veinte pingüinos~

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Dos años atrás

Narra Soobin

Se preguntarán naguara Soobin y este salto en el tiempo tan drástico.

Bueno es que tengo que contarles como el cara de pingüino extranjero y que ya no me habla, se robó mi corazón.

Eran las siete de la mañana y yo tenía más sueño que ganas de vivir, además era el primer día de clase para segundo año asi que esa escuela estaba era alborotada.

Que los nuevos de primer año, que los horarios, que dónde queda los salones, que si llegaron los profesores, las carajitas de "mira mi bolso nuevo" o los "tengo burde hambre" y pare de contar.

Estaba sentado en la placita en la banca que Yeonjun y yo nombramos nuestra porque daba una sombrita bien fina, en fin el tema es que lo estaba esperando.

Me había mandado un mensaje de que ya venía llegando, que se levantó tarde porque la alarma no sonó.

Seguro puso la alarma en la calculadora en vez del teléfono y bueno.

Saque mi desayunó porque yo era ese de "tengo burde hambre".

— ¡Soobin!— llegó Jungwon a la mesa. Ese era un amigo mío, lo conocí el año pasado porque "accidentalmente" tire su jugo y nos caímos a coñazo y nos mandaron un citacion. Pero así es que se hace las mejores amistades.

— Jungwon-ssi— lo saludé y le di un mordisco a mi pastelito— ¿vienes llegando?

— Na... Estaba quítandole la comida a los de primer año desde hace rato— dijo de lo más relajado, háganme caso ese bicho es medio loco.

— Hay que ver qué tú eres una cosa barbara.

— Cállate si hablas. En fin y Yeonjun. Ayer estábamos jugando "verdad o reto" y me debe un semana de merienda.

Ese era otra vaina, ayer estábamos en la "mansión" de yeonjun, no era una mansión pero esa casa era más grande que mi habitación, su papá ganaba demaciado bien.

No se puede esperar menos de un abogado, ¿verdad?.

En fin, nos pusimos a jugar "verdad o reto" y yeonjun no cumplió el reto que le tocó y ahora le debe una semana de merienda al Jungwon.

Mire atrás de este y el Rey de Roma venía con su uniforme bien planchado, no que se había parado tarde pues.

— Hay está.

Jungwon volteo como si fuera el exorcista y yeonjun se quedó parado y luego siguió.

— Es muy temprano para andar cobrando, échate para allá— lo empujó y se sentó.

— No te hagas él "que no se nada"  y págame.

— Ya te dije que es muy temprano.

— ¿Quieren pastelitos?

Esos no esperaron y me quitaron la taza y todo.

Hablamos un rato hasta que la campana sonó y nos levantamos, y como los animales que somos corrimos al salón bueno Jungwon y yo para uno y Yeonjun para los de tercer año.

Choque con un poco de gente hasta tumbe a uno pero no tenía tiempo para disculparme así que no le pare bolas.

Sería un día muy largo.

El día hasta ahora iba relativamente normal.

Estábamos en el segundo piso, íbamos para el salón de química que se me había quedado un cuaderno y yeonjun me estaba acompañando.

un amor como los pingüinos/ sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora