⟨Capítulo 3⟩

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Luego de aquellas palabras del pelinegro , decidieron ir a dónde estaba el antiguo sótano del gran castillo. Al encontrar una pared que parecía ocultar la puerta, Peter y Edmund la movieron revelando unas largas y oscuras escaleras que llegaban a varios metros hacia bajo. Peter comenzó a romper parte de su camisa , llamando la atención de sus hermanos ante tal acción.

Supongo que no traes fósforos ¿O si? – habló el rubio hacia Edmund , mientras sostenía la "antorcha" o intento de ella.

eh no. Pero ¿esto te sirve? – preguntó el pelinegro sacando una linterna de su bolso , provocando que sus hermanas rieran y Peter se indignara.

– ¿Y por qué no lo dijiste un poco antes? – se quejó el mayor y tiró su intento de antorcha mientras sus hermanos reían. Edmund prendió la antorcha y comenzaron a bajar las escaleras, el lugar estaba frío y se notaba que nadie había entrado ahí en años.

Al llegar al final pudieron ver un gran sótano con cinco estatuas y frente a estás sus respectivos cofres. Entraron al sótano abriendo las rejas.

Vean , es increíble , todo sigue aquí – sonrió Peter , corriendo a su respectivo cofre al igual que las chicas.

Pero Edmund , se quedó quieto enfrente de la estatua que estaba en el centro. Aquella estatua era de una hermosa mujer, pero a su parecer, no le hacía justicia a lo que en realidad era su amada. Sus ojos se llenaron de lágrimas y antes de ir a su cofre , se acercó al de ella. Sus hermanos estaban demasiado en lo suyo como para notar sus acciones y realmente lo agradecía.

Abrió aquel cofre y comenzó a revisar que había allí , sorprendiéndose al no ver muchas cosas. Había un par de vestidos, unos libros y una cajita de cristal. Frunció el ceño, no estaban las armas de su novia... Ni siquiera estaba su collar ¿Lo habrían robado? Algo ilógico a decir verdad, pues las cosas de ellos estaban tal cual. Suspiró y tomó la cajita de cristal , la abrió y vio su contenido soltando pequeñas lágrimas. Era el anillo ... El anillo de compromiso que le había obsequiado aquel hermoso día de su décimo octavo cumpleaños.

¿Éramos tan altos? – la voz de Lucy lo saco de sus pensamientos, rápidamente secó sus lágrimas y guardó en su bolsillo aquella cajita.

En aquel entonces eras adulta – sonrió Susan tomando su arco y sus flechas.

A diferencia de cientos de años después , cuando eres niña – dijo mientras abría , ahora sí , su cofre , sacando un casco que le quedaba enorme.

Qué sucede? – le preguntó Lucy a su hermana al ver qué rebuscaba en el cofre.

Mi cuerno... Debí olvidarlo en la montura el día que regresamos – Peter la observó unos segundos, observó la estatua de _____ y luego la suya. Un mal presentimiento se hizo presente. Se acercó a abrir su cofre sin dejar de observar su estatua y sacó su espada.

El gran invierno a caído, con su potente rugido – comenzó a recitar Peter mientras observaba aquel obsequio que le dio Santa en su primera visita a Narnia.

Al sacudir su melena , la primavera llega – terminó de recitar Lucy con un tono triste. Peter la miró con tristeza, sabiendo la conclusión – Todos nuestros amigos , el sr. Tumnos, también los castores... Ya no están – soltó la pequeña al borde de las lágrimas – entonces... ______ ... – no pudo continuar.

Para ahí Lucy – interrumpió bruscamente el pelinegro , con lágrimas en los ojos pero sin siquiera moverse – _____ está viva , lo sé , lo siento aquí – tocó su pecho en la parte de su corazón. – me niego a creer que ella murió – dijo con tono firme y decidido. No iba a aceptar que la rubia haya muerto , no iba a aceptar que había llegado tarde. No podía ser cierto.

Sueños Entre Espadas - E.P [El Príncipe Caspian]Where stories live. Discover now