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Estoy en mi habitación, mirando la carta que le escribí hace unos días a Cinco, la verdad no quiero ser una cobarde, me duele el alma, arde cada que respiro y quiero que ese dolor se detenga. No quiero herir a Cinco, él es un chico muy dulce, se hace ver el fuerte pero sufre por dentro y no quiero que se sienta mal por mi culpa, quiero que me odie antes de que sienta lastima por mi.

Leo lo que le escribí y suspiro cansada, estoy tan cansada, no quiero estar aquí pero no quiero dañar a alguien, no quiero ser una persona egoísta, no quiero ser una cobarde pero ya no puedo más. Escucho que tocan la puerta de mi habitación con fuerza así que algo confundida voy y la abro.

—¿Qué demonios te sucede? —Recibo una bofetada de parte de Luther —¿Sabes lo que provocaste? —Me habla fuerte y molesto —Alison está muy mal por tu culpa, papá la ha sometido a unas pruebas donde la están lastimando. Cree que tiene un error pero el verdadero error aquí eres tu, eres una maldita rara —Sollozo.

—Yo no hice nada —Se acerca a mi.

—Claro que si, nos has arruinado la vida a todos, te has vuelto un ser asqueroso y despreciable. ¿Por qué no solo te mueres de una vez? Le harias un bien a todo el mundo, no sirves y no servirás nunca —Comienzo a llorar.

—Pero Luther...

—Hoy dejas de ser mi hermana No. ocho y la de todos los demás —Sale de mi habitación y yo caigo al suelo, lloró sin parar, sintiendo como comienza a faltarme la respiración, mi pecho comienza a arder y mis manos, todo de mi comienza a temblar sin parar a lo que yo me abrazo a mi misma.

Me comienzo a menear para tranquilizarme mientras que ahogo mis llantos. No quiero, no quiero morir solo quiero sentir que tengo el control de mi, que puedo estar bien, quiero descansar un momento de todo y todos. Estoy tan jodidamente harta, siento que ya no tengo nada que hacer aquí, Luther tiene razón, todo sería mejor si yo estuviera muerta.

Me levanto del suelo y comienzo a tirar todo lo que hay en mi habitación, rompo las cosas y no paro de golpear todo, el enojo y la tristeza me invaden tanto que no lo pienso más y sin pensarlo busco mis medicamentos, el frasco tiembla sobre mis manos, las lágrimas ruedan por mis mejillas, miró el montón de pastillas y las trago con dificultad, no se cuantas meto a mi boca pero no me importa y las trago casi todas.

Siento una ganas inmensas de vomitar pero me las aguanto y sigo llorando mientras que pido perdón a todos, por que se que nunca fui una buena hermana, una buena compañera de equipo, una buena hija y una buena novia. Miro la carta para Cinco y millones de recuerdos con él vienen a mi mente, lloro más fuerte.

—Perdoname —Lloro con fuerza.

Siempre estare para ti T/n, te amo 

—También te amo.

Puedes confiar en mi...

—No, no, no —Me golpeo en la cabeza con fuerza —Por favor para.

Eres el amor de mi vida...

—Y tu el mio, Cinco perdoname.

Ven, dejame abrazarte, dejame hacerte feliz. Se que puedo hacerlo...

Me levanto del lugar donde estaba sentada y salgo disparada hacía la habitación de Cinco, puedo evitar esto, se que puedo hacerlo, todo con ayuda de Cinco. Mis piernas se tropiezan y no puedo correr, veo todo borroso y da vueltas. Suspiro para relajarme y poder llegar pero todo se vuelve negro.

Perdoname Cinco...

Cinco Hargreeves

Me remuevo en mi cama, esperando toparme con T/n pero solo caigo de la cama por tantas vueltas que di.

—¿T/n?.

Adormilado veo que no esta en la cama, me levanto del suelo y toco la puerta del baño para ver si está ahí pero no recibo respuesta así que entro al baño pero no hay nadie.

De seguro esta en la biblioteca 

Pensé así que me teletransporte y la busque por toda la biblioteca, gritó su nombre pero no recibo respuestas y tampoco veo a ninguno de mis hermanos en el recorrido que doy por la planta baja, dicho buscarla a pie así que subo las escaleras al segundo piso, busco entre las habitaciones de mis hermanos y en cada rincón pero no hay nadie hasta que llegó a su habitación.

—Cariño, ¿Estás aquí?.

Entro pero no veo a nadie, solo un enorme desorden por todos lados, comienzo a preocuparme por que esto no es nada normal, veo en el suelo un frasco de medicamentos el cual casi no tiene pastillas, asustado corrí hacia su baño y veo que no hay nadie, corro hacia mi habitación y al subir las escaleras a lo lejos del pasillo veo a alguien en el suelo.

—¿T/n? —Corro hacia él y comienzo a temblar a ver a mi novia —Cariño —Trato de sentir su pulso o algo pero no hay nada —No, no, no, no, no, tu no, no de nuevo —La tomó del brazo y comienzo a jalarla hacia mi habitación, su cuerpo se arrastra por el suelo y yo solo quiero salvarla —No por favor T/n, no te mueras, mi T/n no te me mueras, por favor, no —Gritó y la llevó hasta el baño, la meto en la bañera junto conmigo, la abrazo y abro la regadera para que el agua caiga en su cuerpo —¡T/n, por favor! —Lloro con fuerza —Por favor, despierta, despierta —Meto mis dedos en su boca, hasta su garganta y pronto ella vomita.

Sigo llorando y la abrazo con mucha fuerza, escuchando como ahora ella llora y me pide perdón.

—Perdoname, perdoname, perdón —La abrazo.

—Estoy aquí, tranquila, no hay más daño —Doy pequeños besos sobre su cabeza para tranquilizarla.

—Perdón.

𝐒𝐚𝐯𝐞 𝐌𝐞 © [✔]Where stories live. Discover now