Gnomos: La resolución

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Dentro de una cueva fría y húmeda, ocurría una escena inusual:
Dos gnomos intentaban calmar a un adolescente rubio, quien lloraba a mares encerrado en una jaula.

—¿¡Por qué me pasa esto a mí!?— decía Tweek entre lágrimas —.¡¡No es justo que cuando ya no quiero s*icidarme me vaya a morir...!!

—Deja de llorar, está bien— decía uno de los gnomos.

—Toma chocolate y deja de llorar.

Le entregaron una barra de chocolate pasándola entre los barrotes, pero el chico la ignoró y siguió llorando. Ya habían intentado con dos barras de chocolate antes.

—¿¡Qué le pasa!?, ¡ya le dimos agua y chocolate!, ¿¡por qué no deja de llorar!?— uno de los gnomos está desesperado y el otro sube los hombros porque está en blanco.

—¿Y si le damos ropa interior?— propone uno nuevo que se acerca.

Dudoso, el gnomo más cercano le entrega un calzón a Tweek, pero no le importa y no cesa de llorar.

—¡¡Quiero ver a Craig!!— solloza —.¡Quisiera verlo una última vez antes de morir...!

—¿Qué es un "Craig"?— pregunta un gnomo mientras el chico sigue llorando en el fondo.

—No sé. No es una marca de ropa interior.

—¡Oye!— llaman su atención —¡Oye, Tweek!

—¿Qué...?— pregunta con su vocecita rota y se gira hacia la pequeña criatura.

—¿Sí te traemos Craig vas a dejar de llorar?

—Craig es mi novio, no es algo que me puedan traer, es alguien— dice triste.

—Bueno, ¿si te traemos ese alguien Craig vas a dejar de llorar?

Tweek lo piensa durante unos segundos y después asiente.

—Entonces te traeremos Craig. ¿Donde consigues a Craig?

—Pues... tal vez está buscándome, pero si no, supongo que debe estar en su casa.

Entonces de repente se escuchan los peculiares pasos de un montón de gnomos aproximándose. El sonido incrementa y después llegan a la zona una multitud de gnomos que cargaban a alguien entre todos, dicha persona estaba amarrada de manos y pies y tenía la boca tapada, por lo que se retorcía inútilmente, no podía escapar.

—¡Trajimos al objetivo!— dice el gnomo que lidera la multitud.

—Ah, sí, métanlo con el otro.

Entonces entre todos se las ingenian para meter al terco individuo que se resiste a la misma jaula donde se encuentra Tweek, quien esta tan sorprendido que no es capaz de moverse.

—¿¡Craig!?

Los gnomos cierran la jaula y ahí el chico puede reincorporarse. Le habían quitado su bat de béisbol.
Craig también está impactado de ver a Tweek e intenta hablar, pero la mordaza se lo impide.

—¡Déjame ayudarte!

Tweek le quita la mordaza de la boca y él empieza a regular su respiración; luego Tweek sigue desamarrando sus manos y piernas, dejando a Craig en libertad.

—¡¡Tweek!!

El pelinegro no tarda ni un segundo más en abrazarlo y presionar con fuerza y cariño.

Gnomos (Creek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora