Capítulo 21

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Observo el cielo en medio del balcón, las distintas tonalidades me mantienen embelesada. Los tonos van de morado a rojos hasta llegar al anaranjado que combina con los rayos del sol y nos obsequia la maravillosa vista de la puesta de sol sobre nuestros ojos.
 
—Qué lindo, Ika.
 
—Es el ritual diario que nos demuestra que, hasta la luz más resplandeciente, puede llegar a pasarse al lado oscuro. El sol se pone, para darle paso a la luna, a esto se le conoce como Ocaso.
 
¿Viene a guna?
 
—Si, viene la luna —le digo aún contemplando el cielo.
 
Coelo coelo, coge a guna —dice mientras se empina.
 
—¿Qué coja la luna?
 
Ella asiente con naturalidad y yo estiro mis brazos para tratar alcanzarlo, simulando que estoy poniendo todo mi esfuerzo en algo imposible.
 
—Buenas tardes.
 
En ese momento su voz nos interrumpe, es el tío de Lian y cuando doy la vuelta, nos regala una sonrisa sincera de labios cerrados, yo le correspondo y comienza a caminar hacia nosotras, al balcón y veo también una luz resplandeciente en sus ojos caóticos.
 
¡Tío Duw! —grita Lian al percatarse de su presencia.
 
—Hola princesa.
 
Ella se lanza en sus brazos y no tarda en sostenerla, es como un pequeño ritual entre ellos dos.
 
Pincesa, yo. Nian — dice sostenido el rostro de Drew, para que toda su atención quede puesta en ella.
 
—Claro, tu eres la princesa —dice él.
 
—Tu cazador —luego voltea a verme —y Ika... ¿ahhh?
 
—¿La bruja? —le pregunta Drew con sorna.
 
Mis ojos quedan anclados en él y yo cruzo mis brazos genuinamente ofendida. De todas las cosas con las que me puedo comparar, lo hizo con eso y solo se limita a sonreír, pero mantengo mi actitud ruda.
 
—Con que soy la bruja Nian —me dirijo ahora a ella.
 
Ella me queda mirando sin saber que decir, mira al tío en busca de ayuda, pero el solo se encoge de hombro hacia su mirada, haciendo la escena aún más graciosa, luego sonríe y dice:
 
—Eres la reina.
 
Su respuesta me toma por sorpresa, por lo que no puedo evitar esbozar una sonrisa, ahora halagada.
 
—Se equivoca cazador, yo soy su reina.
 
—Lo siento mi reina —hace una leve inclinación —solo no me envíe en busca de un corazón, porque ya se ha robado el mío.
 
Nos quedamos mirando más tiempo del que debería, se que es un juego, pero no puedo evitar sentirme nerviosa y cuando cobramos noción de tiempo, volteamos a seguir observando el cielo, en completo silencio. Las aves se unen al panorama y no puedo evitar sonreír, mientras escucho el sonido que hacen al pasar.
 
— Palomas bonitas —dice Lian.
 
Él traslada su mirada a ella y luego la detiene en mí, su mirada parece desnudarme en alma y yo solo puedo estar embelesada con el color de sus ojos.
 
La paz y la tranquilidad que me proporciona estar al lado de él, es como una fresca brisa luego de una tormenta; nunca había estado con un hombre como él y eso me está comenzando a gustar, pero me aterra, me aterra demasiado, porque me invita a imaginar millones de escenarios que no pienso permitir.
 
Observo con atención cuando Lian le deposita un beso en la mejilla y cuando ella sonríe, él lo hace igual. No puedo evitar pensar que la escena es muy dulce, pero en ese momento Lian me mira y lo escucho salir de sus labios.
 
Beso a tío, Ika  — dice —beso.
 
—No Lian, tu tío y yo no podemos... somos... no somos —finalizo —no podemos.
 
Encuentro sus ojos, que no tienen expresión alguna al igual que sus facciones y no tardo en sentir la comodidad del ambiente, hasta que el sonido dr mi teléfono me salva del momento tan incomodo.
 
Salgo corriendo a la sala en busca de mi teléfono, lo veo sobre el sofá y cuando lo tengo en mis manos, lo descuelgo no antes sin ver el nombre de mi madre en la pantalla.
 
—Hola mami.
 
—Hola hija —escucho su voz constipada.
 
—¿Qué pasó madre? —pregunto ahora preocupada.
 
Alcanzo a ver cuándo Drew llega a la sala con Lian en brazos y también preocupado me pregunta "¿todo está bien?" yo me encargo de hombro sin saber que decir.
 
—Tu padre acaba de sufrir un accidente... — cuando escucho esas palabras detrás de la línea, mi mundo se detiene.
 
Miro a mi alrededor y veo unas nubes que opacan mi visión, mientras trato de recuperar el aire de mis pulmones, Drew se acerca.
 
—Se cayó de unos de los andamiajes de construcción. Hija, estoy muy preocupada —dice llorando —estamos en el Washington Hospital Center.
 
Millones de escenarios aterradores cruzan mi mente y mi único pensamiento es que no puedo dejar que se valla, mi padre no puede abandonar este planeta sin que yo le page,ñ al menos la mitad de lo que ha luchado por mí.
 
—Voy enseguida para allá —eso lo único que logro decir.
 
Tomo mis cosas de modo automático para irme lo antes posible, porque no encuentro cómo actuar en este momento; solo quiero verlo y saber que todo está bien, que me regale esa sonrisa cómplice, que me ha enseñado que en el mundo aún habitan cosas buenas.
 
—¡Erica! —me llama Drew —¡Erica!
 
Me detengo y volteo a verlo sin poder contenerme.
 
—Mi padre acaba de sufrir un accidente y debo irme, puedes... puedes... ¿encárgate de ella?
 
—Por su puesto, ¿estás bien?
 
Asiento no muy convencía y él lo sabe ¿Cómo podría estarlo? Si mi padre está en un hospital.
 
—¿Dónde está?
 
—No Drew, debes encargarte de la niña. Es mi asunto, yo debo encargarme de él.
 
—No voy a dejar que te vayas así, sola —me mira convencido —está en el hospital donde trabaja Allister, ¿cierto?
 
Yo asiento sin otra cosa más que acceder que me lleve, no creo que sea momento de nadar contra la corriente.
 
Al pasar por la recepción, Lucy me pregunta que me pasa, pero yo no encuentro palabras y solo entro al auto de Drew con la mirada perdida al frente, mientras se encarga de sentar a la niña atrás.
 
—Todo va estar bien —me dice y comienza a conducir.
 
Yo asiento, pero una lagrima se resbala por mi rostro y la quito de inmediato, sin dejar que los malos pensamientos nublen mi visión. Él está bien, no puede pasarle nada malo.
 
El trayecto al hospital trascurre en completo silencio y nada más al llegar, me bajo del auto y dejo detrás a Drew en la entrada, mientras me acerco a la recepción.
 
—Buenas noches, ¿dónde se encuentra el señor Benjamín Jones? — pregunto apresurada.
 
—¿Qué es usted del paciente?
 
—Soy su hija —digo alterada —dígame donde está.
 
—Tiene que aguardar un momento.
 
—¿Qué pasa aquí? —escucho la voz que hace que me dé la vuelta de inmediato —¿Qué haces aquí Erica?
 
Allister me escruta con la mirada tratando de encontrar una herida o la razón por la que estoy aquí.
 
—Mi padre está aquí, sufrió un accidente trabajando —lo miro con todo el pesar de mis ojos.
 
—Erica...
 
—¡Papi! —la voz de su hija nos hace voltear.
 
Lian viene corriendo hacia él y detrás de ella Drew, que me regala una sonrisa de consuelo, mientras camina hacia nosotros.
 
—Allister — le da una leve reclinación de cabeza.
 
—Drew —le responde de igual forma.
 
Drew me mira con una extraña expresión en sus ojos.
 
—Hola doctor Allister —habla la enfermera y luego me mira —el paciente Benjamín Jones, está en cirugía y los acompañantes deben aguardar en la sala de espera.
 
Con esa información me voy y dejo a los dos hombres atrás, yendo al único lugar donde debo estar ahora. Veo a mi madre completamente sola, mientras llora con su paño en las manos y cuando me paro frente a ella, levanta su mirada hacia mí y su rostro hinchado de tanto llorar, causa estragos en mí.
 
La atraigo hacia mí con mis brazos y cada sollozo que suelta en mi pecho me quiebra un poco más, hasta que lloro también.
 
—No sé qué pudo pasarle hija, es un veterano que ha trabajado toda su vida en eso y nunca le había pasado algo así, algo fallo con ese andamiaje.
 
No tengo ánimos de preguntarle otra cosa y solo dejo que se desahogue en mi pecho, hasta que nota la presencia de los dos hombres y la niña detrás de nosotros.
 
—Hola Allister —se fuerza en darle una sonrisa.
 
—Hola Esther, siento lo del señor Jones ¿puedo ayudarte con algo?
 
—Tal vez en preguntar cómo se encuentra mi padre —soy yo la que hablo.
 
—¿Algo más? —me mira con amabilidad.
 
Niego con la cabeza.
 
—La niña no puede estar por mucho tiempo a aquí —le dice a Drew —sé que no es el mejor momento, pero ella es mi hija, Lian.
 
Mi madre la mira y le sonríe, luego posa sus ojos en Drew y una extraña sensación se forma en mi pecho.
 
—Es hermano de mi esposa.
 
—Drew —le ofrece la mano —en lo que pueda servirle.
 
En medio del caos de mis emociones, eso me hace sonreír.
 
—Esther, la madre de Erica. Mucho gusto.
 
Drew me mira ahora y su sonrisa se borra de su rostro por completo, también cambia su postura, mientras se acomoda el traje.
 
—Voy a ver qué puedo hacer —dice Allister y me mira antes de irse.
 
Mi madre se sienta en una silla, en cuanto Lian se acerca despacio a ella y comienza hacerle preguntas, dejo que lo haga porque sé que a mi madre le gustan los niños y eso la mantendrá ocupada.
 
Unos minutos después el rubio se va y se lleva a la niña, pero al poco tiempo vuelve sin ella, no tengo ánimos de preguntar donde la dejo y él se sienta a mi lado reconfortándome con su presencia.
 
Pasan las horas y él no se ha despegado ningún momento de nosotras, le agradezco el gesto, pero algo en mi siente que no debería gastar su tiempo estando aquí.
 
—¿Estas bien? —me pregunta — ¿se te ofrece algo?
 
—No Drew, no se me ofrece nada —lo miro a la cara —eres muy amable, pero no tienes por qué quedarte, no te sientas comprometido al hacerlo.
 
—Quiero hacerlo —carraspea la garganta adoptando una expresión más seria —quiero quedarme.
 
Una lagrima resbala por mi rostro y él la limpia con delicadeza mirándome a los ojos, se que no debería estar queriendo que se quede a mi lado, por esa misma razón, necesito que se vaya.
 
—Drew, por favor no hagas esto —la voz se me quiebra.
 
—¿Hacer qué?
 
—Familiares del paciente Benjamin Jones.
 
Me levanto a ver al doctor que sostiene una plantilla medica en los brazos, mientras revisa unos papeles.
 
—Nosotras —se apresura a decir mi mamá.
 
Me levanto y Drew imita mi acción.
 
—Como saben, el señor Jones se cayó desde un quinto piso en un andamiaje. No obstante, aunque llevaba protección, ellos no garantizan una mayor seguridad. —deja los papeles —su estado es delicado y en vista que no tenía contacto con ninguna empresa, ¿es su hija no? me temo que los gastos corren por su cuenta.
 
—¿Pero mi padre se cayó mientras ejercía sus horas laborales? y se equivoca, él si trabaja por contrato.
 
—La empresa donde trabaja no tiene afiliación a un seguro o convenio con este hospital, puede hablar con el director, mientras lo lamento, pero no puedo ayudarle con más.
 
—¿Dónde está la oficina del director del hospital? —es Drew quien habla.
 
—Puede preguntar en recepción, le recomiendo que hablen con la asociación de trabajadores —termina de decir y se va.
 
Noto la expresión de mi madre y se que comenzó a preocuparse por saber de donde sacaremos el dinero, yo me acero a ella e intento reconfortarla al decirle que yo me encargo.
 
—Hija, tú no puedes encargarte sola de esto, no tienes dinero.
 
—Si, si lo tengo.
 
Miro a el rubio que está a pocos centímetros de nosotras, me avergüenza hablar de temas que solo me conciernen a mí, al estar él presente.
 
—Espera un momento madre.
 
Me acerco al rubio con una expresión completamente seria.
 
—Siento que ya has hecho mucho por nosotras.
 
En este momento, debo tomar una decisión difícil y no me apetece que esté presente, porque de verdad tengo mucho que pensar y las dos soluciones que tengo no son nada bonitas.
 
—Iré hablar con el director del hospital, es una injusticia lo que están haciendo con ustedes. No lo puedo permitir.
 
—Si, si lo vas a permitir, porque no es algo que te concierna, con todo respeto.
 
Es difícil no notar su mirada de desconcierto, porque el solo quiere ayudar.
 
—Está bien, no hablare con nadie, pero déjame ayudarte.
 
—¿Por qué? —me cruzo de brazos con firmeza.
 
—Quiero hacerlo y sé que puedo ayudarte de una manera u otra.
 
—De ninguna manera Drew, ya has hecho suficiente por nosotras — miro a mi madre con una decisión —yo tengo el dinero o en todo caso, se dónde conseguirlo.
 
—¿El dinero de tu universidad?
 
—¿Cómo sabes eso?
 
—Lo veo en tus ojos, es una decisión difícil.
 
—¡Oh! Tu método de análisis va en aumento —le digo con sorna.
 
—No soy tu saco de boxeo para este momento, Erica —me dice y ahora lo miro a los ojos.
 
Me froto las manos en la cara. Estoy muy cansada, no tengo ideas que estoy haciendo.
 
—Lo siento Drew, es un momento difícil que tengo que resolver yo sola, tengo un deber con ellos y cuando se trata de mis padres nada más importa. La universidad puede esperar. Mi padre, no.
 
—Te ofrezco el dinero, puedo ayudarte...
 
—Yo no pienso aceptarlo, espero que eso te quede claro.
 
Me lanza una mirada con un leve destello entre tristeza y decepción.
 
—No soy nadie para decírtelo, pero espero que ese otro lugar que hablas, no sea del que estas luchando por salir.
 
 
...

Nota de autor: hola de nuevo, estás dos semanas han sido pesadas en la universidad, espero y comprendan.

Un dato irrelevante:

Las parejas que me dan muchas vibes de Erica y Drew  por si les interesa, son: Diana Prince y Steve Trevor (Wonder Woman 1984), Hayley Marshall y Elijah Mikelson (The Originals)

Vengo con un maratón de 3/3 espero y los disfruten.

Además, cree una página de Facebook para compartir cosas del libro, aún no subo gran cosa, pero si quieren pueden pasarse y chequear lo que voy subiendo, sin más, desliza al siguiente capítulo...

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Bajo la superficie [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora