes que es más turbio?

—¿Qué?

—John lleva todo el descanso viéndome con cara de querer cometer un crimen de odio —se burló. —Creo que me gané más enemigos que amigos.

Ambos voltearon en dirección al chico de cabellos castaños, quién rápidamente miró a otro sitio, tratando de disimular, incluso si se había visto como la cosa más obvia del universo.
























































































Pasar de capítulos de 300 palabras a capítulos de 1250-1500 palabras es una diferencia enorme para este mini fic, me encanta

Oh God [2023 Ver]Where stories live. Discover now