⚠︎𝐃𝐞𝐚𝐝 𝐄𝐧𝐝⚠︎

2.0 ✞︎𝐓𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚✞︎

¡¡ (Drogas, mención de enfermedades como ansiedad, depresión y bulimia, además del suicidio) !!
Este será el único capítulo en el que lo pondré, pero casi todos van a tener contenido de ese tipo.

[Reader Pov]

El día pasó rápido, Will me estuvo enseñando algunas fotos de las otras víctimas y explicando todo el caso y yo lo escuchaba atentamente, haciendo notas mentales de cualquier cosa importante para reconocer los crímenes.

Después fuimos a comer y él se encargó de llevarme a una mecánica para comprar un coche.

Estuve mirando un rato y acabé por decidirme por un coche negro algo caro, lo pagué y me dejaron llevármelo.

El hombre pareció sorprendido por el coche que había comprado, pero no dijo nada y solo me dejó irme.

Me despedí de Will y conducí hasta mi casa, aparcando en el garaje.

Entré a casa y cerré la puerta.

—Joder— me fui a mi cuarto y me puse mi pijama.

Bajé y me tomé un vaso de zumo de naranja mientras veía la televisión.

Estaba cansada, así que decidí dormirme en el sofá con una manta.

...

—Qué frío hace— dije, pues me había despertado pronto y había decidido salir a correr un rato.

Corría por un camino en un parque vacío, pensando sobre la cita con el Dr. Lecter.

No quería ir, y me había planteado no hacerlo, pero me parecía de mala educación, y además podría enfadar a Jack, aunque eso era lo que menos me importaba.

Cuando me di cuenta ya había amanecido completamente.

Miré mi reloj.

Las 8:30 a.m.

Llevaba 3 horas y media corriendo por el parque en círculos, y tenía ganas de tomar algo.

Fui a una cafetería que parecía algo cara y pedí un café, unas tostadas y un croissant y me quedé esperando a que me trajeran las cosas.

Decidí sentarme en una mesa de fuera, ya que no hacía tanto frío.

Esta cafetería, además de las buenas reseñas también tenía una librería, pagas por un café, y te dejan un libro mientras pasas el rato.

Escogí uno de misterio, y mientras leía, noté a alguien acercarse por el rabillo del ojo.

Escuché una voz familiar.

—Señorita Miller, que sorpresa verla por aquí— dijo.

Levanté la mirada y me encontré con unos ojos marrones chocolate.

Aparté la mirada rápidamente.

—Dr. Lecter, no esperaba verlo hasta esta tarde— dije, colocando una servilleta en el libro como marcapáginas y cerrándolo.

—Ah, veo que el señor Crawford ya le ha hablado sobre nuestra cita para su terapia— dijo.

—¿Qué? ¿Terapia?— dije confundida —Claro que no, solo es una cita puntual, será un día, solo para demostrarle a Jack que estoy bien— dije, mirando a una familia que paseaba tranquila, los niños vestidos con un uniforme de colegio.

—¿Le importa si la acompaño unos minutos?— preguntó, elegantemente.

Negué con la cabeza, y entonces él se sentó en la silla frente de mi, bloqueando mi vista de aquella familia.