Capítulo 11

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Advertencia

Este capítulo toca brevemente el tema de la violencia doméstica. Se recomienda discreción al momento de leer.


Mi cuerpo iba cayendo por un gran vacío, a la vez que una suave brisa helada iba envolviendo todo mi ser. Me hallaba intranquila por el miedo inminente de en cualquier tocar el fondo de todo este abismo, el cual podría ser en cualquier momento ya que todo lo que podía observar a mi alrededor es la oscuridad.

"¿Estás segura de que eres capaz de afrontar la verdad?".

Escucho a lo lejos. Era la voz de él, pero por más que lo busco con la mirada no logro encontrarlo, y por alguna extraña razón, siento que cada vez estaba cayendo mucho más rápido que antes.

"No te lo dejaré tan fácil. Una completa desconocida no conocerá todo mi pasado solo por salvar a sus allegados así sin más".

Y con cada palabra con desdén que me dice, iba aumentando la velocidad de mi caída, junto con mi angustia y mi terror.

"Solo recuerda que... Debes encontrar mi cuerpo, pase lo que pase".

Mi corazón iba a mil con base a que la velocidad iba acelerando.

"Por tu propio bien".

Unos segundos después de aquellas palabras toco fondo, ya no me encontraba cayendo. Sorprendentemente, el golpe no fue tan doloroso como me lo esperaba, sobre todo considerando a la gran velocidad en la que iba.

Con dificultad me pongo de pie y observo todo a mi alrededor. Ya no me encontraba sumida en la negrura o oscuridad, pero tampoco puedo reconocer en qué lugar me encuentro. Con pasos sigilosos, voy inspeccionando todo el sitio. Me encontraba en un gran salón, con grandes ventanales y muchas librerías en las paredes. Por las ventanas, se filtraba tranquilas corrientes de vientos. Al fondo, se hallaba un gran piano de cola y a un chico tocando de manera muy concentrado, ¿se supone que se trata de él? No puede confirmarlo ya que me encontraba todavía a una gran distancia, pero con el pensamiento en mente, fui acelerando el paso para encararlo. Por desgracia, con base iba acortando la distancia, el lugar se iba distorsionando cada vez más. Como si todo esto fue solo un simple programa de televisión y se estuviera perdiendo la señal.

No... No por favor. Intento correr pero antes de que pudiera llegar, suena un gran estruendo por parte de las teclas del instrumento, y en un parpadeo ya todo se había desvanecido, para en pocos instantes encontrarme en otro lugar. Era mi casa, específicamente la sala de mi casa, pero esta estaba decorada de forma diferente, y estos no eran nuestro muebles. Esto debe ser mucho antes de mudarnos.

"¡DEJA ESE ESTÚPIDO SUEÑO DE UNA VEZ POR TODAS!"

Me sobresalto. Ese grito vino del segundo piso, y seguido de eso se escucha un fuerte estruendo.

Por inercia, corro en dirección a ese lugar de donde vino el sonido, pero una vez estuve en mitad de las escaleras, estas se desvanecen y nuevamente me encuentro cayendo en la oscuridad, pero esto no fue por mucho, y ahora en un abrir y cerrar de ojos caigo en medio de la habitación del piano. Me enderezo y me percato de que no me encontraba sola. Cerca al piano se encontraba un hombre que estaba dándome la espalda, y frente a este él se hallaba... ¡¿Alexander?!

"¡TODO ES TU CULPA!, ¡POR TU CULPA NOS ABANDONÓ!"

Dijo el hombre a la vez que le lanzaba al parecer unas partituras en la cabeza.

"Eso no es cierto, y lo sa..."

"¡CÁLLATE!"

Grita, y le proporciona una cachetada que resuena por toda la habitación.

Bajo La Misma SombraWhere stories live. Discover now