Shawty, I got it

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Hay algo que los clones no tomaron en cuenta fue que los pueblos pequeños son un caldero de habladurías y chismes. Toda acción en las zonas rurales ponía alertas a sus habitantes, quienes parecían conocer las costumbres y las actividades de todos. Nada pasaba desapercibido, menos aún la llegada de citadinos tan especiales que llamaban la atención. Para D.O y Kai robar se volvió más difícil y estafar era una tarea imposible. Tuvieron que alquilar un espacio porque no había casas que estuvieran desocupadas y, las que estaban, no eran habitables. El estilo de vida al que se habían acostumbrado era impracticable en el campo y, los pocos ahorros que tenían, se estaban terminando. Kai intentó convencer a su pareja de ir a otros lugares para robar y regresar al lugar donde se establecieran, pero D.O argumentó que con todo ese esfuerzo podrían irse a otro lugar.

–Si vamos a estar en esta situación, prefiero trabajar.

–No seas ridículo. ¿Vas a presentarte en una entrevista sin documentación?– se burló Kai. –Somos seres diferentes, superiores. Podemos conseguir recursos donde sea. Aquí estamos escondidos y estamos bien.

–Si querías esconderte, vaya lugar que escogiste. Todo el mundo nos conoce, somos los extraños y además sospechan de nosotros cuando algo falta porque somos los únicos que no justifican sus acciones aquí. No podemos arriesgarnos así.

–Cuando se harten de nosotros nos iremos. Dame un respiro, por favor.

D.O rodó los ojos y se acostó en la cama. La vida llena de riesgos y de peligros que tenían en Seúl lo mantenían ocupado, asustado, agobiado, distraído. Con tanto tiempo en sus manos tenía oportunidad de pensar en todas las cosas que quería evitar. Llegaban a él esos recuerdos odiosos que no le pertenecían. Esos pensamientos de ideas que no eran propias. Esas ganas de hacer o decir cosas que eran de Kyungsoo. Se sentía un farsante, un estafador, una copia barata. Mientras hacían travesuras en la ciudad, estaba demasiado ocupado siendo la versión mala de Kyungsoo, haciéndolo quedar mal y dejando su rostro en las cámaras de vigilancia. Arruinando la imagen del hombre que más odiaba en el mundo: el original.

–¿Qué harías si te encontraras con Kyungsoo? El de verdad

Kai, que había estado fastidiado por las insinuaciones de que era hora de marcharse, hizo una mueca de impaciencia al escuchar la pregunta. No había nada en el mundo que le molestara más que hablar de los originales. Eran como un estorbo para él, como algo en lo que no quería pensar por nada del mundo y que dejaba en evidencia todos los problemas que tenían.

–¡Yo qué sé! Golpearlo, quedarnos con sus documentos y luego poder hacer muchas cosas con tu cara. Puedes suplantarlo y vivir su vida. Si eso es lo que quieres y yo seguiré en su casa, viviendo como rey mientras tú trabajas.

–Un momento– D.O hizo un puchero al ver la cara divertida de Kai. –¿Por qué yo tengo que trabajar y tú no?

–Porque fue tu estúpida idea.

–Era una opción. Aquí estamos atrapados sin poder hacer mucho. En una gran ciudad es más fácil pasar desapercibidos.

–Hagamos algo grande– sugirió Kai repentinamente emocionado. –Busquemos a alguien rico y poderoso, mostrémosle lo que podemos hacer y cuando esté muy asustado, lo obligaremos a que nos mantenga y nos esconda con todo su dinero. Así ninguno tendrá que trabajar, ¿qué opinas?

–Que es una idea que se me debió ocurrir a mí.

***

Kim Junmyeon había sido enviado por su padre a la sucursal de la empresa en Busan sin ninguna justificación clara. Después de todo lo que había conseguido en Seúl, después de todo su éxito en la empresa: la mejora de las ventas, las relaciones con otras empresas, los precios de los mayoristas, los permisos estatales. ¿Qué podía haber hecho para recibir este castigo disfrazado de lección de vida? ¿Era por su falta de matrimonio? ¿Era por su amistad con el hijo de un empresario chino?

Don't be afraid║Kaisoo ║EXO Fest: JekyllWhere stories live. Discover now