1.- Comprobar

1.1K 134 52
                                    

Había llegado el día sábado, y contrario a otra veces; Naruto estaba ansioso por ir a la casa de sus abuelos, (que era donde se hacían las dichosas reuniones).

Lamentablemente no había podido hablar con el novio de su prima el día que se conocieron porque esa miope no lo soltó en ningún momento y lo mantuvo solo para ella.

Al llegar a la casa, cómo era costumbre; había un desastre, gritos de sus primos haciendo berrinche y jugando, mientras sus tías platicaba entre ellas y sus tíos cocinaban.

Ah cierto, la dinámica que su propia madre había propuesto la vez pasada fue que los hombres cocinaran y ellas se encargarían cuidar a sus hijos, claramente solo una parte se había cumplido.

—Bueno, ayudaré a cuidar a los niños, y a ustedes los quiero ver cocinando. —mamá nos mandó con ese tono de "hagan lo que les digo o en casa se arrepentirán" así que papá y yo nos apresuramos a la cocina.

Ahí ví a mi primo Gaara y pelando vegetales y me acerque para fingir que estaba haciendo algo.

—No dejaré que solo finjas ayudar. Lava estas cosas. —me habló Gaara sin siquiera saludarme antes, y yo actúe ofendido.

—No puedo creer que me pienses capaz de algo así, querido primo favorito.

—Como si te cayeran bien todos nuestros primos. —respondió rodando los ojos.

—Cuida tus palabras Sabaku, podría poner a Deidara en tu lugar de primo favorito.

—¿El loco que está a punto de incendiar la casa? —preguntó con diversión, y ambos miraron a Deidara, que se encontraba emocionado frente a la estufa haciendo trucos raros con el sartén y sacando llamas de fuego por todos lados.

—Prefiero morir quemado que traicionado. —contestó dramáticamente.

—Lavar vegetales no te va a matar, idiota.

—Me duele tanto desprecio de tu parte. —sonrió poniendo una mano en su pecho con dolor y después se fue a lavar.

No veía a Sasuke ni a la la loca esa en ningún lado así que supuso que no había llegado aún. Sabía que si preguntaba por ellos sería raro así que no tuvo opción más que esperar.

Estaba riendo disimuladamente mientras veía a su papá cocinar con un delantal rosa y varios de sus tíos lo miraban con total atención, (incluso su abuelo Jiraiya estaba ahí). Siendo honesto a veces sentía que sus tíos estaban enamorados de su padre por la forma en que siempre lo rodeaban, especialmente Kakashi.

Se detuvo de lo que se supone que estaba haciendo cuando escuchó la voz chillona de Karin y el saludo amable y dulce de Sasuke.

Salió a la sala donde estaban y al fin pudo verlo. Lucía encantador con su camisa de manga larga blanca de nuevo desabrochada hasta el esternón sin fajar, y ni hablar del pantalón entubado del que desgraciadamente tuvo que alejar la vista o sería muy obvio.

—Karin, no solo es tu novio, también es hombre, así que tiene que ir a cocinar. —le trataba de explicar Kushina con paciencia, mientras Karin se negaba a soltar el brazo de Sasuke.

—Pero él es un invitado no pueden hacer eso. —su prima parecía a punto de arma un drama horrible e innecesario.

—No tengo problema en ayudar, aunque no se mucho de cocinar. —intervino Sasuke amablemente.

Su novia parecía indignada y a punto de hacer otro reclamo, así que Naruto decidió acercarse.

—Tranquilo, yo te ayudaré. —se ofreció tocando su hombro con posesividad. —Soy bueno con las manos. —murmuró cerca de su oído.

Reuniones Familiares Donde viven las historias. Descúbrelo ahora