Capítulo 3

42 5 7
                                    

¡Ouch!, pero que dolor.

Un pelota de fútbol había caído sobre mi cabeza, y ahora sufría de una terrible contusión debido al golpe. La persona que haya pateado el balón contaba con gran fuerza.

Me levanté del suelo como pude. Creo que ese golpe me dejará un chichón bien grande. Después de que mi cabeza dejara de dar vueltas, busqué con la mirada la persona responsable de mi contusión. Pasee mi vista por los alrededores, hasta que divise a una chica que corría hacía mi dirección. ¿Ella era la persona que me golpeo con ese balón?, vaya, no pensé que una persona de contextura pequeña pudiera tener tanta fuerza.

A mi lado se encontraba la pelota de fútbol.  Me agaché para recogerla y así entregarla a esa chica. Luego de algunos segundos, la chica ya se encontraba a mi lado jadeando un poco, mientras que en su rostro se podía reflejar todo su arrepentimiento por lo sucedido.

— Disculpame, no era mi intención golpearte. Intentaba prácticar un nuevo movimiento junto a unos chicos pero no medí mi fuerza y, el balón salió directo hacia tu dirección — Explicó entre jadeos y con un poco de sudor rodando por su frente — Intenté advertirte del balón pero fue demasiado tarde. En serio lo siento.

Tarde unos instantes en asimilar todo lo acontecido. Si recapitulamos, esta chica pateó el balón de fútbol que tengo en este momento en mis manos sin querer a mi dirección y ahora, tengo un terrible chichón en la cabeza además de que, la chica misteriosa que es un poco más baja que yo, ahora está dándome una explicación de lo sucedió de una forma tan rápida de la cual, yo apenas si entendí la mitad. Pero qué día.

La chica ya un poco calmada, me miraba con cierta intriga esperando una respuesta de mi parte. Mire el balón que todavía reposaba en mis manos y, sin esperar más, lo tendí a su dirección.

— No te preocupes, estas cosas pueden pasar, no tienes porque sentirte mal por esto. Aquí está tu pelota.

— Déjame compensarte, si quieres podría comprarte algo para acompañar con ese café — Manifiesta mientras señala mi expreso.

— No te preocupes, no necesitas hacer nada por mi — Digo a la vez que le regaló una pequeña sonrisa.

Sin esperar respuesta, me volteo y recojo todas mis cosas del piso. Miro la hora en mi celular, ya debería volver a casa, aunque no quiera.

Vuelvo a dar media vuelta sobre mi, pero al momento de hacerlo, me doy cuenta que la chica misteriosa todavía seguía ahí.

—¿Ya te vas?, si quieres puedo acompañarte hasta tu casa, o al lugar al que te diriges — Menciona insistente.

De verdad que esta chica es algo extraña. Me quedo algunos segundos callada, tratando de buscar alguna explicación del por qué insistía tanto en compensarme.

— De hecho en parte es mi culpa — Dice después de no recibir respuesta de mi parte.

—¿Qué?

—Su mirada se desvía al balón de fútbol — Como te mencione, estaba practicando unos nuevos movimientos — Sus manos comienza un pequeño juego con el balón — Pero unos de los chicos de forma divertida y retadora dijo "Cuidado Evans, no vaya a ser que golpees a esa pobre chica" — Vociferó imitando una voz masculina — y yo... Sin restarle importancia respondí "Ja, ojala se cuide si eso pasa". Y... Antes de que me diera cuenta, la pelota ya iba hacía tu dirección — Finaliza mientras me observa arrepentida.

Yo, solo la miro expectante. En conclusión, si no fuera por su arrogancia, la pelota no hubiera ido hacía mi en primer lugar. Interesante, al parecer si puede existir gente normal en este lugar.

Bajo La Misma SombraWo Geschichten leben. Entdecke jetzt