Era ya bastante tarde, la madrugada de navidad, noche buena ya había pasado. Habías tenido una cena elegante con tus padres y familiares a los que ni siquiera conocías, querías poder invitar a Taiju, pero sabías que tus padres al solo verlo no dudarían en alejarlo de ti.
Abriste tus obsequios realmente emocionada, tus padres eran los mejores y te amaban, no lo decían muchas veces pero trabajaban arduamente para darte solo lo mejor.
Dormías ya plácidamente abrazando tu tan amado tiburón de peluche, cortesía de tu novio, había sido un obsequio de tu cumpleaños, unos golpes en tu ventana te hicieron fruncir el ceño y despertar algo desconcertada, al echar un vistazo viste a Taiju en tu patio, solo hiciste la señal de que bajarias en un momento a lo que es asintió.
Mirándolo de cerca viste todos los golpes y lo hiciste pasar, sigilosos subieron a tu habitación que ya estaba calentita por la calefacción. No era la primera vez que el líder de Black Dragon pasaria la noche en tu habitación, de hecho esas cuatro paredes saben demasiado.
Apenas con las luces encendidas notaste la palidez en su de por si blanca piel, su cuerpo daba leves temblores, afuera nevaba y el solo llevaba el uniforme de pandilla y el torso al descubierto, no te molestaba la vista en absoluto, más aún con esos tatuajes, sentías la necesidad de que ese sujeto frente a ti te bajara las bragas y te hiciera un lío, lo besaste y el correspondió algo brusco hasta que tus manos bajaron a su espalda baja y sentiste algo, algo extraño.
Separaste sus labios y miraste tu mano. -Por dios Taiju Shiba, estás herido. ¿Cuando pensabas decirme? Dios que vergüenza y yo ya pensando en follar-.
Taiju sonrió -No es nada grave, puedo seguir si...
-Quitate el uniforme y recuestate-.
-Claro, no me vendría mal que me montaras un poco-. El descaro con el que te hablaba te calentaba pero no le darías lo que quería, no podías mostrarte tan complaciente luego de que se aparece en la madrugada de navidad en tu casa golpeado y apuñalado en plena nieve.
-Voy por el botiquín-.
-¿Qué?
Ya recostado de lado en tu cama se dejó ser por ti, limpiaste y desinfectaste con agilidad y cariño, permanecían en silencio, solo se escuchaban los quejidos leves que Taiju soltaba de vez en cuando, eso hasta que decidió hablar.
-Yuzuha fue quien me apuñaló y Black Dragon ya no existe, lo he perdido todo, aunque creo que me lo merezco-. Escuchaste todo en silencio, sabías de los problemas de Taiju con sus hermanos, así como que en un punto este día llegaria, ibas a hablar pero él lo hizo de nuevo.
-No espero que me des el lado a mi, se que he sido una mierda de hermano mayor-.
-En realidad te iba a decir que te relajes porque comenzaré a suturar y si gritas despertarás a mis padres-. El solo gruño bajo y se abrazo del tiburón de peluche que permanecía en la cama, sonreiste por tener una vista tan ¿Tierna? de ese GRAN hombre.
Diste la primera puntada y Taiju se estremeció. -¿T/N?-
-¿Si?- Dijiste concentrada.
-Solo dime algo-. Su voz se escuchaba demandante, pero también suplicante. Cortaste el hilo con unas tijeras y cubriste la ahora limpia y suturada lesión, subiste a la cama de frente a él.
-Creo que lo harás excelente de ahora en adelante-. Lo besaste en ambas mejillas y finalmente en los labios.
-No sé si Hakkai y Yuzuha puedan aceptarme, por el momento planeo vivir solo un tiempo y que no se sientan invadidos por mi como todos estos años, pero tratare de frecuentarlos, solo espero que no se pongan tan dificiles, aunque están en todo su derecho-. Dijo un poco cabizbajo.
-Obviamente tomara tiempo, tendrás que ser paciente y no esperar que mañana todo esté bien simplemente, habrá que ganartelos, pero te voy a ayudar en todo el proceso-. Le animaste con una sonrisa sincera y sus ojos dorados brillaron.
-Por la mañana buscaremos un regalo de navidad para ti por ser la novia más increíble, no creas que lo he olvidado, solo que quiero que elijas algo tu misma-. Se razco la nuca. -Veras no sabía que regalarte y no queria quedar como imbécil y...
-Solo quiero otro tiburón-.
-Pero ya me tienes a mi-. Dijo mientras te besaba.
-Nunca serán suficientes-. Dijiste mientras abrazabas al peluche y le hacías un puchero exagerado.
-De acuerdo, mañana iremos por el tiburón más ridículo y esponjoso del centro comercial-. Le sonreiste a la vez que sacabas una pequeña caja de tu mesita de noche.
-Esto es para ti-. Taiju abrió la pequeña caja negra con listón dorado y de ella saco una cadena medianamente gruesa de plata.
-Cuando la ví pensé que se vería espectacular en ti-. Le confesaste con voz algo tímida.
-Me encanta-. Dijo a la vez que se la colocaba y tú casi babeas por la imagen frente a ti, su torso desnudo, sus tatuajes y la cadena, un plus son los golpes que le hacen ver tan rudo.
-Pero que novio que tengo-. Dijiste dramática mientras llevabas el dorso de la mano a la frente.
Taiju se quedó mirándote un rato, le sostuviste la mirada, nadie lo conocía como tú, contraria a la mayoría no le temias.
-Feliz navidad T/N-.
-Feliz navidad Taiju-.
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