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Tus ojos se entrecerraron ante la luz brillante cuando alcanzaste tu teléfono después de despertarte, dándote cuenta de que era la mitad de la noche. Aparentemente parece que esta fue otra noche terrible con dos horas de sueño, ya que el descanso no ha sido capaz de encontrarte fácilmente últimamente.
Gimiendo internamente, dejas que tu cuerpo vuelva a caer en el colchón, contemplando si debes levantarte o mirar al techo hasta la mañana. Sin embargo, de repente, te congelas después de sentir que tu brazo no golpea las sábanas vacías, sino algo, o más bien, alguien más en su lugar.
Reo se agitó levemente ante el contacto y tu cabeza cayó a un lado, observando cuidadosamente los contornos de su cuerpo en la oscuridad en busca de cualquier indicación de perturbar su sueño pacífico. Aguantaste durante unos segundos, antes de retirar con cuidado el brazo. Un suspiro de alivio salió de tus labios cuando te diste cuenta de que, no, tu novio todavía parecía estar dormido.
Sin embargo, por otro lado, esa pequeña descarga de adrenalina también te dejó algo más en claro: volver a dormirte no iba a suceder pronto. Te pellizcaste el puente de la nariz, resignada exasperada a tu destino.
En un movimiento rápido, volteaste cuidadosamente las sábanas a un lado, balanceando tus piernas sobre el costado de la cama; inmediatamente se te puso la piel de gallina tan pronto como tus pies tocaron el suelo frío. Sin embargo, antes de que pudieras llegar a la puerta, el susurro de tus sábanas se pudo escuchar de nuevo.
──"Espera"── gimió Reo con el sueño todavía evidente en su voz.
──"¿Estás despierto?"── te giraste sorprendida, ya que estabas segura de que no lo habías despertado.
──"¿Y cómo no?"── bostezó y con la lucecita que entraba por la ventana, se notaba cómo se restregaba los ojos, presumiblemente para quitarles el sueño ──"Después de ser despertado tan rudamente"
Había un tono juguetón en su voz, pero aun así te sentías mal por despertarlo. Sin embargo, por otro lado, te hizo apreciar la decisión de colocar tu cama junto a la ventana. Te permitía mirar la parte superior de su cuerpo sin camisa, literalmente, con una luz diferente.
Era hermoso como la luz de la luna resaltaba sus definidos músculos. Enmarcaba su cuerpo a la perfección, resaltando todas esas curvas, protuberancias y marcas de nacimiento que tanto amabas. Incluso ese moretón casi curado en su hombro derecho, que surgió cuando un partido de práctica no salió como se suponía que debía ir.
Realmente viste cómo sucedió, ya que estabas allí mismo. No estaba planeado que estuvieras allí en su práctica, pero Reo había olvidado las llaves de su casa. Lo notaste cuando estabas a punto de salir a comprar comestibles y, siendo la novia considerada que eres, decidiste dejarlas antes de continuar con tu día.
Así que imagina tu sorpresa cuando viste a tu novio tirado en el campo con un grupo de sus compañeros de equipo rodeándolo.
Decir que tuviste un ataque y actuaste como si él se estuviera muriendo fue un eufemismo, ¡y Reo aún se burla de ti por eso! aunque algunos de sus compañeros de equipo lo llaman bastante afortunado por tener una pareja tan cariñosa como tú, Reo todavía te dice que 'no es gran cosa' y que 'deja de preocuparte tanto'. Poco sabes, sin embargo, que su corazón siempre da un vuelco cada vez que demuestras que te importa, rogándote en silencio que lo sigas amando así.
Tus pensamientos fugaces fueron repentinamente interrumpidos y regresaste a la realidad, mientras sentías que Reo te pellizcaba el trasero, esquivando rápidamente tu patada instintiva hacia sus piernas mientras chillabas por la sorpresa.
──"Vamos, vamos"── tu novio solo se rió entre dientes y te alborotó el cabello.
Incluso cuando le hiciste un puchero y Reo siendo apenas consciente, sigue siendo el mismo caballero de siempre y te abre la puerta, guiándote a través del pasillo colocando su mano en la parte baja de tu espalda. No importa cuando o donde estes, reo siempre esta pendiente de ti.
