MARGUS // ONE-SHOTS

Actor II

Faltaba sólo una hora para la cita con Agustín, y Marcos estaba realmente irreconocible: Tenía puesta una peluca de color gris, en los ojos llevaba lentes de contacto color miel, eso quiere decir que sus ojos tienen colores grises-verdes y marrón claro, su ascesor de imagen le consiguió dos piercing, uno en la ceja izquierda y otro para su naríz en la parte derecha. Para cuando se vio al espejo, no se sentía él mismo, realmente parecía otra persona. Luego de pensarlo unos minutos, se puso una remera blanca lisa, unos jeans negros, una campera de cuero y como accesorio decidió usar un collar largo hasta por debajo de sus pectorales con un pequeño dije de una nota musical. Por último, su manager lo ayudó a ponerse tatuajes falsos por los brazos, el pecho y algunos en las piernas. Haría todo para no ser descubierto, divisó la hor. Faltaban quince minutos, así que se colocó su gorro de lana, sus anteojos de sol y su barbijo. Salió del hotel con una amplia sonrisa al notar que nadie lo reconocía, por una vez en su vida experimentaba lo que era ser un chico normal, que nadie te pida fotos, autógrafos o te persigan. Caminó tranquilamente hasta la cafetería, al entrar divisó rápidamente a Agustín, el cual estaba tranquilamente jugando con su teléfono. Se acercó a él con una amplia sonrisa, aunque interiormente estaba muriéndose de nervios. Cuando por fin estuvo a unos pasos, decidió hablar para que el enano supiera que había llegado.

-Hola Agu' -el chico frente a él levantó la mirada con una sonrisa, Marcos aprovechó el momento para quitarse el gorro, el barbijo y, por último, sus anteojos de sol dejando al de ojos celestes con la boca abierta-. ¿Qué pasa, primo? ¿Se esperaba otra cosa? -indagó con leve confusión el de peluca gris.

-No es eso, Juli. Es que me sorprendiste, nada más... -murmuró Agustín algo en shock, no era maldad, es sólo que no se esperaba encontrarse con una especie de trapero mezclado con punk-. En fin... ¿Querés que te traiga un café?

-Voy yo, total ya estoy para'o -sugirió con una dulce sonrisa, era extraño que lo llamaran por otro nombre en la vida real, pero intentaba acostumbrarse a eso.

-Em... Sí, dale. Quiero un café con leche...

Exclamó con una pequeña sonrisa el más bajo, estaba por sacar su billetera, pero Marcos ya se había alejado con rápidez. Agustín aprovechó la oportunidad para mandarle un mensaje a su mejor amiga en el mundo, Constanza.

*Chat con Coty<3*

Che, esto está medio rari...

Por??

Porque ayer cuando lo miró al bldo de Nacho noté que tenía los ojos verdes, se le escaba un mechón de pelo castaño y no tenía ningún piercing en la ceja

Y qué tiene?

Ahora tiene el pelo gris, totalmnete gris, los ojos miel y un piercing en la ceja, además de varias cosas más, pero eso es lo más rari

Ay amigooo

No seas exagerado

Capaz la estás medio flasheando

No blda

Posta te digooo

Bueno, tratá de disimularlo un toque, charlá un rato y después tomate el palo

Y si me secuestra?

No seas exageradooo

Igual, cualquier cosa llamame Frodito

Posta te digo

Sisi, cualquier cosa te llamo

Me voy que ahí viene

AVISAME CUALQUIER COSAAAA GUARDISSSS

*Fin del chat con Coty<3*

Agustín guardó su teléfono rapidamente cuando lo vio a "Julián", algo dentro suyo le decía que el chico estaba mintiendo, pero por otro lado le inspiraba confianza, era la mezcla de emociones más extraña que había sentido, era como un oxímoron, una confianza mentirosa, cosas totalmente opuestas entre sí. Tomó el consejo de su amiga, seguirle el juego un rato y luego irse. A diferencia de Marcos que estaba muy alegre de pasar un rato siendo él mismo, o algo así, con un chico que no lo juzgaba para nada, ni se le acercaba por ser "Marcos Ginocchio". Le entregó su café a su cita y se sentó frente a él con una sonrisa perlada. Estaba por preguntarle a Agustín algo de su vida, hasta que unas chicas se acercaron a la mesa algo eufóricas. Estoy al horno... Me recoonocieron... El más alto miró al de ojos celestes con confusión, que claramente no duró mucho, ya que una de las chicas no dudó en hablar.

-¡Hola! -saludó la chica de no más de quince años-. Disculpá que te moleste, pero... ¿Te dijeron que te parecés muchísimo a Marcos Ginocchio?

El salteño sintió como toda su mentira se venía abajo, estaba en una tensa calma, como si nada pudiera terminar explotando en cualquier segundo. El de rulos miró a las chicas con evidente confusión.

-¿Marcos qué? ¿Quién es? -indagó curioso el enano. Las tres adolescentes lo miraron horrorizadas, como si hubiera dicho que Hitler era una gran persona o algo así.

-¿No conocés a Marcos Ginocchio? -preguntó la chica que había hablado por las tres, tenía el cabello negro.

-Seguro vivís en una burbuja o algo así -soltó otra de las chicas entre risas cómplices con sus amigas.

-Puede ser, no digo que no sea así. Por eso pregunto quién es -suspiró con cansancio el platense, ¿A caso tendría que buscarlo en internet o algo así?

-No pasa nada, es él -comentó la quinceañera rubia pasándole su teléno mientras seguía hablando-. Es un actor salteño muy bueno, ganó varios premios, actúa desde chico, es muy bueno y...

Agustín dejó de escuchar la voz de la chica de repente, el tal "Marcos" se parecía mucho a "Julián", de hecho tenía el cabello castaño, los ojos verdes y no tenía piercings, al igual que como él mismo lo había visto el día anterior. Tal vez esas chicas le habían dado la respuesta a la pregunta que rondaba en su mente. Y tendría mucho más sentido que fuera un actor famoso y no un secuestrador como tenía en mente. Pensó unos segundos y volteó a ver a Julián.

-Mirá Juli, sos muy parecido posta... Y los dos se Salta. Que loco, ¿No? 

Indagó el platense con una sonrisa ladina mientras elevaba levemente su ceja derecha en dirección al de ojos miel, mientras que Marcos por dentro moría de nervios. Él solito se había metido en ese problema tan grande, no había ninguna necesidad de hacer semejante estupidez por un chico que no volvería a ver. Ahora estaba arriesgando todo, tenía que calmarse y actuar, era lo mejor que sabía hacer.