Capitulo 19

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Merlina, llegaba hacer en algunos de los casos una chica algo... particular; pues siempre era fiel a su persona, como en estos momentos, mi amada esposa odiaba el sol y los días cálidos, ella era más de lluvia, climas fríos, cielos nublados y flores muertas; pero ella sabía que yo amaba los días con mucho sol para poder dar un paseo, me encantaba el florecer de las flores en primavera y principalmente que amaba el mar. Mientras yo estaba bronceándome bajo los rayos ultravioletas del sol, Merlina estaba debajo de una sombrilla con casi tres kilos de bloqueador, pantalones y unas gafas oscuras.

Es por eso que estaba amando más a Merlina en estos momentos, porque ella se esforzaba a su manera de demostrarme que le importaba.

-No pases tanto tiempo exponiéndote al sol-la escuche decir

-Tengo que aprovechar, en Rumania no hay estos climas-escuche que hizo una clase de ruido con su garganta, pero ya no le presté atención hasta que me volvió a llamar para la hora del almuerzo.

-¿Cómo te has sentido?-pregunto sin interés alguno

-Estos días han sido maravillosos, y la isla, simplemente me encanto-asintió para seguir con su almuerzo, en cambio yo me detuve viendo con asombro el colorido brazalete que Merlina llevaba en su muñeca derecha-¡No puede ser!

-¿Qué?-me miró bajando sus gafas dejando al descubierto esos ojos oscuros que me encantan, me miraba con desconsiento ante el grito que había pegado. 

-Aun lo tienes-señale el brazalete-Pensé que...

-Me había desecho de el-asentí-¿Por qué lo haría? tú me lo regalaste en mi décimo cumpleaños.

Quería llorar, un llanto de felicidad. Siempre he recordado ese día como el más especial de mi vida.

Madre hablaba siempre con emoción del décimo cumpleaños de la princesa Merlina, y aunque yo no entendía mucho sabía que era importante; pues mi amigo Pericles también se mostraba entusiasmado y es que sería el primer cumpleaños que la princesa Merlina desidia celebrar y el último por un gran tiempo.

Papá y mamá le habían comprado un equipo quirúrgico nuevo, algo que me sorprendió, era el regalo un poco... extraño ¿Quién le regala algo así a un niño de diez años? bueno, alguien que conoce que ese niño no es normal; yo por mi parte estaba emocionada porque al fin mamá me dejaría usar mi nuevo vestido blanco con detalles en rosa, pero esa misma mañana antes de salir al castillo donde se llevaría acabo la fiesta busque todos los materiales para hacer un gran brazalete con todos los colores que encontré, al final no me quedo como esperaba, pero había puesto una E, para que Merlina nunca olvidará quién se lo había regalado.

Al llegar, Pericles corrió a mi encuentro y me arrastró con él a los inflables, pero mamá no me dejo subir, pues dijo que arruinaría mi vestido nuevo, así que solo me quede viendo como mis amigos se divertían sin mi. Cuando ya se hacía tarde, papá, avisó que estábamos a punto de irnos y yo no me quería ir sin antes haberle entregado mi regalo a Merlina, así que la busqué y la encontré en la reja al jardín prohibido.

-Si entras ¿puedo ir contigo?-pregunte feliz de por fin vivir una aventura

-No entraré-masculló aun de espaldas a mi

-¿Entonces qué haces aquí?-me coloque a un lado de ella

-No te importa-me miró de reojo

-Bueno...-cruce mis brazos detrás de mi espalda y di unos saltitos en punta-Yo solo venia a entregarte tu regalo.

-Tus padres ya lo hicieron, diles que me divertiré mucho con él-esa fue la primera vez también que vi a Merlina Addams sonreír, solo que me asuste un poco, su sonrisa era más siniestra de lo que esperaba.

-No, ese es el regalo de mis padres, pero este...-saque el brazalete y se lo mostré-Es el mío, yo misma lo hice-sonreí orgullosa de mi, me había esforzado en ese brazalete. 

Merlina miro el brazalete y después a mí, sus ojos mostraban la duda de si tomarlo o no, al final lo tomó y lo miro con detalle, llegando a la letra E que tenía a un costado, pues había olvidado ponerla en el centro.

-Gracias Lobita, jamás me lo quitaré-esta vez su sonrisa fue normal y mostró una calidez que no conocía en Merlina. En ese momento, para una niña de cinco años significaron mucho esas palabras, con el tiempo pensé que Merlina la había tirado, pues no lo volví a ver en su muñeca.

-¿Estás bien?-mi esposa tomó mi mano dejando un pequeño apretón para llamar mi atención.

-Si-sonreí-¿Por qué lo preguntas?

-Te quedaste como ida y tus ojos se comenzaron a cristalizar-explico mientras acariciaba mis nudillos

-Solo recordaba-me miro dudosa, pero asintió, sin decir nada más volvimos a nuestros almuerzos y cada que veía el brazalete una sensación de ternura y amor crecía en mi pecho; había muchas razones que me llevaban a pensar que quizás Merlina y yo siempre estuvimos destinadas a terminar juntas, quizás la vida nos estaba diciendo que a pesar de la edad, el tiempo y las diferencias, ella y yo nos complementamos, nos amamos a nuestra manera.



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Bueno, como he notado que a muchos les gusta mas esta historia que las demás que tengo publicadas sobre Wenclair y Jemma, anuncio que a partir de hoy me dedicare a terminar por completo esta historia y una vez este concluida seguiré con las otras. 

¿Están list@ para el drama? 

Princesa De Cuento (WENCLAIR G!p)Where stories live. Discover now