COD /one shots

"Sᴏᴀᴘ "

"Black cat"

Todos sabemos que Soap es el tipo de novio meloso que se pasa la mayor parte del tiempo haciendo bromas.

Ya te habías acostumbrado a ello. He incluso disfrutabas de ello. Después de todo, era eso lo que te hizo enamorarte de él.

Tu actitud era muy distinta a la suya, pero se complementaban tan bien.

- ¡Amor! - estabas en tu hogar, disfrutando de la soledad tan tranquila, cuando lo oíste. Soap venia dentro de una camioneta junto a Ghost.
Se veía tan energético.
- ¡Llegue! - grito abandonando el vehículo de un salto. Ghost se mantenía callado.

Lo que hiciste fue cruzar tus brazos y esperar a que tu hombre se acercara.

- Llegue sano y salvo linda. - Sonrió apenas estuvo frente a ti. Sostuvo tu cintura y mantuvo su sonrisa, aún cuando tu soltaste un gruñido.
Sabía que era una enojona de primera.

- Eso veo...

- Me extrañaste?- preguntó animado.

- solo un poco. - Respondiste dejándolo ser.

A sus espaldas, Ghost se había ido.
Sería un milagro que el hombre estuviera tanto tiempo en la calle.
Cuando no hay ninguna misión para Task Force, suele pasarla en su hogar. Sin salir, sin hacer nada.

En cambio tu y Soap. Oh bueno, solo Soap, se la pesa rogando que vayan a la cama para hacer cucharita. Siendo el la cuchara pequeña.

...

- Tuviste problemas? - pregunta Soap mientras disfruta de una magnífica sesión de cariños.
Era eso lo que necesitaba tras largas noches de no poder dormir.

- No. Y tu? - preguntaste. Sin detener el movimiento de tus dedos sobre su pelo.

- Gaz no sabe cocinar. Tuve diarrea - comentó de una forma tan natural. No pudiste aguantar la risa y soltaste una carcajada.
El sonrió divertido por la forma en que tu estómago levantaba su rostro por tus risas constantes.

- Oh dios, Johny. Tu suerte es un asco - Reiste.

Soap acercó su barbilla a tu pecho.
- Deja de reírte, me senti muy mal esos días - Hizo un pequeño puchero.

- Oh, lo lamento cariño - Dejaste un pequeño beso en su frente y dejaste que se pusiera cómodo sobre ti.

- ¿Como me llamaste? - preguntó emocionado.

- Olvídalo

- Dilo de nuevo. ¡Por favor! - suplicó

- Si no te callas te mando al sofá - amenazaste.

- Ahhh, bien - Asintió resignado.

Aveces deseabas poder decirle apodos cariñosos. Pero nunca te acostumbrabas. Sin embargo lo intentabas, porque sabías que amaba esos apodos cariñosos.

- Descansa... cariño - susurraste lo último. Pero el pudo oírlo perfectamente. Y no pudo evitar sonreír como una adolescente enamorada.