REENCUENTRO.

3 2 8
                                    

«La mariposa recordará por siempre que fue gusano.»
Mario Benedetti


Podía escuchar la voz de mi madre a lo lejos, tan lejos que era como si estuviera atrapado en lo más profundo de un mar oscuro, con la presión del agua sobre mi cuerpo impidiéndome emerger, como si estuviera durmiendo demasiado bien y alguien quisiera despertarme  empujándome hacía la luz aunque yo solo quería permanecer en aquella tranquilidad que me brindaba aquel "lugar", fuí recuperando la conciencia poco a poco, el aroma a alcohol inundando mis fosas nasales.

ㅡGracias a Dios, me metiste un buen susto Yeonjun, casi te rompes la frente contra la mesa de centro... ¿te sientes bien?, ¿te duele algo? Levántate con mucho cuidado y despacio.

Por escasos segundos no supe donde me encontraba, Byeol, mi gata, lamía mi mano con desesperación mientras mi madre me miraba con toda la preocupación del mundo reflejada en su rostro, hincada a mi lado.

Intenté incorporarme, pero al apoyar la mano izquierda contra el piso, un punzante dolor me hizo caer en mi posición anterior, mi madre poniéndose de pie de inmediato, con la mano en la cintura, no había que ser adivino para saber lo que diría.

ㅡTe dije que te vistieras desde un inicio, ahora tendremos que ir al hospital, parece que te torciste la mano cuando caíste, estás más gordo y no te pude sostener, te fuiste de una contra el piso aunque en realidad creo que hasta fue mi culpa por jalarte del otro brazo.

ㅡEs...estoy bien, mamá.ㅡ Dije aquello no muy convencido y con una mueca de dolor muy evidente en mi rostro, a veces era demasiado idiota para aceptar ayuda de los demás.

ㅡNada de "estoy bien mamá", iremos y punto, Yeonjun, arriba. ㅡMe ayudo a incorporarme con mucha lentitud y aun así el mundo me dio vueltas cuando estuve de pie, sentándome en el sofá. ㅡNo tardo, iré por ropa para que te vistas.

Vi a mi madre desaparecer por las escaleras, puse mi mano contra mi pecho, jadeando al instante, el golpe empezaba a enfriarse y comenzaba a doler.

Apoyé mi cabeza en el respaldo del sofá y le puse mute a la televisión, quedándome solo con la imagen de aquel chico... de Soobin, me sentía tan abrumado que lo último que deseaba en ese momento era un exceso de información probablemente falsa. A los pocos minutos, mi madre regreso con un pantalón deportivo negro y una playera blanca ancha, me ayudó a ponerme la ropa, sintiéndome un poco avergonzado cuando me subió el pantalón deportivo.

ㅡ¿No te da vergüenza andar en interiores frente a tu madre?

ㅡNo hagas esto... ambos sabemos que fue tu culpa.

ㅡIgual no tienes nada de qué avergonzarte, yo te bañe y te limpie el trasero hasta que cumpliste casi cinco años...

ㅡ¡Mamá!

ㅡAnda vamos, tu mano ha comenzado a hincharse.

ㅡSi tan solo mi madre no me hubiera lastimado, ¿qué le diré al doctor?, ¿si servicios infantiles viene, deberé mentir?

Y de nuevo, un golpe contra mi pobre cabecita, ambos riendo por mis bromas, subimos al auto y ella me puso el cinturón de seguridad, con mi mano buena puse un poco de música, pues el camino era un poco largo y aunque sabía que mi madre quería hablar sobre el otro tema, yo no tenía cabeza para eso en ese momento; mi mano dolía y se comenzó a poner roja, así que mi madre condujo un poco más rápido de lo permitido.

ㅡTal vez... si tenemos un poco de suerte, podamos verlo.

ㅡ¿Mmh?

ㅡA Soobin.

ㅡ¡Oh!... Tal vez.

Y si bien, yo no me había puesto a pensar en esa pequeña posibilidad, ahora mi madre me había metido aquella idea en la cabeza. Con mi mano lastimada y la vergüenza de que mi madre me tuviera que vestir pues casi siempre andaba en ropa interior en la casa, mi mente había bloqueado un asunto bastante importante, Soobin había vuelto.

MIRROR [YEONBIN]Where stories live. Discover now