5. Confesión

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14 de julio de 1977

Ya llevábamos bastantes días en la casa del campo y la verdad es que estaban siendo unos días demasiado increíbles, los chicos y las chicas quedaron maravillados con Hope, y al igual que Sirius y Mia, me ayudarían en todo lo que pudieran. Sabía que la mejor idea era dejarla con mis padres mientras iba a Hogwarts, pero en nada estaría cursando mi séptimo año, así que no pasaba nada por tenerla conmigo.

Iba a ser muy difícil, pero no imposible, además, no quería dejarla, era demasiado tierna y no me despegaba de ella.

Ahora nos encontrábamos todos en el jardín de la casa, lo bueno de todo esto es que había una piscina, así que podríamos disfrutar del día perfectamente, había puesto una sombrilla para que a Hope no le diera el sol, lo que menos quería es que le pasara algo.

Miré a Hope dormida y sonreí, era demasiado afortunado de tener la oportunidad de ser su padre por decirlo de alguna manera, no sabía tantas cosas como mis padres, pero cada día aprendía algo nuevo con ella sin duda alguna.

Era algo nuevo para mí, pero lo bueno es que tenía a mis padres para que me aconsejaran en todo, porque bueno, ellos también lo vivieron conmigo.

—Límpiate la baba —volteé los ojos divertido viendo a Sirius sentarse a mi lado mientras veía a Hope.

—Es un bebé demasiado adorable —él asintió secándose. 

Hope tenía más o menos casi tres semanas de vida, aún le quedaban unos cuatro días, no estaba muy seguro, pero era la princesa del lugar, era la alegría.

—Cosita linda, eres demasiado linda para este mundo, tu padre y yo vamos a espantar a todos los chicos para que nadie se te acerqué —asentí, obvio que mi princesa no tendría novio, me negaba a verla con algún idiota. 

Los hombres eran idiotas.

—Y yo voy a ayudarla a que tenga pareja —vimos a Mia acercándose divertida mientras Sirius y yo teníamos una expresión de indignación en el rostro por esa frase.

La traición dolía demasiado.

Hope abrió los ojos moviendo ligeramente sus dedos, así que la tome en brazos con cuidado viéndola.

—Mi niña no tendrá novio, como te vea con un chico te llevaré a un convento jovencita. Una de dos, o te llevo a un convento para que te hagas monja o te encierro en casa conmigo para que no veas a ningún chico. Todos son idiotas y no muchos saben valorar a una mujer, así que papá va a evitar que alguien te rompa el corazón.

Mia soltó una pequeña risa.

—Eres un celoso —negué abrazando a Hope con cuidado mientras le dejaba pequeñas caricias en la espalda. 

Adoraba demasiado a mi pequeña.

—Si lo somos, pero por algo lo somos. James y yo sabemos que los chicos son unos idiotas, porque nosotros lo somos a veces, así que la pobre solo debe aguantarnos a nosotros, que ya es mucho.

—Cierto, sois unos idiotas —volteé los ojos divertido viendo de reojo a mi princesa.

—Pero James es tu idiota —ella le miró mal. Pude notar como sus mejillas se tornaban ligeramente de un rojizo, haciéndome sonreí disimuladamente.

—Cállate Black —Sirius asintió divertido y empezaron a llegar los demás entre risas. Mia se sentó a mi lado agarrando con cuidado la mano de nuestra pequeña.

Porque si, en mi cabeza Mia era la figura materna de Hope y éramos una familia, pronto se lo confesaría y esperaba que todo saliera realmente bien.

—¿Quieres tomarla en brazos? —ella asintió con una pequeña sonrisa y se la di con cuidado, ella sonrió aún más cuando la tuvo en sus brazos, debía reconocer que era muy buena cuando se tragaba de la seguridad de Hope, parecía como si tuviera el instinto de madre. Aunque según mamá, todas las mujeres lo tenían, así que estaba demasiado seguro de que Mia también lo tenía, parecía como si fuera su verdadera madre.

Little Prongs ||J.P||Where stories live. Discover now