Second chance [Christopher y Reece Morgan]

Cap 1

1 año antes...
Londres, Inglaterra.

—Nos alegra tenerte aquí—me dice Alex y sonrío estrechando su mano

—Gracias por la invitación—le agradezco antes de estrechar la mano de Gauna

Alex Morgan, ministro de la FEMF y Roger Gauna, General de la central Londinense.

Se me hizo una invitación para formar parte del grupo élite londinense así que estoy aquí para saber qué tienen de interesantes, qué los hace más importantes que la élite Rusa.

—Ven, te daremos un recorrido—se ofrece y asiento siguiéndolo por el enorme campo de entrenamiento

Miro a las tropas entrenar en combate, tiro y recorrido de obstáculos. Reconozco a algunos de los capitanes y tenientes que se encuentran entrenando, pero es el Alemán quien llama mi atención

Voltea en mi dirección y sonrío al verlo dejar el entrenamiento para caminar en mi dirección

Alex y Gauna levantan las cejas al ver a Parker caminar en nuestra dirección y miro a Alex en espera de aprobación para poder hacer lo que quiero ya que las muestras de afecto están prohibidas

Alex asiente y sonrío lanzándome a los brazos del Alemán que me recibe gustoso mientras ríe por mi entusiasmo

—Hola, rubia—besa mi mejilla y río cuando me deja en el piso—. Esperaba poder verte antes de que volvieras a Rusia

—Yo también—sonrío—. Me están dando el recorrido por la central, después de eso veremos si me seguirás viendo todos los días

—Espero que si—besa mi sien—. Debo irme, hablamos después.

—Bien—asiento viéndolo volver con la tropa

—¿Es tu novio?—me pregunta Alex y río negando

—Para nada, es mi mejor amigo—respondo

Conozco a Parker básicamente desde que nací; mi madre era mejor amiga de la suya y nos veíamos constantemente a lo largo de nuestras vidas.

Llegó un punto en que nuestra amistad se volvió muy cercana y luego de la muerte de sus padres él junto a Emily, su hermana, pasaron casi un año entero en casa.

Según Parker, fuí el apoyo de ambos durante su duelo, se abrió a mi tanto como yo a él y todo cambió drásticamente hasta volvernos mejores amigos.

—La central cuenta con los mejores entrenadores y soldados de todo el mundo—habla Gauna mientras entramos al edificio—. Estar aquí sería un honor para cualquiera.

—La central Londinense no es una gran aspiración para los soldados de la central rusa, general—me encojo de hombros—. Nos enseñan que somos los mejores y que nadie puede superarnos más que nosotros mismos, así que el hecho de que aquí hayan muy buenos soldados no genera nada en mi.

Me gusta la sinceridad, me parece sumamente importante y no quiero que ellos crean que pintándome todo color de rosas pueden convencerme.

—Maliah es una mujer difícil de convencer—le dice Alex haciéndome reír—. Tienes razón, yo puedo confirmar que los entrenamientos en Rusia son mucho más difíciles y exhaustivos porque exigen perfección

—Eso me ha llevado a dónde estoy—le recuerdo y asiente

A mis veintiséis años soy la única mujer en la rama judicial con tantas medallas como un general. He estado a cargo de más de veinticinco misiones, todas exitosas. Estoy sumamente orgullosa de lo que he logrado porque me he esforzado por ello.