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Salgo de casa con la mochila donde traslado a Milo, es de noche, mis tíos no prestan atención a mis pasos, y Josh está encerrado en su habitación. Tomo otro bolsito con sus cosas, me duele alma aquella decisión, pero creo que Josh es de temer, y la única persona en la cual podría confiar, es Eddie, a pesar de no ser su amiga desde hace mucho, Eddie me da esas vibras de que es una persona buena desde los huesos.
Camino de noche, siempre es con miedo, a pesar de ser pueblo pequeño, le temo a todo, pienso que si hay un monstruo en mi propia casa, de seguro hay más sueltos por ahí, asechando a otras chicas.
Quedamos de vernos en el parque, que para suerte mía, queda cerca de mi casa. No veo bien de noche, pero reconozco su silueta, él está en una banca, sentado, escucha música, y pienso en que debe estar escuchando algo de Iron Maiden, siempre lo hace, o la mayoría del tiempo. Mi corazón parece que está por explotar de un sinfín de sentimientos, pienso en la noche que se avecina, en mi cuarto, sin Milo, en una nueva soledad y aquello me hace sentir horrible.
Eddie se para cuando me ve, yo quedo frente a él y miro a mis vans, me siento tan miserable que he fallado incluso en la misión de cuidar a mi mascota.
Hay silencio entre nosotros, respiro, incluso eso me cuesta cuando estoy con él, y el problema no es Eddie, simplemente soy yo.
- Vi... - Eddie rompe el silencio.
-Eddie... -muerdo mi labio inferior.
-Ven, te ayudo... - Eddie coge el otro bolso que llevo. Dejo que lo tome, caminamos hacia su casa, no ha sido una propuesta, sino el ritmo natural de aquella situación, quiero asegurarme de que las cosas de Milo queden en orden. Yo no hablo, no digo palabra alguna, siento culpa, porque sé que en el fondo Eddie quiere hablarme, quiere saber más de mí y yo pongo una barrera entre ambos, no lo hago por querer, sino porque, Eddie es un buen chico, no quiero que caiga en el error de toparse con una chica como yo, Josh es como una enfermedad crónica, creo que moriré con él en mi cuerpo. No sé si hay manera de despojarme de su crueldad.
Entramos a su casa, mis ojos se caen, tengo algo de sueño, y sé que entrar a casa será un gran lío.
- ¿ Y tu mamá? - pregunto, me siento en sofá y saco a Milo de la mochila. Él me mira con sus ojos bien abiertos, me parte el alma pensar en dejar de hacer una vida con él.
- Trabajando... Es enfermera- Eddie se sienta a mi lado, juguetea con sus manos y yo evito verlas, no quiero dar mis explicaciones, no quiero tener que decirle aquello. Quiero que Josh se quede simplemente como un secreto asqueroso. Milo pasa de mis piernas a las de Eddie, y se acomoda en ellas, eso me hace sentir mejor, lo dejo en un sitio seguro. Mustaine aparece de la nada, y Milo se baja, va con su hermano, y se echan en un canasto de decoración.
- ¿ Por qué haces esto? - Eddie me pregunta.
Yo niego con mi cabeza, llevo mis manos a mis ojos, y suspiro.
