IV. Semillas

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Lan Huan fervoroso por su dios consorte dejo libre sus labios solo para empezar a repartir y probar de su espléndida piel, picoteaba de aquí por halla en su cuello, en su pecho y en sus rosáceas florecillas mientras que su amado solo se limitaba a suspirar durante su camino de besos, ya en el interior de aquellas largas piernas se encontró con aquel falo que vergonzosamente se empezaba a erguir y con la punta de su lengua le ayudaba a florecer.

Cual margarita en primavera el juvenil dios lentamente empezaba a extender sus pétalos estando bajo las gentiles caricias de su esposo, ver su fuerte cuerpo le provocaba pensamientos de querer tocarlo hasta que sus manos se cansaran y terminaran memorizando cada musculo de él, terminando con todo el juego previo, Lan Huan con su clásica candidez lo acomodo de manera que su espalda quedara frente suyo para luego abrir una caja de madera que estaba sobre el respaldar de la cama, de ella empezó a emanar un agradable aroma floral, esta crema estaba hecha de humectantes con esencia de flores.

-Para esto quiero que me digas cuando no te sientas bien y me detendré de inmediato

-¿He?... si está bien

En completa confianza dejó su placer a merced de las manos de su compañero, de pronto al sentir esa intrusión le provoco una extraña sensación nunca antes conocida, aun así no se acobardo sino que simplemente lo acepto, pensaba que tal vez de ahora en adelante aceptaría todo lo que Lan Huan le brindara, cuando finalmente la crema se calentó con la fricción interna los largos dedos fueron remplazados por el árbol de vida, sentía esa erección húmeda frotarse hasta deslizarse en su interior llenándolo más allá de lo que él creía que sería capaz de soportar, tomaba bocanadas de aire frio para expulsarlo de una sola desde su caliente pecho, el mayor no se movió ni un solo centímetro hasta que joven se lo permitió.

Tal cual como una fruta madura Jiang Cheng fue arrancado, probado y partido para obtener su dulce sabor, esa semilla oculta en su interior era acariciada repetidamente haciendo crecer lentamente su culminación, al ser levantado de las gruesas pieles de la cama su espalda quedo pegada al pecho de su esposo quien se dedicaba solo a respiraren el interior de su cuello ahogándose en ese intimo aroma lascivo que empezaba a desprender lejos de aquel virginal que le precedía, su voz divina no dejaba de esparcir al aire exquisitos quejidos de absoluto deleite que se cortaban con besos libidinosos, Jiang Cheng posiciono sus manos por encima de su cabeza para sujetarse al cuello de Lan Huan mientras levantaba el rostro para mirar sus ojos cristalizados, cada vez que las estocadas se dirigían a su centro le provocaba un vértigo que lo mareaba casi como cuando se está al borde del abismo, no estaba seguro si caería pero estaba convencido que la mejor opción era hacerlo con Lan Huan.

-Sujétame, siento... siento que...

Lan Xichen se quedó sin palabras una vez que se encontró con los ojos de su consorte los cuales ardían en el mismo fuego de la lujuria, de inmediato envolvió ese delgado pero firme cuerpo en sus fuertes brazos sintiendo en el interior de este abrazo el subir y bajar de su pecho que se aceleraba de sobremanera a la par de sus movimientos, susurrando en su oído palabras que solo los amantes se dicen un orgasmo empezó a hacer acto de presencia en los mechones de su cabello que eran tirados por los dedos de Jiang Cheng, ante esta obvia señal no se limitó al regalarle el mejor gozo del sexo hasta al fin ver salir esos hilos de néctar lechoso en compañía del aullido de satisfacción más gratificante.

Al despertar de la mañana siguiente Jiang Cheng se encontraba solo en la amplia cama donde parecía que el rey del Hades había salido desde hacía mucho tiempo, se levantó con algo de torpeza en compañía de las furias que le ayudaron a sostenerse para comenzar hacer la rutina de siempre como limpiarlo, vestirlo y guiarlo hasta el gran salón principal. En su gracia camino con su nuevo traje, un presente dejado por Lan Huan, llegando hasta el robusto par de puertas que extrañamente estaban cerradas en esa ocasión por lo que haciéndose de su poder como dios consorte ordeno a las furias abrirlas para él y dejar que el gobernante de todos le admirara con su regalo puesto.

Lan Xichen estaba sentado en su trono con la mirada clavada al suelo y la mente dispersa mientras sostenía con dos dedos su entrecejo, eso era algo nunca antes visto durante sus meses estando aquí, acercándose llamo su atención haciéndolo levantarse y llegar a él para fundirse en un abrazo seguido de un beso donde su rostro quedo apresado en sus dedos.

-¿Qué sucede? Pregunto en un susurro estando aun entre sus manos

-Un mensaje llego, tu padre ordena te deje ir con tu madre o todo en la tierra seguirá muriendo... Sin haya arriba no hay aquí abajo

-¡Oh mi padre! Exclamo con enfado. El siempre hace lo que mi madre ordena, quieren que pase toda mi vida apartado del mundo pero tú eres mi mundo Lan Huan, te amo y no quiero irme de tu lado Afirmo escondió en el pecho del otro.

-Si realmente es que me amas te iras... por ahora

-¿Irme? Pero Lan Huan si me voy no me dejara nunca más verte. Desconcertado lo miro desde su pecho empezando a dejar salir amargas.

-Todo estará bien veneno mío, no llores y confía en mis palabras, toma esta granada y come una semilla por cada momento que te hice feliz.

-Confió en ti con cada fibra de mi divino ser.

Lan Huan no dejaría ir a su consorte sin importar quien viniera y congelara todo el tártaro ante él, si Jiang Cheng quería quedarse aquí a su lado claro que haría todo lo posible porque así fueran las cosas, las granadas del árbol de los moribundos desaparecían el cansancio y el hambre en los humanos pero también obligaban a todo el que la comiera a pasar un mes en el Hades por cada una de las semillas ingeridas hasta el final de los tiempos sin embargo estas granadas se conservan durante poco tiempo después de ser partía antes de pudrirse.

Dejo que fuera su propio consorte quien decidiera cuanto tiempo pasaría a su lado, acogido en el pecho de su amado Jiang Cheng comió la primera semilla de la granada que le presentaba Lan Huan, acepto otra limpiando su rostro, recibiendo caricias agarro una por el mismo, recordando esa noche comió dos más y otra al escuchar un -"te amo sin importar nada"- Por ultimo cogió unas cuantas por esos futuros momentos juntos pero antes de que pudiera meterlas a su boca perdiendo su color rojo carmín por lo que Lan Huan las dejo caer al suelo, entonces las puertas se abrieron abruptamente dejando pasar al dios mensajero que revoloteó directamente hacia Jiang Cheng para sujetarlo en un abrazo alrededor del cuello.

-Mi dios, que alegría verlo a salvo... digo, su madre esta tan preocupada por usted y me han pedido que lo acompañe de regreso, muchas gracias por su disposición Rey del Hades

-Lo que Jiang Feng Mian pide se hace, no hay mucha disposición en ello Contesto fríamente como de costumbre siendo apaciguado por el tacto de su consorte, no valía la pena desquitarse con quien solo entregaba las malas noticias.

-Gracias por tu preocupación A-Jingyi... ahora supongo que me tengo que ir

-Está bien amor mío, si te sientes triste solo mira tú reflejo en el agua del rio y nos volveremos a encontrar

Lan Jingyi estaba impresionado de ver cómo era que el tenebroso dios gobernante del bajo mundo tomaba un comportamiento tranquilo y cariñoso tan pronto se dirigía al dios hijo de la naturaleza, no era ciego ante la situación que se estaba presentando, haber pasado tanto tiempo con Lan Sizhui le permitió aprender acerca de cómo se ve el amor entre dos personas. Él no quería ser quien separara a este par de amantes pero no había nada que pusiera hacer sin ganarse un castigo del dios de rayo por lo que solo cayó y les dio todo el tiempo que pudo para despedirse.

Flechas De Oro.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang