Gnomos: Fase dos

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Aunque no quería, Tweek había terminado tomándose la clozapina que le recetó el doctor Norris.
Después de discutir con Craig en la casa del árbol y que le confesara que no le creía respecto a los gnomos, Tweek volvió a sentirse como antes de todo lo sucedido con las alumnas asiáticas: solo.

Pasó un día desde que regresaron del bosque y el rubio había estado pensando en un montón de cosas.
Craig le mandó algunos mensajes pidiéndole que hablaran o que se vieran, pero Tweek le dijo que lo dejara solo unos días, necesitaba un tiempo.

Tweek también pensó que quizá había sido injusto con Craig, pues él solo hizo lo mejor que pudo para ayudarlo y mantenerlo tranquilo, e incluso si mintió, lo estuvo ayudando todo ese tiempo, pese a lo desesperantes que pueden ser sus ataques de pánico.

Sin embargo, el tema de los gnomos era algo delicado para él porque representaba el inicio de su vida asistiendo a terapias, tomando medicinas, enfrentándose a todos esos problemas mentales que lo marcaron incluso hasta el día de hoy, y todo causado por un doctor que le hizo un mal diagnóstico. Así que, el hecho de que nadie lo apoyara con el origen de todo ese dolor se sentía como una especie de traición para él.

Su ansiedad crónica es algo con lo que pudo aprender a vivir, pero una limitación que siempre estará ahí, no importa cuantas medicinas tome o cuánta terapia reciba, su sistema nervioso no volverá a ser el mismo por culpa del doctor Norris.

Al segundo día de que regresó del bosque con Craig, ya se sentía un poco más tranquilo. Estuvo en su cuarto durmiendo hasta muy tarde, porque las medicinas nuevas que le recetaron lo dejaban profundamente dormido. Si bien podía relajar su sistema nervioso gracias a algunas medicinas, la clozapina arruinaba todo haciéndolo sentir mareado y poniéndolo a temblar, por eso prefirió forzarse a dormir casi todo el día.

Horas más tarde bajó al comedor y cenó, sus padres insistieron mucho en hablar con él y que les contara cómo se sentía con las nuevas medicinas y con toda la situación de huir del hospital, también le pidieron perdón unas cuantas veces por haberlo tratado así aquella noche.

Sin embargo, Tweek no confiaba en ellos, así que solo aceptó su disculpa y les mintió con que se sentía mejor.

Sus papás trataron de acercársele más desde que empezó a salir con Craig, pero Tweek se mantenía lo suficientemente distante y era lo suficientemente obediente con ellos como para que no tuvieran nada que reclamarle cuando se negara a hablar sobre sus asuntos más personales. Nunca en la vida lo apoyaron hasta que todo el pueblo empezó a celebrarlo por ser gay, no merecían su confianza.

Y fue ese mismo día durante la madrugada que la pastilla de la esquizofrenia empezó a hacer efecto en él, por lo que su mareo incrementó, la cabeza le iba a explotar y aquella sensación de cansancio extremo se opacaba con la ansiedad e inquietud de su estado de alerta, que se agudizó.

En resumen, Tweek sentía como que se estaba muriendo, a penas y podía levantarse de la cama por tanto químico que le había metido a su cerebro.

Acostado en su cama, se retorcía y presionaba su cabeza con ambas manos, como si de esa forma pudiera disminuir el palpitante dolor.

"Lo sabía... no debí... ¡no debí haberme tomado esa pastilla nada más para tranquilizar a mis malditos padres!"

Aunque Tweek pensaba que podría estar teniendo una sobredosis, no era así; había desarrollado un poco más de resistencia a todos esos medicamentos, pero su malestar era totalmente genuino y sí necesitaba ayuda médica.

Su vista se empezó a tornar borrosa, aunque a penas lo notaba en la penumbra de su cuarto.
Cuando pensaba que ya no podía ser peor, comenzó a escuchar ese maldito sonido de muchos pasos pequeños aproximándose a su cuarto.

Gnomos (Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora