12

48 7 0
                                    

El emo se encontraba almorzando aunque el decia que era su desayuno porque el pendejo no dormia las horas que debia y se levantaba bien tarde.

-Ah, que bonito es estar en la casa -Como el asocial que era, preferia mil veces estar en su amada casa que salir a una fiesta.

-¡Hola! -Pateo la puerta morty fanático, acababa de llegar de la escuela.

Por que si, zero lo había metido valiéndose que morty nisiquiera habia convivido con otras personas y todo para no tener que soportarlo todo el día.

-Deja de hacer eso -Se cuestiono si fue la mejor idea meterlo en la escuela ya que desde que estaba alli se habia hecho aún más energético que de costumbre si es que eso era posible y estaba más fastidioso, parecia un niño.

-Lo siento zero -Se disculpó algo apenado, tiro su mochila y se sentó junto al mayor a contarle como le fue en su día, Zero oia atentamente- Cuando abrí mi casillero, me encontre con esto -Buscó en su bolsillo hasta que encontro un papelito tipo notita con corazones y se lo enseño a su rick- no se que significará.

El emo analizó la notita arrebatandosela de las manos al menor que lo miraba felizmente. Quedó atónito ante lo que leyó, miró a su ahora morty quien se mantenia en la misma posición mirandolo.

-Morty.. le gustas a alguien -Se hayaba sorprendido, hasta donde habia visto con su antiguo morty, nadie le prestaría atención por ser un mocoso con olor a otaku.

-¿De verdad? -Preguntó acercandose a mirar la notita para ver si tenía nombre.

la triste vida de un emo y su fanboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora