*universo 8* "Un universo que actúa planificando todo hasta el mínimo detalle. Los humanos que bajan su nivel son aniquilados"
Un universo perfeccionista necesita un dios perfeccionista. Alguien tan cruel y tirano para hacer desaparecer a todo aquel...
Desde que había vuelto de aquel día en universo 5 nada había sido lo mismo.
Los primero 200 años desde que regresó a su hogar en el planeta sagrado habían transcurrido normalmente. Su trabajo seguía siendo igual de exigente pero ahora se encontraba mejor física y emocionalmente así que pudo soportarlo. Pero durante todo ese tiempo no había tenido conexión de ningún tipo con alguna deidad. Ni siquiera del destructor. Sabia que sus amigos están ocupados por el ajetreado trabajo, después de todo el también lo estaba, pero creía que el señor Liquir le informaría algo del trabajado aunque sea mediante Korn. Pero no obtuvo ni un solo mensaje se su parte.
No quiso crear especulaciones ni pensar en ideas extrañas, así que solo lo dejo pasar pensando que no era nada grave.
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Tras transcurrir los 400 años, un día como cualquier otro resivio una llamada directa de si hermano Kuru. Lo cual ya de por si era extraño porque Rem no le dejaba utilizar la esfera de cristal sin su permiso y vigilancia.
Cuando acepto la llamada pudo ver el rostro de pánico de su aprendiz más joven. Este al ver que su maestro/hermano le había contestado empezó a gritar como loco que fuese al universo 4 en ese instante. Iru trato de calmarlo como pudo para que le explicara que estaba ocurriendo, pero Kuru estaba muy alterado e histérico como para responderle con claridad. Lo último y lo único que entendió fue que el de tez naranja antes de cortar la llamada le dijo a gritos: "VEN RÁPIDO IRU, PAPA NECESITA AYUDA!".
La bola de cristal se apagó y el rostro del kaio adolescente desapareció.
No tardo en salir del planeta para utilizar el kai kai y llegar al planeta sagrado del cuarto universo. Kuru estaba en la puerta del templo sagrado haciéndole señas para que fuera corriendo hacia el interior.
Iru voló lo más rápido que pudo y entró al templo a la velocidad da la luz. Kuru que estaba junto a él, lo guio hasta la habitación del Rem, donde ambos entraron para ver a el mayor dormido sobre la cama. El shin-jin anciano tenía una toalla fría posando sobre su cabez. Su cuerpo estaba hirviendo pero aún así se podía ver como este temblaba. Se veía pálido y muy cansado. Al tocar su pecho se podía sentir que su corazón bombeaba muy rápidamente.
Su maestro había caído enfermo y ahora debía reposar en cama.
Kuru sería temporalmente el cuidador del universo mientras este se recuperaba.
