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Zee

Sus ojos, esa mirada, no me puede hacer sentir más vulnerable de lo que ya me siento.

Botaría todo a la mierda por él, nada más me importa, solo éste momento, solo sus brazos intentando aparcar mi espalda.

Con esas palabras me hizo perder el poco control que me quedaba.

Subí sus piernas hasta mis hombros, haciendo que sus rodillas tocaran su pecho. Sus mejillas rojas no se podían intensificar más y que mordiera su labio inferior solo me provocaba besarlo cada vez más.

- Más... Más rápido... Zee. - Sentía como mi lobo gruñía de placer con cada exigencia que me pedía.

- Maldita sea. -

Necesitaba más de él.

Sentirlo completamente mío. Levanté su ligero cuerpo de la cama, lo estrellé contra una de las paredes del cuarto.

La mezcla de nuestros olores era perfecto y era totalmente afrodisíaco. Me descontrolé con cada estocada, cada beso y abrazo que le daba; queriéndome controlar de morderlo.

Una mordida tan fuerte como la mía para un niño como él, tal vez no sea lo más conveniente, así como el nudo. No soportaría tanto el dolor, aunque estemos drogados en placer, sé que lo lastimaría.

- No lo pienses tanto. - Detuve mis movimientos cuando escuché su cálida voz. - No me subestimes gran alfa... - Arqueé una ceja en forma de duda. - Puedo aguantar todo el proceso. Quiero ser marcado sólo por ti.

Eso me sorprendió.

- ¿Ahora lees la mente? - Una tímida sonrisa apareció en su roja cara, haciendo que también sonriera embobado.

- Eso es hasta que me marques como tuyo... Pero tu mirada me expresa todo. - Me lanza un guiño y sé que ahora estoy perdido.

- Entonces... Haré todo el proceso pequeño.

Empecé a moverme de nuevo incitándolo a cerrar sus ojos mientras echaba la cabeza hacia atrás. Los movimientos se volvieron frenéticos por parte de los dos. Él de alguna forma se dejaba caer en mi miembro al mismo tiempo que yo subía para recibirlo.

Después de varias horas, vi la resistencia de mi cachorro. En algún momento volvimos a la cama, recostados en posición de cucharita, completamente sudados, sintiendo como el nudo se estaba formando cuando él se vino en mi mano y yo solté toda mi semilla en su interior.

Ladeó su cabeza, descubriendo su blanco cuello para mí, mis colmillos se asomaron y di pequeñas estocadas cuando lo mordí, desviándolo del dolor. La conexión fue un choque para los dos, su aullido no fue de dolor, ni de placer, fue más como de victoria.

Lamí la zona donde lo había mordido, su sangre estaba dulce y a mi cabeza vinieron memorias de él. El sufrimiento que vivió, por lo que pasó, su vida en general, y de alguna forma me hizo enojar.

No podía salirme de él pero quería matar algo, específicamente a alguien.

-Ahora si puedo leer tu mente, Zee. - Se volteó un poco para poner su pequeña mano en mi cara.

-¿Cómo es que te hicieron todo eso? Tus propios padres...

Sabía que el mundo era así, los omegas esclavos y los alfas líderes, pero aun así sentía tanto coraje.

- Hay casos peores que el mío, te pones así porque soy tu pareja. – Hizo una sonrisa de ternura. - No fue un pasado agradable pero les agradezco porque ahora estoy aquí... Contigo.

- Oh Chawarin... Siempre estaré contigo. - Sus ojos se llenaron de lágrimas asustándome al momento. - ¿Te lastima el nudo? En un momento se desinflamará, ¿sí? No llores por favor.

MÍO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora