Masacre

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...

       Aconteció de manera extraña, pero todo fue realmente explícito. No recuerdo muy bien el orden de los hechos, pero intentaré hacer memoria.

       Con mi familia; mi mamá, mi hermana, mi hijo y yo, fuimos de visita a la casa de unas personas que desconozco. Allí vivía una adulta mayor, un niño de aproximadamente 7 años, dos adultos mayores y dos jóvenes varones.

       Todo iba muy bien, recuerdo que llegó una señora de unos 40 años vecina de ese lugar, a quien sí he visto antes, pero no mencionaré su nombre real. Vamos a llamarle Cristina.
Doña Cristina, se llevaba muy bien con todos, especialmente con aquel niño. Al parecer le tenía muchísimo cariño, o eso parecía. Siempre lo trataba de manera muy afectuosa.

       Pasaron varios días y yo me encontraba en una carretera manejando una moto. Recuerdo haber visto en ese momento, el bus de la empresa en la que trabajé un tiempo. Fue en los alrededores del aeropuerto, por las cercanías de un barrio de la zona.
Iba manejando con normalidad, cuando de repente vi como un carro en movimiento abría una de sus puertas traseras. Mientras la puerta estaba abierta alguien lanzaba el cuerpo de una niña, dejándola tirada en medio de un zacatal.
El carro quiso darse a la fuga, pero yo no lo iba a permitir. Aumenté la velocidad y fui tras él. Lo perseguí hasta que entró a otro barrio que no reconocía. Sin embargo, sentía que ya había estado ahí.
Un tipo se bajó y entró a una de las casas. No quise actuar desesperadamente y ponerme en peligro, así que me bajé de la moto en total sigilo y fui a preguntarle a algún vecino, el nombre de ese lugar para llamar a las autoridades correspondientes.

       De un momento a otro, me encontraba en aquel lugar misterioso donde fui de visita con mi familia, era el mismo barrio. Podía observar que eran las mismas casas que había visto. Miré a mi alrededor y vi a doña Cristina. Iba caminando de la mano con el mismo niño pequeño que vi antes, así que, como ya la conocía, me acerqué y le dije: —¡Hola! Disculpe, ¿cómo se llama este lugar? Ella respondió, pero el sonido de aquella respuesta se esfumó con el viento. No la recuerdo.

       Cuando estuve a punto de llamar a la policía, vi que la señora entró a su casa y al salir, llevaba en sus manos un arma bastante grande. Se fue directamente a la casa de aquel niño, donde se supone, había entrado aquel tipo del carro que vi en la carretera. Se escucharon muchos disparos, me asusté.

       Doña Cristina salió de la casa y vi a mi mamá salir detrás de ella, sentí un vacío. Supe que si mi mamá estaba ahí, mi hijo y mi hermana estarían con ella.
Entré sin pensarlo para buscar a mi hijo y ahí estaba, aunque no se veía tan asustado como yo. Tal vez solo estaba en shock al presenciar aquello. Lo tomé del brazo y lo saqué de ahí.

       El interior de aquella casa parecía un mar de sangre. Cada uno tenía un disparo en la cabeza, las paredes estaban salpicadas de la sangre de cada uno. Sus rostros reflejaban vacío, miedo, angustia. Unos murieron con los ojos abiertos y en ellos se lograba apreciar, cómo su brillo se desvaneció por completo.

       Una vez afuera, me acerqué a mi mamá y le pregunté por qué doña Cristina había hecho eso, pero no me supo responder. Luego recordé que la última vez que vi al niño, estaba con ella. Así que, le pregunté a mi mamá si a él también le había hecho daño. Dijo que sí. Que con él fue diferente, pero que también le había disparado. Quedé atónita...
Fue extraño porque cuando estuve dentro de la casa, no vi al niño junto con los otros cuerpos. Quizá eso era demasiado de ver.

       Una gran parte de mí se tranquilizó al ver que mi hijo estaba perfectamente bien. Pero por otra parte, aún no lograba entender la relación que había entre doña Cristina y su tan horrible acto, con las personas del carro y las de la casa. Y, a todo esto, tampoco sabia el porqué mi mamá estando con ella en esos momentos, salió ilesa.
Supongo que a veces no hay respuesta para todo.

       Un tiempo después salieron a la luz videos sobre la masacre de ese día. Aquellas personas, tenían cámaras de seguridad dentro de la casa y los desgarradores hechos quedaron grabados.
Vi únicamente un video. En éste, se veía claramente que la cámara se encontraba en una habitación. Allí se lograba ver a los tres ancianos que vi al principio de todo; una mujer y dos hombres. El niño nuevamente no estaba.
Al reproducirlo, pasaron unos segundos hasta que se alcanzó a escuchar varios disparos provinientes de otras partes de la casa. Luego, la puerta de la habitación se abrió con brusquedad y se pudo observar cómo doña Cristina estaba con el arma en sus manos, apuntándoles. Su rostro se exteriorizaba totalmente inexpresivo. Ella se mostraba completamente decidida a aniquilarlos, consumida por una locura indomable.

       Gritos desesperados golpearon mis oídos y en cuestión de segundos, a sangre fría, sus voces se apagaron. Sus cuerpos quedaron tirados ahí, sin vida, injustamente. En un abrir y cerrar de ojos, las paredes grisáceas de aquella habitación, quedaron pintadas de un color carmesí intenso.


Me desperté...

Un sueño a la vezWhere stories live. Discover now