Medical 🏥 Tokyo Revengers 💉 one-shots💉

🏥Shinichiro🏥 Lemón 🍋

Aquí la cosa cambia, es Shin el doc y T/n la paciente. 🖋️

Ya estabas hasta el tope de aburrimiento en aquella sala de espera repleta de ancianos, niños corriendo, bebés llorando y las dos mujeres embarazadas que parecían competir por cual tenía más urgencia de hacer "pis".

-No debe ser fácil tener un bebé aplastando tu vejiga-. Pensaste y seguiste deslizando tu dedo por la pantalla de tu móvil.

-Señorita T/n T/a, como puede ver hay demasiados pacientes por lo que la enviaré con el médico nuevo, el Doctor Sano-. Accediste y la mujer te encamino a la puerta blanca con la placa plateada que ponía "Dr. Shinichiro Sano".

Doctor Sano, que graciosa combinación, el mal chiste en tu cabeza te hizo sonreír, tocaste la puerta y fue entonces que escuchaste lo que seria tu sonido favorito a partir de ahora.

-Adelante-. Entraste cojeando y cargada con tu patineta y mochila.

-Permiteme ayudarte-. Cuando su mano rozó la tuya para ayudarte y miraste hacia arriba lo pudiste apreciar: piel pálida, ojos y cabello completamente negros que resaltaban hermosamente con su vestimenta blanca, era notoriamente más alto que tú, de complexión delgada, pero se notaba que cuidaba su cuerpo, quedaste impresionada con sus hombros anchos.

-Uy, eso se ve doloroso-. Te guío y te indico para que te sentaras en la camilla y estiraras la pierna dañada.

-Veo que no es la primera vez que te ocurre un accidente-.

-Es la unica forma de aprender Doc, así es esto, pero está vez si me pase de la raya y me asuste porque no dejaba de sangrar, por eso vine aquí-.

-Ya veo, tranquila, la herida parece grande, sin embargo no es profunda, bastará con limpiarla y desinfectarla-.

Y así fue, no supiste como soportaste las ganas de llorar cuando tuvo que desinfectarla, pero querías quedar como una chica valiente y cool con el apuesto doctor.

-Le agradezco-. Sonreiste y el correspondió, Dios, su sonrisa era lo más bonito que jamas habías visto, te ofreció una paleta de caramelo antes de irte, tan lindo, pensaste, tendrías que lastimarte o buscar buenas excusas para volver a verlo sin parecer una acosadora, que difícil es el amor, te quejabas internamente mientras caminabas cojeando de regreso a tu departamento.

De repente notaste que una motocicleta iba demasiado lento al lado de la acera, no puede ser; ahora también serías victima de la delincuencia.

-Escucha desgraciado, te estampare está patineta en la cara si no dejas de seguirme ahora-. El hombre se quitó el casco y levanto las manos en señal de rendirse y luego de pestañear varias veces lograste asimilar la imagen frente a ti.

-¿Doctor Sano?-

-Lo siento, no te asustes ni pienses mal, mi turno termino y camino a mi casa ví a una chica que cojeaba, me acerque porque quería comprobar que eras tú. ¿Vives por aquí? Puedo llevarte si no te resulta incómodo-.

Honestamente te quedaste comicamente estática, era como si la oportunidad que estabas esperando te cayera milagrosamente del cielo. Subiste a la motocicleta, con tu mochila en la espalda, una mano abrazando tu patineta y con la otra mano aferrada a la chaqueta de cuero de Shinichiro.

Le ibas dando las indicaciones para llegar y cuando al fin estuvieron del edificio donde se encontraba tu departamento el más alto rio.

-Oye, creo que vivimos en el mismo edificio-.

-¿Es en serio?- Pensabas que este tipo de coincidencias solo ocurrían en las películas.

-De verdad, pero hoy sería apenas mi segunda noche aquí, así que es normal que aún no nos hayamos topado, estoy en el noveno piso, departamento 16-. Te dijo emocionado, y para que negarlo, tu también lo estabas, pero lo disimulabas mejor que el.