Fake Love II

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-Bueno, a ver si empiezan a hablar porque me estoy empezando a impacientar -comentó la correntina, que paciencia precisamente le faltaba.

-¿Cómo se enteraron que estamo' de novio'? -preguntó el salteño cruzándose de brazos, mientras su mirada se intercambiaba entre el rubio y la de ojos celestes.

-No sé bien quién lo divulgó, nosotros lo escuchamos en el pasillo de entrada y corrimos a hablar con ustedes, primero porque no entendíamos que estaba psando, y segundo porque no podíamos crreer que no nos dijeran nada -aclaró Nacho con tranquilidad y una leve sonrisa en su rostro.

-Algo me dice que ya sé quien lo dijo... 

Murmuró el salteño con molestia, para acto seguido, comenzar a explicar cómo eran realmente las cosas. Al principio sus amigos no les creían nada, pero poco a poco comenzaron a entender porqué Agustín había aceptado, ya que tanto Castañares como Contanza, sabían sobre la atracción del enano hacia el de ojos verdes. Ambos chicos prometieron guardar el secretos por el momento, pero si alguno llegaba a ser afectado, se meterían para terminar con la farsa sin dudarlo. 

Y así fueron pasando las semanas, sin darse cuenta, ya habían pasado casi dos meses desde que todo había comenzado. Marcos había decidido ir a la casa de Coty para poder hablar con ella, ya que él no se sentía muy bien últimamente. Cada vez que estaba con Agustín sus manos sudaban, su corazón se aceleraba, se tildaba viéndolo y, lo peor de todo, se quedaba viendo sus labios, comenzando a preguntarse interiormente "¿Qué pasaría si lo beso?". En más de una ocasión estuvo muy cerca de hacerlo, una de esas tantas veces que el enano iba a buscarlo al gimnasio, el mayor sentía unas ganas inhumanas de darle, al menos, un pico, un beso rápido y corto en los labios, sólo para descubrir que sabor tendrían, si serían tan suaves como él los imaginaba... ¿Agustín se enojaría si lo hiciera? ¿Le seguiría el beso? ¿Tendría una oportunidad con alguien tan perfecto como lo era su enano?

-Creo que te re enamoraste del Agus -comentó Coty, haciendo que el salteño salga de su ensoñación.

-¿Eh? No, prima... Uste' 'ta loca -contestó el más alto entre pequeñas risas nerviosas, en el fondo, sabía que su amiga tenía razón.

-¿Seguro? Porque yo creo que te re gusta Agustín, por cómo hablas de él, por cómo lo mirás... No sé, mepa que estás al horno amigo -soltó la rubia sin pensarlo demasiado-. O capaz no tan al horno, digo, no creo que Frodo piense muy diferente a vos. ¿No lo hablaste con él?

-Primita, ¿Uste' me está haciendo una broma de mal gusto? -indagó con leve molestia el salteño mientras se terminaba el mate para pasárselo a su amiga-. Si lo hubiera hablado con él, no le estaría comentando a uste' lo que me pasa -comentó el castaño con una sonrisa claramente irónica en su rostro, aunque no descartaba la idea de hablar con el más bajo.

-Yo te diría que hoy haga' una cena pa' los dos, cosa que no es difícil porque sabés cocinar y viven juntos, después de comer le decís cómo te hace sentir. Creo que te vas a llevar una linda sorpresa -dijo la chica con una extraña efusividad, algo no le cerraba al mayor.

-¿Uste' sabe algo que yo no, prima? -preguntó el de ojos verdes cruzándose de brazos y levantando una de sus cejas.

-Puede que sí, puede que no.

Fue todo lo que contestó la correntina para, posteriormente, seguir charlando de cosas sin sentido, o al menos así era para Marcos, ya que su cabeza no paraba de dar vueltas en Agustín. ¿Y si el platense también sentía algo por él? ¿Y si sólo lo veía como un amigo? Claramente el salteño se había resignado a ver al de ojos celestes como a un simple amigo, o sea, había pensado en besarlo, en abrazarlo y tocarlo de formas que no eran amistosas, quería que todo ese amor falso que se demostraban fuera cierto, o al menos que también lo fuera por parte del menor. Quizá la idea loca de Constanza no era tan mala después de todo.

Por otro lado, Agustín estaba teniendo una conversación muy similar en su casa junto con Nacho mientras tomaban un café juntos, solo que el rubio no era tan sutil como lo correntina.

-Mirá, vos lo encarás y le decís "flaco, me volás la cabeza, pero re zarpado", y pum, le comés la boca. ¿Entendiste o te hago un dibujito? -preguntó el mitad español con una amplia sonrisa en sus labios.

-Nachito, ¿No te parece mucho? O mejor dicho, ¿No parece medio animal la forma de decirlo? -indagó entre risas el enano, su amigo estaba loco, pero así lo quería.

-Me parece la mejor forma, pero adaptalo a tus palabras -sugirió el chico con un deje de gracia-. Vos sos más romántico.

-No es ser romántico, es no ser un animalito como vos -aclaró el platense entre risas-. Bueno, sacando tu estupidez de lado, me estás tratando de decir que simplemente lo encare y le diga que me gusta desde hace mucho tiempo, desde antes de empezar con ésta relación falsa, y que quisiera intentar algo en serio con él, ¿No? -cuestionó el menor con una amplia sonrisa.

-¿Ves? ¡Es lo mismo! Pero sí, creo que ya es hora de terminar con todo éste lío de una buena vez. Así que espero que mañana me levantes con una buena noticia, ¿Entendido? 

-Sí, ya te entendí, Dios... Te quiero, pero a veces me desesperás...

La buena noticia es que ambos chicos tenían una idea en mente, el problema sería como lo podrían llevar a cabo sin arruinar los planes del otro. Ganaría el primero que le hablara al otro, pero la comunicación era crucial para sus planes. Agustín corría con la ventaja, él ya estaba en el departamento, y Marcos no.

MARGUS // ONE-SHOTSWhere stories live. Discover now