Juego de gemelas (mikellino)

Y me entregue a ti...

Estas pasando la zona segura para menores de 18 años. Por favor, sin criticas y disfruten de este pedacito. 

NO AFECTA EN NADA A LA HISTORIA. ULTIMA ADVERTENCIA PARA SALRARSELO.

-Eres imposible- se burló.

Entre risas y besos fugaces, ambos jóvenes se dirigieron dentro de la cabaña en medio de empujones y casi caídas por los escalones debido a la creciente oscuridad. Al final, llegaron a la habitación que compartían en su pequeño escondite y cerraron la puerta, por precaución a los animales que podían rondar por ahí.

-No puedo creer que te decidieras por fin- soltó admirando los ojos azules de su amado- Su Majestad por fin perdió...-

Trollino no iba a dejar que Mike se burlara de él hoy, no cuando se veía tan exquisito tendido sobre aquella cama con el uniforme desorganizado, y lo beso para acallar cualquier estupidez que quisiera decir el chico. Se abalanzó sobre él y continuó con lo que había dejado hacía algunos minutos, sus manos pronto viajaron sobre la camiseta de su amante bajo los escalofríos de este por el frío contacto de los dedos del pelinegro con la piel.

-Eres perfecto- murmuraba al oído del extasiado Rey del Diamante que solo jadeaba bajo los toques del mayor- Tan malditamente perfecto-

La ropa incomodaba a este punto y, con mucho cuidado, ambas camisas habían desaparecido en algún rincón de la habitación. Varias marcas ya eran visibles en la zona de la clavícula del castaño y nuevas empezaban a aparecer al ritmo que el otro bajaba recorriendo cada rincón de aquel hermoso cuerpo, siempre teniendo cuidado en revisar cada reacción del menor en caso de que diera alguna señal de disgusto .

Cuando se sintió satisfecho con la obra de arte que tenía frente a él, el del Rubí decidió que era momento de darle más intensidad a la situación y, mientras disfrutaba nuevamente del dulzor de los labios de su novio, deslizó una curiosa mano bajo el pantalón de este encontrando un bulto que lo hizo sonreír traviesamente bajo el beso. Después de estar jugueteando un poco con el elástico de la ropa interior del chico, colgó su mano dentro recibiendo una mirada instantánea por parte del ojinegro.

-¿Quieres que me detenga?-

-No-

Aceptando gustoso las últimas palabras del joven, retiró lentamente sus pantalones y los lanzó para que no estorbaran y retomo lo que estaba por hacer. Posó su mano en la virilidad del chico, quien de inmediato dirigió una de sus manos para intentar acallar los extraños sonidos que amenazaban en soltar, e inició un vaivén no tan rápido. El castaño se sentía en las nubes, nunca se había imaginado en esa posición y ya no sentía su mano de lo fuerte que la mordía.

-Deja eso ya- gruño el pelinegro alejando la mano del chico y sosteniendo sobre su cabeza- Estamos solos mascotita, puedes gemir todo lo que quieras-

-No...-tartamudeo con vergüenza intentando soltar el agarre.

Sabía que su novio era así. Entonces se le ocurrió una idea y levantó al chico dejándolo nuevamente sobre su regazo pero mirando hacia adelante bajo la dudosa mirada de este.

-Quiero que muerdas mi mano todo lo que quieras- ordenó pasando toda su mano izquierda por el pecho del castaño hasta llegar a su boca- No quiero que te hagas daño a ti mismo-