cap 4

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En el jardín e al frente de la casa se encontraba casi desolado sino fuera por un par de chicos inconscientes tirados en el frio césped del lugar, por otra parte estaba un joven Cristopher caminado de un lado al otro mientras se mordía una de sus uñas por el nerviosismo.

Antes de salir de la casa había pasado por la cocina para poder tomar una bebida y poder olvidar la situación de hace un momento con Cam.

- ¡Que rayos hiciste Cristopher!- proclamo un Elías que salió de la nada haciendo que el otro escupiera su bebida por el susto que le dio.

- No sé de qué hablas.- hablo con indiferencia mientras volvía rellenar su vaso.

-Ohhh entonces quiere que te recuerde la mierda que hiciste con Cam.- le dio un leve empujón.

- Te dije que ese no es tu problema.- respondió ya con algo de molestia

- Te lo advertí Cristopher, una más y tu secreto va a salir a flote con tus papás

-Deja de meterte en los asuntos de los demás Elías, ocúpate del maldito de tu novio que está a nada de desnudarse sobre la mesa y a mi déjame tranquilo.- salió rápidamente de la cocina escapado lo más rápido que pueda de la situación. Y así termino caminando de un lado a otro afuera de la ruidosa fiesta.

La situación lo tenía atado de manos, si sus padres se enteraban de todo lo que había pasado con su hermanastro era seguro que lo mandarían algún internado religioso de su comunidad, porque aunque sus padres parecían ser los más liberales del mundo, esto no lo perdonarían con nada. De la frustración solo pudo soltar un grito, porque no sabía que más hacer, las cosa con Cam se volvieron una rutina pelearse, pedirse perdón, caricias a escondidas y como su mente lo llevaba a sobre pensar las cosas logrando que quisiera terminar las cosas Cam pero por alguna razón después de una semana lo volvía a tener entre sus sabanas y así duraban un mes antes de su mente le volvía hacer una mala jugada.

-Uuhh parece que tienes muchos problemas.- hablo un chico pecoso que salió por algún lado.

- ¿Se nota mucho?

-Bueno no muchos gritan de esa manera en una fiesta.- le regalo una sonrisa

-Tienes razón...

-Pero para tu buena suerte yo tengo algo para que todos tus problemas se acaben este día.- se acercó al chico sin quitar la sonrisa juguetona de su rostro.

-No quiero sexo amigo.

-¿¡Que!? Nooo, relájate viejo yo solo te venía a ofrecer algo mágico.- saco de su chaqueta una pequeña bolsita que parecía tener unas calcomanías de patos.- La primera es gratis.

Se lo pensó un momento ya no tenía nada que perder, sus padres muy pronto lo echarían de casa, uno de sus mejores amigos estaba enojado con él y por si fuera poco las cosas con la persona que le gustaba se estaba saliendo más de control.

-Bien, dame.- saco la lengua y sin perder tiempo el pecoso le coloco la pequeña pegatina sobre la lengua.

Que gran error acaba de cometer...

¿Quien lo hizo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora