7. 🥀 Lonely

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Una tras otra caen las lágrimas de los hermosos orbes color miel.

El corazón de Aphrodite se siente abrumado. Desbordado por los recuerdos que golpean contra su pecho una y otra vez.

Preciosos sueños que desaparecieron como la brisa del mar en pleno desierto.

Desde su nacimiento, Aphrodite aceptó su destino como dios de la belleza y del amor.

¿Pero dónde está ése amor?

¿Por qué se siente tan sólo?

Jin intenta en vano limpiar sus lágrimas, pero los finos hilos de desconsuelo parecen no tener fin. Ni si quiera puede ver correctamente a su alrededor. Todo parece borroso entre el agua salada que cae de sus ojos marrones sin poderlo evitar.

Esa misma mañana en la cima de la montaña, al observar las pequeñas flores silvestres tuvo una distinta sensación. Encontrarlas libres en la naturaleza fue una impresión totalmente diferente. Una dulce melancolía instalándose en su corazón.

Pero esta vez, el simple humano había logrado despertar uno de sus más hermosos recuerdos dormidos. Aquella mañana en que el dios encontró su pequeño refugio, adornado con flores tan parecidas a las suyas. Bellos tonos azules y lilas floreciendo en cada rincón y cada espacio. Un hermoso detalle del niño de sonrisa clara y transparente, aquel ser de luz que guardaba en el rostro dos preciosas estrellas adornando sus mejillas. Aquella bondadosa sonrisa que después de ese día no volvería a ver.

Si tan sólo se hubiera podido despedir...

Si tan solo su destino hubiera sido diferente...

El dios tropieza con un bajo mueble a los pies de la cama, y cae al suelo lastimándose la rodilla. Tantea a ciegas la superficie, alcanzando finalmente un ligero pantalón marrón del entrenador que reposa sobre la misma.

Cambia su toalla por la prenda del instructor y sale de la habitación a medio vestir, descalzo, intentando en vano secar sus lágrimas con el dorso de sus manos.

Nam llega al departamento con el cangrejito en las manos y lo vuelve a colocar en su hogar improvisado.

Al voltear, observa a Jin salir lentamente de su habitación, vistiendo sólo la mitad de su fino cuerpo con unos sencillos pantalones deportivos. Camina tan despacio que el entrenador podría fácilmente entretenerse en delinear con la mirada cada suave músculo ajeno, la forma perfecta de sus hombros o las claras dunas de su plano abdomen, incluso las delicadas curvas de su estrecha cintura, pero todo aquello pasa a segundo plano al verlo llorar y salir cabizbajo en dirección al gimnasio, sin tomar en cuenta su presencia en el salón.

Son pocas veces las que ha visto llorar a alguien. Pero recuerda la única vez que estuvo en la misma situación. Le vienen a la mente los recuerdos de una preciosa criatura ofreciéndole consuelo, justo cuando más lo necesitó.

Unos centímetros antes que Jin salga del departamento, Nam lo sostiene del brazo haciéndolo girar hacia él.

-Hey, ¿Sucedió algo malo?

El dios no contesta, sólo hipa bajito, cubriendo su rostro.

Nam da un rápido vistazo a su figura y observa un pequeño rasguño en la rodilla ajena. Esta sangrando levemente, aunque no parece ser el principal causante del estado del pelinegro.

-Ven,- le dice el instructor suavizando su voz. -Vamos a curarte.

Aphrodite se deja guiar hacia una silla del comedor y se sienta en la misma. Su respiración se calma poco a poco y termina de secar las últimas lágrimas que caen por su rostro.

🥀Be mine, Afrodita🥀 || Namjin || °°FINALIZADA°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora