diesisiete pingüinos~

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— ¿Cómo? ¿Te beso?— habló Jungwon luego de unos minutos en silenció.

— ¡Si!— Kai casi gritó, tomando su cabello con sus manos en un acto dramático— un beso con sus labios, piel con piel. ¡¿Entiendes?!

La risa de Taehyun se hizo presente a un lado de el. Habia estando callado analizando la situación.

Le pareció gracioso el hecho de que su amigo hiciera tanto drama por nada.

— Si, ajá. Pero que hay de anormal en eso.

— ¡Que los amigos no se besan, Hyung!

— Hay por favor— exclamó Taehyun alargando la 'r'— ¿Ustedes son amigos?

— ¡Claro! Que clase de pregunta es esa— Jungwon ríe, pues la situación le parece divertida sus dos amigos lo ven como unos lunáticos y entonces sabe que tiene que explicarse.

— Igual ni sabemos cómo fue el beso, pero que mal lugar elijiste para escapar. O se te olvida que está en nuestro salón.

Aquello aumento su ansiedad, Jungwon y Taehyun tuvieron que tomarles las manos para que no terminara arrancándose los cabellos cuando el rey de Roma se dejó ver por el umbral de la puerta con un sonrisa de total gracia.

Soobin entro al salón lo más normal que pudo, pues no iba demostrar que su corazón estaba por salir de tu pecho. El mayor sabía que aver besado a Kai fue un acto muy precipitado pero le fue casi imposible cuando el castaño de veía así de adorable.

Además su madre no había ayudado nada en su viaje de la casa del menor a la escuela.  Por eso antes de entrar al salón apenas pudo rozar sus labios con los contrarios cuando el chico ya estaba escapando de el.

Ahora alli viendo el miedo en sus ojos no pudo estar más feliz. Porque fue algo tan inocente y Kai parecía un gato asustadizo.

Camino hasta su asiento cuando el profesor de inglés entro al salón murmurando un "Good morning, class" logrando así que todos guardaran silencio y prestarán atención.

Lo que Kai no sabía era que hoy sería un día largo, muy largo.

Las horas parecían ir más lentas aquel día del demonio o así lo veía Kai.

Eran apenas las diez de la mañana la hora del "receso" Taehyun, Jungwon, Beomgyu y Yeonjun estaban sentados en las bancas de la placita a un lado de la cancha.

Hablando, pues Kai había ido a la cantina con la excusa de que tenía hambre.

— Yo creo que Soobin hyung, ha sido muy evidente— comento Jungwon, estaba con sus ojitos cerrados descansando su cabeza en el hombro de Taehyun.

— Si, pero Kai es medio tonto.

— Tonto para lo que le conviene querrás decir— respondió Beomgyu, que escribía en su libreta.

— Deberíamos hacer algo para que sepa—dijo Jungwon.

— No se, no creo que Soobin quiera eso.

— Yeonjun, literalmente Soobin beso a Kai o eso dijo él... Además tienen que hablar— respondió Taehyun.

— Insistio en qué no deberíamos entrometernos— volvió a decir yeonjun, quien comía de su emparedado.

— ¡Ya se! Podemos hacerlo antes de salir.

Para su buena suerte para la última hora no había llegado la profesora, así que lo tenían libre.

Kai se encontraba en la cancha sentado en una banca viendo a los de quinto año jugar básquet. O más bien disociando.

Sentía las miradas potentes de sus amigos desde la cantina pero le resto importancia.

Su cabeza estaba hecha un lío y no sabía cómo arreglarla.

Soobin. Lo. Había. Besado.

Aunque el solo lo está exagerando todo.
No era normal que el chico que el creia era su amigo y que lo hacía sentir todas esas nuevas emociones lo besara de la noche a la mañana.

Su pulso estaba más acelerado que de costumbre y el sonrojo en sus mejillas hace horas que no se quitaba. Ahora se estaba cuestionando que en vez de estar avergonzado, le estaba dando una fiebre de muerte porque no era normal.

Y si analizaba bien las cosas era fácil saber que Hueningkai tenía un fuerte enamoramiento del pelinegro.

Pero para Kai fue difícil nunca le había gustado una persona, además sus amigos nunca hablaban de amoríos o algo por el estilo.

Había visto muchos dramas pero el más que nadie sabía que ese amor es de cuentos de adas, que solo pasaban en películas. Aun así Soobin desde el primer momento lo hizo sentir de una manera diferente.

Le hacía ver qué era alguien especial para el, siempre trataba de estar junto a él, o le regalaba dulces.

Cuando lo miraba con ese brillo indescifrable, o lo sacaba de su zona de confort y como todo lo hacía a su ritmo para que no se desesperara por su mala habilidad para socializar y entender las cosas.

Y todo eso hacia a su corazón agitarse como nunca antes le había pasado y avergonzarse por cosas tan mínimas.

Sus dos neuronas parecieron funcionar cuando supo que se trataba de eso.

Diosmio estaba enamorado y ni sabía.

Fue sacado de sus pensamientos cuando Beomgyu le gritó en todo el oído sacándole un brinco.

— ¡Porque me gritas, estás loco!

— llevo cinco minutos hablándote y no me contestas.

— ¡Pero no era para que me gritaras en el oído!

— Hay ya perdón— Beomgyu suspiro y se sentó a un lado de el— ¿que pensabas como para que te fueras de este mundo de esa forma?

— Prometes no decirle a nadie

— Lo prometo.

— No, no. Pinky promice— levantó su dedo, esperando una respuesta.

— Pinky promice— repitió y entrelazó su meñique con el del menor como lo hacían cuando eran unos niños.

— La Pinky promice  no sé rompe, Beomgyu.

— ¡Ya dime!

Kai suspiró y seco el sudor de sus manos en en pantalón.

— Creo que me gusta Soobin. No, me gusta Soobin hyung.

Y si el grito anterior no le quitó el sentido de la audición, este si. Los que jugaban lo miraron raro y Hueningkai tubo que pedir un montón de disculpas.





































Que fea esa redacción.

Voy hacer doble actu porque me ausente mucho.

Lo quiero gracias por leer 💜

un amor como los pingüinos/ sookaiWo Geschichten leben. Entdecke jetzt