XV. [Extra] Anhelos: Segunda parte

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Tuvieron una cita de mercado poco convencional, y comieron en el restaurante local.

Wei WuXian compró pasteles de osmanthus para Lan WangJi, recordando que habían sido sus favoritos en vidas pasadas. Para su sorpresa también lo habían sido en el tiempo presente. Lan WangJi confesó que era el dulce con el que acompañaban el té durante las visitas a su madre. Lo que proporcionó un peso simbólico al dulce cada vez que lo comía.

Manzanita se mostró manso al trote de Lan WangJi, pero intentó arrancarle la mano a Wei WuXian con su poderosa mordida.

Wei WuXian presionó durante toda la tarde el contenido del mensaje a Lan XiChen, pero el joven se abstuvo a decir nada y se molestó seriamente después de un shichen de preguntas tontas.

En casa la rutina se mantuvo más o menos igual, a diferencia de la convivencia en los últimos meses. Ahora se permitía ser ligeramente más íntimo con Lan WangJi, tomaba su mano, le alimentaba, abrazaba su cintura estrecha e incluso se subía a su regazo cuando estaba de buen humor.

Los besos también fueron algo nuevo, más no presionó en búsqueda de otra clase de contacto.

Trató de dar tiempo y espacio necesario al joven segundo maestro Lan. Wei WuXian había esperado más de trece vida para estar a su lado, así tuviese que aguardar cinco, diez, quince, veinte años para estar a su lado en todo sentido, aguardaría.

Incluso, mientras se confesaba había hecho uso de sus palabras para dejar en claro que podían estar en una relación sin que fuese estrictamente romántica, limitándose a una dinámica doméstica. Sin embargo, esto no fue del agrado de Lan WangJi, que rápidamente se ensombreció ante tal estupidez.

Esa tarde, Lan WangJi invadió el estudio colocando un escritorio adyacente a la mesa de trabajo de Wei WuXian, y dedicó parte de su tiempo libre en practicar las partituras de Gusu Lan. Al aburrirse de ello, acortó la distancia habida en ambos, y presionó hombro contra hombro en búsqueda de atención.

Atención que proporcionó sin problema.

Al parecer, romper la barrera de confianza en cuanto a secretos y misterios, dio pie a Lan WangJi para ser pegajoso; necesitado de mimos y afectos. Cuando Wei WuXian pensó en ello, contuvo la carcajada. A Lan WangJi nunca le gustó ser tocado por otros, pareciendo un pequeño anciano con asco a los gérmenes. Ahora, se aferraba como un pulpo.

Desafortunadamente, sus pensamientos no pudieron mantenerse puros, no en demasía. Había jurado en honor de un joven Lan WangJi, de no mancillar su persona hasta que así lo permitiera. Por lo que se sintió frustrado. Había tenido esa incómoda escena en la cocina durante un ataque afiebrado y se avergonzó de su falta de autocontrol.

Lan WangJi no pareció tener problema. De hecho Wei WuXian nunca volvió a mencionar el caso, temeroso de haber perturbado al joven en un arrebato contra su voluntad, decidió mantener bien lejos sus manos.

Lan WangJi se mantuvo quieto, inmerso en un abrazo contra su regazo. Su mejilla descansó en su hombro, encontrando diversión al tirar de su larga melena sujeta a una característica cinta roja. Su cabello no era tan suave y sedoso como el de Lan WangJi, por lo que se atascaba entre sus dedos.

Frustrado, Lan WangJi se mostró entusiasta con deshacer los nudos. No jaló tratando de arrancarle el cuero cabelludo, pero envió escalofríos a través de la columna vertebral, debido al rasgueo de sus uñas. En el sutil vaivén, tratando de mantenerse quieto en la almohadilla, Wei WuXian sintió el tirón inicial de una erección ansiando despertar.

Horrorizado por su realización, buscó distraer su mente con pensamientos aleatorios, pero fue difícil, ya que su cerebro regresó una y otra vez a la calidez de los muslos de Lan WangJi contra su regazo y la sutil presión de su peso, presionando sus piernas.

Ciclo de reencarnaciónOù les histoires vivent. Découvrez maintenant