MIRROR [YEONBIN]

INCOMODIDAD.

"La infancia atribuye a su propia ignorancia y torpeza la incomodidad del mundo"

Juan José Saer.

El corazón me latía con fuerza, me puse de pie sin poder decir ni una sola palabra. La sensación de incomodidad era tal, que ni siquiera podía ver a los ojos a Soobin, caminé hasta la puerta y salí, mis ojos se encontraron por un breve instante con los suyos, un escalofrió me recorrió el cuerpo y cerré la puerta tras de mi cuando Soobin no dijo nada más, y en lo más profundo de mi corazón, realmente esperaba que no lo hiciera, que no dijera nada, porque seguía siendo un cobarde igual que hace diez años, la única diferencia era que... ya no era un niño.

Ya no podía excusarme e ir corriendo a los brazos de mi madre, ya no podría decir que el policía me daba miedo y fingir que estaba lo suficientemente traumado como para no hablar y fingir que no recordaba nada cuando me llamaran a declarar. No, ya no podía hacer nada de eso, así que tal vez debería tomar esa oferta que me estaba haciendo Soobin.

Suspire de forma lenta, caminando hacia la sala de espera, mi madre me esperaba ahí junto a los señores Choi y yo tuve que fingir una sonrisa cuando los tres me sonrieron esperanzados.

ㅡ¿Te ha dicho algo?

Negué repetidas veces, pareciendo derrotado. ㅡHemos hablado un poco, pero nada importante, me dijo que estaba cansado y que había cambiado...

ㅡ¿Solo eso? ㅡMe preguntó la señora Choi con cierto tono de decepción en su voz, yo solo asentí y mi madre me rodeó por los hombros, disculpándose con ellos.

ㅡLo sentimos, Yeonjun no fue de tanta ayuda como creímos y aunque nos gustaría seguir aquí con ustedes, tengo un día muy ocupado, pueden llamarme a mí o a Yeonjun sí lo requieren, también saben dónde vivimos, si necesitan algo, por favor no duden en pedirnos lo que sea, si podemos ser de ayuda, con gusto lo haremos. 

ㅡGracias... nosotros nos pondremos en contacto con ustedes, Yeonjun-ah, muchas gracias por hablar con él, por intentar conseguir alguna información útil.

ㅡNo es nada, cuando gusten.

Hicimos una pequeña reverencia y salimos de ahí, durante todo el trayecto a casa, mi cabeza fue un completo lío, la culpa, la ansiedad y la intriga me consumían, ¿qué era este sentimiento de incomodidad con Soobin?, definitivamente había algo distinto en él, no era como si Soobin hubiera perdido parte de su esencia durante el tiempo que había estado secuestrado, era más como si aquel chico fuera una persona completamente diferente, pero tampoco podía arriesgarme a decir o sugerir nada, no tenía pruebas, ni siquiera yo estaba seguro de aquello y aun en mi cabeza, parecía una idea descabellada, pero mi instinto me decía (me gritaba) que algo no estaba bien, que tuviera cuidado y todos aquellos pensamientos desencadenaron un terrible dolor de cabeza. 

Tan terrible que ni siquiera fui consciente de la persona que me esperaba sentada frente a mi casa hasta que sus brazos rodearon mi cuerpo, sintiendo su genuina preocupación, reconociendo su aroma al instante, era Beomgyu, mi novio desde hacía ya casi un año, mi mejor amigo desde la primaria y el único capaz de llevar mi paciencia al tope y hacerme estallar para después calmarme con abrazos y besos. 

ㅡHyung, ¿dónde te habías metido? Me tenías muy preocupado, no respondías mis llamadas ni mis mensajes y seguía escuchando tu celular sonar dentro de la casa cada que te llamaba, casi le hablo a la policía.

ㅡLo siento, Gyu, ha sido una mañana muy agitada y olvidé decirle a mi mamá que te avisara que estábamos en el hospital y...

ㅡ¿EN EL HOSPITAL?, ¿qué te pasó?, ¿estás bien?