Siento el agua por todo mi cuerpo, amo el mar, y se que el me ama a mi. Salgo a tomar aire y no hay nada... Vacío. Todo está oscuro, solo veo estrellas, ni siquiera veo la orilla del mar o los edificios del frente. Un escalofrío recorre mi cuerpo y comienzo a gritar.
- ¡Dylan!- grito desesperada en busca de alguna respuesta, pero nadie contesta.
- ¡Mierda Dylan responde por favor!- sigo gritando, mientras el pánico invade cada centímetro de mi cuerpo.
Dejó de gritar ya que no hay respuesta de nadie, tengo miedo y nose que hacer. Comienzo a nadar en la dirección que debería estar la orilla, pero no llego a ningun lugar. Pasan los minutos y yo me canso de estar nadando, así que decido flotar, si me gusta el mar, pero este mar es horrible, es como si no tuviera fondo, es negro al igual que el cielo, y en él se reflejan las estrellas. comienzo a relajarme para poder pensar en cómo salir de este lugar, pero de la nada siento que algo acaricia mi pie hasta que lo agarra firmemente y me hunde.
Esa cosa me mantiene bajo el agua, aquí es donde muero, no puedo mas, nose que hacer, me estoy ahogando, el oxigeno de mi cuerpo se va. Agarro mi collar que es un diente de cocodrilo y lo comienzo a enterrar en lo que sea que es esa cosa, y logro con éxito que me soltara. Salgo a tomar aire, todo sigue igual de oscuro y las estrellas siguen siendo las mismas.
El mar se comienza a agitar y comienzo a ahogarme poco a poco, miro lo mas lindo que me queda que son las estrellas, pero de pronto todo vuelve a calmarse, así como si nada. De repente veo una luz bajo mis pies, miro mejor y era lo peor. Un monstruo, mi vida terminara ahora, estoy acabada.
El monstruo abre su gran boca y yo ya sabia que tenia que despedirme de las estrellas.
